3- "Gracias simplemente por estar ahí"

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La siguiente vez que Kyouka le dio las gracias a Bakugou fue alrededor de las Navidades, un día en el que Mina y Tooru se empeñaron en salir todas las chicas juntas por la ciudad y tomar una crêpe. A Kyouka no le hacía especial ilusión, pero sí quería pasar más tiempo con sus amigas, así que aceptó. Aizawa les dio permiso para salir un sábado y Kyouka se despertó aquel día con ganas de salir.

Todo se torció a mitad de la tarde. Se acababan de tomar sus crêpes e iban a ir al centro comercial porque Mina y Tooru insistían en mirar ropa todas juntas. Ni ella ni Momo, ni Tsu u Ochaco (en realidad, Ochaco puso una cara rara, pero no dijo nada, y se preguntó si odiaba ir de compras) pusieron pegas, así que fueron hasta allí. 

Sin embargo, a mitad de camino se les acercó un grupo de tres chicos. Les saludaron con un "¡Hola, guapas!" y Kyouka supo desde el segundo uno que los odiaba. Se acercaron a ellas y básicamente intentaron ligar sin ningún reparo diciendo lo guapas que eran y lo que podrían hacer si iban a una cita. Pero literalmente solo parecían estar hablando con Momo, Mina, Tsuyu y Ochaco. Todas estaban incómodas. No parecían estar interesados ni en ella ni en Tooru (y supuso que lo de Tooru era porque era invisible). Ahí ya le dolió un poco. Eran unos imbéciles, como Mineta, pero una parte de Kyouka, que no le gustaba, también quería que se fijaran en ella. Uno de ellos, de repente, al echarse para atrás hablando se tropezó con ella y entonces la miró. Se rio y le pasó un brazo por los hombros y la acercó a él mientras sus dos amigos seguían hablando con las demás, que les intentaban decir que tenían prisa.

El chico le habló entonces.

-Venga, ¿no puedes convencer a alguna de tus amigas para que venga con nosotros?

Kyouka quería darle un puñetazo por ser un gilipollas, pero también le dolió la confirmación de que con ella no querían absolutamente nada.

-Quita tus manos de encima.

Lo apartó de un manotazo.

El chico la miró mal y se burló.

-Además de fea, borde, ja.

A Kyouka se le hundió el estómago. No quería estar ahí ni un segundo más.

Se acercó corriendo a sus amigas y entre todas consiguieron deshacerse de ellos finalmente. Ellos acabaron enfadados y diciéndoles algunas groserías, pero se les pasó en cuanto vieron a otro grupo de chicas, y Mina estuvo a punto de ir a lanzarles ácido si Momo no la hubiera detenido. Ninguna de ellas parecía haber escuchado el comentario del chico, por lo que Kyouka daba las gracias ya que para ella había sido una humillación.

Intentó estar contenta mientras estuvieron en la tienda, pero simplemente no podía. Incluso llegó a sentir las lágrimas a punto de caer desde sus ojos. Que no le pareciera guapa a un chico no debería afectarle tanto, pero la inseguridad sobre ella misma era tanta que no podía evitarlo. Finalmente, decidió irse a casa.

Todas las chicas estaban confundidas y Kyouka decidió fingir que se encontraba mal. Las preocupó, pero consiguió convencerlas de que la dejaran irse sola y que estaba bien. También prometió enviarles un mensaje en cuanto llegara a casa. Inmediatamente se puso en marcha.

Kyouka solo quería llegar a su casa, encerrarse en su habitación y escuchar música hasta quedarse dormida.

No deberían molestarle ese tipo de cosas, pero lo hacían y quería pegarse un buen puñetazo por eso. Ella iba a ser una heroína y distraerse por esos temas solo harían que empeorara su rendimiento, tanto académico como físico. Le había pasado ya muchas veces, pero eso no hacía que doliera menos.

¿Por qué no podía ser como las demás?

Mientras compraba el billete y esperaba el tren, al estar tan absorta en sus pensamientos y en sentir pena por sí misma, no se dio cuenta de la vibración de su móvil. Fue una vez sentada y con el tren en marcha cuando Kyouka sacó el móvil para entretenerse cuando se dio cuenta de que tenía un nuevo mensaje.

Gracias [Bakujirou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora