La Plataforma 9 3/4

Quinto año.

James, que desayunando junto a Lily, ve con orgullo a su primogénito, comiendo rápido a más no poder a pesar de los regaños de su madre, esta vez con la decisión en su rostro, algo alegre, mas no baja los nervios de Lily.

Ya estaba cansada del maldito deyabu cada inicio de año.

Preparo los mismos malditos Hot cakes.

-estoy enamorado de un alfa- soltó de sopetón, causando que se ahogue su padre con el panecillo.

Lily tuvo que hacerle la maniobra a su esposo para que no muriera.

-¡¿Qué?!-

-me gusta un alfa- le dio un sorbo a su chocolate.

-¡¿y así de fresco lo dices?!-

-¡cálmate James!- le dio un zape.

-¡¿Qué no vez lo que está diciendo?! ¡está muy pequeño para tener novio!-

-¡y una mierda, tiene ya 15 años!-

-¡acordamos a los 21 Harry!-

-tú lo dijiste, mas yo no dije que aceptaba- alzo las manos.

-James, por favor, no armes un escándalo, es totalmente normal-

-¡¿normal?!-

-por Merlín, yo tampoco no era santa a esa edad, tu menos, es normal que comience a interesarle los muchachos- rodo los ojos obvia.

-pero, pero...- tartamudeo, incapaz de aceptar que su Harry ya este creciendo.

-nada, ahora Harry, continua- de los dos padres, ella era la más desesperada por saber.

-pues eso, me gusta un alfa- encogió de hombros.

No sabía si les estaba tomando del pelo, era igualito a James cuando se guardaba una buena, ya se encargaría de corregirlos.

-¿y?- quiso saber más.

-¿y?- le dio un sorbo a su chocolate.

-maldición, ¿no vas a decirnos quién es?- interrogo su padre desesperado.

-no-nego.

-Por Merlín, estas en esa etapa de rebeldía, lo juro- se lamentó el alfa.

-lo van a conocer hoy- sonrió.

-qué bueno, así conocer el alfa que te pretende- agrego malicioso.

James tenía una idea muy equivocada de cómo le conocerá, lo último que pasara es que vaya a estrecharle la mano.

-ah, yo lo pretendo- corrigió su hijo.

-¿Qué? ¿Cómo demonios es eso?- pregunto confundido.

-que yo quiero tirármelo pero él no se deja- declaro sin más.

James dio un grito escandalizado, mientras Harry volvía a tener esa sonrisa maliciosa en su rostro.

Lily atendió el llamado en su puerta de la vecina, si no tenía que llamar a una ambulancia o la policía por tanto escándalo.

La pelirroja le cerró la puerta en cara, y escribió lo más rápido posible una carta a Narcissa, entregándosela a la lechuza más rápida que tenían.

Los Weasley les recogieron, su padre seguía llorando, mientras Harry iba de lo más fresco en su asiento, Lily en cambio se mordía las uñas nerviosa, esperando lo que ocurrirá esta vez, con Molly tratando de animarla.

Llegaron como siempre de primero, con las amistades de Harry recibiéndolo en la plataforma, todo como un deyabu, que ahora mismo le comenzaba a fastidiar si no tenía buenas noticias hoy.