11.

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Capítulo 11.

Dean y yo entramos al salón, el profesor estaba sentado acomodando sus cosas, nos dirigimos a una mesa sola y nos sentamos juntos.
Evan estaba observándome mientras me sentaba, su mirada era fría, se giró y no me volteo a ver en toda la clase.

— Vengo en un momento —Comentó el profesor desapareciendo de nuestras vistas, me giré a ver a Dean el cual ya estaba mirándome con una leve sonrisa.

— ¿Que? —Dije sonriendo.

— Tu admirador está viéndome con cara de querer matarme, ¿porque no le damos motivos para que se enoje? —Dijo con malicia y yo lo miré confundida.

— ¿Como que haríamos? No quiero que se peleen, él es idiota y no sabe más maneras de demostrar su enojo más que con violencia —Me coloqué el gorro de la sudadera del pelirrojo.
El sonrió adorable mientras me veía.

— Te va muy bien esa sudadera, quedatela —Me acomodó el gorro de una forma extraña.

— No voy a quedarmela, es tuya, se ve muy linda, seguro es tu favorita, no puedo quedarmela, lo siento —Lo vi a los ojos y él rodó los suyos.

— No te pregunté si te la quedarías o no, te la estoy regalando —Me giré a ver a Evan, el cual mantenía a una rubia entre sus piernas mientras reían, a la mierda todo, ¿está intentando ponerme celosa? Yo no me pongo celosa, no me gusta, no me interesa, en cambio, yo a el si le causo celos, si le intereso, tal vez no para algo serio, pero si se pone celoso.

— Oye Dean, ¿te parece si nos divertimos un rato? Te invito a mi casa, a pasar la tarde, platicar y comer pizza ¿si? —Él sonrió ampliamente y asintió con la cabeza.

— Entonces yo te llevo a tu casa, dejamos a mi hermana en casa de mis padres y nos vamos a la tuya a pasar el rato —Relamió sus labios hidratandolos, yo asentí.

A los pocos minutos el profesor llegó y continuó con la clase, noté que de vez en cuando la chica besaba el cuello de Evan y él acariciaba la pierna de ella.
Dean jugueteaba con los dedos de mi mano mientras veía atento al frente, yo tomaba algunos apuntes y prestaba atención a la clase mientras por otro lado me relajaba por el "masaje" que el pelirrojo me hacía en las manos.

— Bien alumnos, pueden retirarse, lindo día —Todos nos levantamos, mi amigo sirenito tomó mi mochila, se la puso en un hombro y su mochila en el otro hombro, yo traté de hacerlo que me diera la mía para que no se cansara pero se negó y aferró a que el la llevaría, caminamos directo a la puerta y un apretón en mi brazo provocó que retrocediera.

— Vámonos bestia —Vio a Dean, el cuál levantó la ceja mientras mantenía el rostro frio y sin expresión—. Toma tu mochila y vámonos.

— No me voy a ir con...—Fui interrumpida.

— Sueltala, ella se va conmigo —Sé que no conozco mucho a Dean, pero podria decir que ese tono que usó no va nada con la cara de angel que tiene, fue demasiado frío, demasiado cortante y dominante.
Empecé a sentirme nerviosa, mi estómago se revolvió y la piel se me puso de gallina.
Una risa rasposa y sexy salió de la gargana de Evan.

— Tu cierra la boca, así nos iremos entonces —Me comenzó a arrastrar junto con él, me estaba apretando demaciado provocando leve dolor en la piel de mi brazo.

•Tan Diferentes•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora