4-"Gracias por cuidar de mí"

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Su amistad con Bakugou seguía desarrollándose y cada vez hablaban y pasaban más tiempo juntos sin que a Kyouka le resultara extraño. Para invierno de su segundo año, Bakugou era una parte más de su rutina y lo extraño era cuando pasaba mucho tiempo sin hablar o hacer algo con él. No es que hablaran muchísimo y que solo quedaran entre ellos, para empezar porque no tenían tiempo apenas (entre las pasantías y estudiar) y también porque ninguno de los dos amaba especialmente estar todo el día pegado a otra persona. Pero habían empezado a quedar de vez en cuando para entrenar los dos solos después de las clases y, de vez en cuando, se unían Kirishima, Kaminari, Sero e incluso Momo y Mina. Fue ella misma la que le pidió que le ayudara con el combate cuerpo a cuerpo, su mayor debilidad, y él había acabado cediendo. Tenía mucho que mejorar, pero el entrenamiento con Bakugou y, en ocasiones, con Kirishima y Mina, le estaba ayudando en gran medida.

Sus sesiones de tocar música siguieron sucediendo y también las recomendaciones de canciones y grupos. Esto fue lo que acabó derivando en la siguiente vez que ella se sintió realmente agradecida con Bakugou.

Estaban en pleno mes de enero, un viernes que Kyouka llevaba esperando desde las Navidades. La razón era muy simple: Bakugou y ella disfrutaban mucho la música de un grupo que habían conocido en una de sus sesiones al buscar por internet. Llevaban ya casi un año escuchando su música y daban un concierto en la ciudad ese día. Lo anunciaron con meses de antelación y ella bromeó en su momento con que deberían ir. Realmente no lo decía en serio, con todo lo que tenían que estudiar, entrenar y sus propias pasantías, no creía que pudieran ir ni aunque quisieran. Bakugou solo gruñó y no dijo nada, así que Kyouka no le prestó atención al asunto.

Pasó poco más de un mes y llegaron las Navidades. Kyouka casi se desmaya cuando Bakugou se presentó en su habitación unas horas antes de que cada uno se fuera a casa con su familia por las vacaciones y le tendió un sobre blanco.

-¿Qué es? -preguntó antes que nada, mirando el sobre con desconfianza.

Bakugou le tiró el sobre a la cara al ver que ella no lo cogía y gruñó, molesto.

-¡Un regalo! ¡¿No lo ves?!

Kyouka lo miró con los ojos abiertos como platos, realmente sorprendida. Cogió el sobre, pero siguió sin abrirlo.

-Pero ya hemos hecho el amigo invisible. Ya he recibido mi regalo. -Le señaló una caja que se encontraba encima de su mesa. Estaba llena de galletas, cocinadas por Satou para la ocasión, y ella había tenido la suerte de que ese regalo cayera en sus manos después de realizar la tradición que empezaron el año pasado: cada uno trae un regalo y Sero los une todos con cinta y los lanza al aire: el que te toque es tu regalo.

-Ya lo sé, Orejas. -Bakugou se metió las manos en los bolsillos de su pantalón y miró hacia otro lado, como avergonzado-. Este regalo te lo hago porque quiero.

-¡¿Qué?! ¡Pero habérmelo dicho! Yo no te he comprado nada...-dijo ella avergonzada y moviendo el sobre con nerviosismo en sus manos.

Su primer instinto fue pensar que aquello era una broma, pero se notaba cuando el chico no iba en serio o con buenas intenciones... Aquel no era el caso.

-Si hubiese querido que me regalaras algo a cambio, no sería realmente un regalo. -Bakugou chasqueó la lengua y entonces la miró con una mueca arrogante. Kyouka seguía cogiendo el sobre rígidamente-. De todas formas, en cierta forma es un regalo para mí también. No te emociones tanto.

-No me emociono. No te lo creas tanto.

Bakugou no dijo nada y la siguió observando con la misma expresión.

Gracias [Bakujirou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora