parte 19.

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Sin duda el peor día de mi vida, lo único que me amaba de verdad sentí que moría con él, aunque sabía que el cualquier momento iba a pasar no lo podía aceptar, siempre intentaba pensar en algo más,nunca pude con el peso de que pudiera ser real.

Me senté en una de las bancas de la sala de espera y coloque las manos sobre mí rostro, era totalmente imposible, él no me podía faltar, no él. No tenía ni siquiera cabeza para pensar solo sentía ese dolor en mi pecho que quemaba, es indescriptible el dolor que una persona puede sentir al perder a alguien, acababa de perder a mi padre, era aún peor que todos los dolores de mi vida juntos, cada lágrima que bajaba por mis mejillas quemaba, mi respiración se trancaba.

Y ahí estaba, solo.

Sin poder darle un abrazo a alguien, me sentía tan frágil y sencible. Mi papá me enseñó que nunca debía estar así, que era un hombre y los hombres no lloraban a pesar que lo encontré llorando incontables veces solo en su habitación...

Infinidad de recuerdos llegaban a mi mente y un peso impresionante que caía sobre mis hombros sin piedad al dolor que estaba sintiendo que era suficiente para sentir que mi vida se estaba acabando.

Respiré profundo, tomé fuerzas para levantarme. El doctor estaba en la recepción del hospital, le di una mirada y le pregunté...

-¿Que procede?- dije forzando la voz.

-Luke, por suerte tu padre tenía seguro funerario, nos pondremos en contacto con ellos, se encargarán de todo. Igual te daré el número de ellos para que te digan que harán. Tranquilo...

-¿cómo se supone que este tr....-él no tenía la culpa -Muchas gracias por todo.

-Lo siento mucho... -Sentí sinceras sus palabras.

-Yo también lo siento- Dije forzando las palabras.

Salí del hospital ¿Que hacía? ¿A dónde iba? Son las 8am ¿A dónde voy? necesitaba un abrazo, necesitaba llorar.

Solo un nombre vino a mi mente, Alana. Se que me dijo que nunca volviera a ella, pero la necesitaba, necesitaba la paz que me otorga su voz. Sin pensarlo más subí a la motocicleta y comencé a manejar, solo necesitaba ir rápido. Me pare en su porche, vi estacionados varios carros, imaginé que estaría toda su familia, incluso vi el carro de los Posey. Ella me contó que siempre se quedaban todos en su casa para desayunar.

Respiré profundo, tomé mi teléfono y marque su número yo había cambiado de número así que no sabría que ella yo.

Repicaba...

-¿Alo? -dijo una voz cansada, era ella.

Me derrumbe al oírla, con mi voz ronca y llorosa dije...

-¿Puedes salir? Te necesito- dije mientras mi voz se cortaba.

Colgaron la llamada, era lo más obvio ¿Que esperaba? Estaba subiendo a mi moto de nuevo cuando escucho abrirse la puerta, ahí estaba ella en sus pijamas como una niña,con su cabello desordenado y aún con residuos de maquillaje en su rostro, era mi pequeña.

Me quite el casco dejando ver mis lágrimas ella se acerca y me abraza fuerte.

-¿Que ocurre? -susurra.

-Papá acaba de morir. - Aún ni se cómo las palabras salieron, pero como quemó oírlas de mí mismo, era real.

Me soltó y miró llena de confusión, solo la miré directo a los ojos y asentí cerrando los ojos dejando caer las lágrimas que en ellos mismos se mantenían.

Me abrazo aun mas fuerte, a pesar del maldito dolor que estaba sintiendo ella me estaba reconfortado, mi mundo estaba hecho una mierda en ese preciso momento hasta que ella me abrazo, fue una luz entre tanta oscuridad.

Llegó élWhere stories live. Discover now