5. Culpable

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"No espererás que lamente que haya muerto, McGarrett, el entrenador arruinó mi vida en muchos sentidos. No lo maté pero mentiría si digo que no me alegra que esté muerto"

Fueron las palabras de Makani durante la visita que le hicieron los Cinco-0, por supuesto que ambos oficiales dudaron cuando negó ser el culpable, pero como siempre, necesitaban pruebas.

Ahora que se encontraban en el cuartel, Chin regresaba del laboratorio con los resultados del análisis de un cabello que encontraron en el cadáver y que no pertenece a Philips.

—El ADN no está en el sistema, pero los técnicos dicen que dio positivo en una etapa algo avanzada de cáncer— dijo el policía mientras se acercaba a la computadora, donde estaban sus amigos.

—Oigan...— llamó Kono mientras ponía unas imágenes en las pantallas —Estaba viendo las finanzas de Makani y miren lo que encontré, resulta que el mismo día que fueron a hablar con él, vació su cuenta de ahorros, eran poco más de 90 mil dólares—

"No puede ser"

De inmediato todo el equipo salió del cuartel, con rumbo a la casa del sospechoso, el comandante no podía creer que uno de sus propios compañeros haya podido hacer algo así, y mentiría si dijera que en esta ocasión la idea de poner al culpable tras las rejas, le daba algo de tranquilidad, por que de hecho sería lo opuesto.

—Tiene sentido si piensas en lo que dijo Makani— comentó Danny —Su esposa lo dejó hace años y le quitó a sus niños, por que es un alcohólico y consume drogas... Eso no genera un ambiente propicio para cuidar niños—

Steve asintió —Por eso culpó a Philips— fue la conclusión más lógica.

Sin embargo al llegar al hogar del sospechoso, la puerta estaba abierta, y no se encontraba ahí, faltaba ropa en los armarios y las marcas de polvo en el lugar delataban la ausencia de varias fotografías que antes estuvieran a la vista en la sala y en la recámara.

—Vacío— fueron los avisos de Chin, Kono y Lou que habían entrado por diferentes partes de la casa.

—Ahora podría estar en cualquier parte—

Se juntaron en la sala y guardaron sus armas, no era la primera vez que alguien huía, pero no significa que no vayan a encontrarlo después.

• • •

El caso se cerró y pasaron varios meses, las cosas se enfriaron y una mañana, mientras los McGarrett conversaban después de dejar a Grace en la escuela, salió a colación aquella plática que tuvieron con el ahora fugitivo Jonathan.

—¿Entonces sí conoces México, Steve?— preguntó Danny mientras su esposo ponía mantequilla en su café.

—Si, estuve ahí un tiempo cuando era marine, aunque no fue de vacaciones, estuve en Chiapas con mi equipo, por rumores de una guerrilla en el lugar—

Danny sonrió al no recibir en respuesta algo como "eso es clasificado, Danno", pero en ese momento recordó algo —¿Por qué será que Makani habló de México? Es decir, fue campeón internacional de natación en su tiempo...—

—¿Y si está en México?—

Danny se encogió de hombros —Tus vacaciones son la siguiente semana, siempre las rechazamos pero esta vez podríamos... No sé, salir de viaje— ofreció el rubio como quien no quiere la cosa, pero pensó que tal vez habría un lugar donde pudieran encontrar a Jonathan.

—No lo sé, Danny ¿Crees que a Grace y a ti les guste Cancún?—

—¿Es que no podemos ir a un lugar donde no haya playa, Steve?—

Aquella pregunta hizo que el Seal sonriera, ama tanto a Danny, aunque siempre se esté quejando este rubio es lo mejor que le ha pasado en la vida... Maldita sea, que cursi se oye hasta en sus pensamientos.

• • •

El relajante sonido de las olas del mar se escuchaba claramente gracias a la reducida cantidad de gente en la playa en esta época del año, el delgado hombre castaño se encontraba sentado al sol algo cerca de la orilla del agua, observando el océano, muy seguro de que ya algo pudiera inquietarlo a estas alturas. Una persona llegó y sin tender una toalla ni poner una sombrilla, se sentó en la arena junto a él.

—No me digas que veniste hasta aquí para llevarme... Por que no pienso ir a ninguna parte— vociferó.

—No, Jonathan, sólo estoy de vacaciones con mi familia, ya que mencionaste Cancún, pensé que a Grace le encantaría— contestó calmadamente el marine.

—Entonces... ¿No vas a llevarme a juicio?—

—¿Quieres que lo haga?—

—De todas formas moriré pronto, ya no es tan importante—

—Pero es un lindo lugar, tienes buen gusto... Además, eso fue tu elección, tu vida la arruinas o aprovechas tú mismo, amigo—

—Digamos que sí, de todas formas lo hecho hecho está, así que si no piensas llevarme, McGarrett, será mejor que te vayas—

—Quería asegurarme de tener la razón... Pero si ocurre algo en este tiempo vendré y llevaré tu trasero a prisión, Jonny—

Una vez que pudo dar el asunto por cerrado aún extra-oficialmente para sí mismo y para Danny, pudo regresar con él y con la pequeña Grace, y pasar el resto de sus días libres descansando con ellos.

—¿Y bien? ¿Qué pasó, Steve? ¿Lo encontraste?— preguntó el neojersense.

Su esposo sonrió —No, no lo encontré— dijo en un tono específico que por supuesto su compañero entendió a la perfección.

—Fantástico, lo dejaste ir ¿Y si mata a otra persona?—

—Tu y yo sabemos que no lo hará, para el sistema él está prófugo y de todas maneras no creo que viva otro año...—

—¿Sabes lo que eso significa?—

Grace estaba nadando en la piscina del hotel y ambos hombres la vigilaban, era bueno que esta vez ellos ganaran para poder sacarla de vacaciones en la "semana de Rachel", punto para Danny.

—Significa que no tenemos que volver a casa hasta dentro de diez días—

—Eso sería bueno si estuviéramos en Jersey, cariño—

El secreto de SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora