-Maldita sea James, te botare este cacharro al mar si te atreves a llevarnos ahí- amenazo la pelirroja mirando con odio al coche del demonio que trajo su esposo, viejo, oxidado y dañado.
-¡llegaremos más tarde si sigues negándote!, ¡al auto de una vez mujer!-
-no creas que yo no sé de quién esa chatarra, o lo que has hecho ahí con Sirius, si pretendes llevar a Harry ahí, despídete de la cama esta noche, que no somos tus anteriores novias para llevarnos ese motel que llamas carro-entrecerró los ojos, pensando en que noche deberá maquinar su plan de deshacerse del coche, sus vecinas Alice y kendra estarán contentas de aliarse con ella, y el esposo de Lois tiene una grúa.
-¡Harry se perderá el tren si no nos vamos ya!- intento razonar.
-prefiero que lo pierda, a perder la dignidad por llegar esa cosa-
-¡Por Merlín!, nadie se va enterar- se apretó el entrecejo.
-¡todo el mundo sabe que ese carro!, no condenare a Harry a años de Bullyn por llegar en ese puteadero con ruedas, encogeré sus cosas y lo llevare en escoba- finalizo, dando media vuelta adentro.
-Arrr- gruño.
Harry disfruto el volar junto con su madre a una gran altura que nunca antes había ascendido, tenía una escoba de quiddicth para niños que no se elevaba más de 8 metros, estar a las alturas de las nubes era una nueva experiencia que disfrutaría a mas no poder.
Antes de llegar a la estación de trenes, bajaron en un callejón cercano, encogiendo escobas al bolsillo y trotar hacia la estación nueve cuartos.
Harry le entro pánico cuando vieron que corrían hacia un muro, tratando de llamarles la atención que chocarían contra el si no se detenían, viendo arrastrado por sus sonrientes padres directo a él, no quedándole otra opción que cerrar los ojos y esperar el impacto.
-abre los ojos Harry-
Abrió primero su ojo izquierdo detrás de sus lentes, para asombrarse ante lo que veían sus ojos, el expreso que lo llevaría a Hogwarts se veía más grande que en los libros, mirando una gran cantidad de niños y jóvenes caminando por aquí y por allá, con gatos, cachuchas, aviones de papel volando solos como aves, o personas convirtiéndose de repente en animales.
Su madre habiendo sacado todo su equipaje de su bolso de mano, James se despidió un momento para llevarlo al tren, mirando Harry con ojos llenos de curiosidad y emoción de todo lo que le rodeaba.
-Lily-una voz se le hizo muy conocida, volteando a sus espaldas para ver a Remus saludando a su madre.
-¡Tio Remus!- exclamo en alegría, corriendo hacia sus brazos.
-oh, muchacho, ¡Cuánto has crecido!- sonrió.
-¡¿es cierto que darás clases en Hogwarts?!- pregunto con ilusión.
-si cachorro, DCAO, me dieron al fin el puesto- le guiño el ojo.
-eso significa que estarás bajo la vigilancia de...-comento Lily.
-sí, de el- termino el licántropo con un poco de nervio.
-¿el matalobos no interferirá con tus supresores cierto?- pregunto preocupada.
-no, no lo hace. ¿Tú ya le diste a Harry sus supresores?- intento cambiar de tema.
-es muy joven para su celo, aun así le hare llegar en una semana algunos por lechuza. Confió en ti si en caso llega a pasar-
Mientras los adultos conversaban, por cosa de presentimiento, Harry enfoco su mirada hacia unos metros más lejos de su frente, divisando una familia de rubios que llegaban apenas.
Sus ojos verdes no paraban de mirar al niño rubio, vestido con un pantalón negro que parecía de gala, unos zapatos de charol lustrados, una camisa blanca de botones con detalles azules y encima un chaleco que rayaba entre el gris y el negro, con su cabello bien peinado hacia un lado y atrás.
No pudo dejar de pensar en ocasiones a ese niño que vio por primera vez en Madame Malkins, con las tripas revolviéndose, deseando haber seguido hablando con él, si no fuera porque el niño de repente lo vio con ojos completamente abiertos y había corrido hacia su madre de un momento a otro.
Como si le estuviera llamando, esos ojos grises pudieron conectar con los suyos, quedando ambos mirándose desde lejos, esperando que algo pasara.
Es muy bonito, pensó Harry al verlo otra vez.
Por supuesto Lucius al ver donde iban los ojos de su vástago, le llevo hacia otro lugar, fuera del alcance de los Potter, echándose la bendición que nunca pasara lo que su dramática mente imagino, bajando los ánimos del pequeño moreno de gafas de no poder verlo más tiempo.
-hazme llegar sus supresores lo más antes posible- comento Remus en afirmación, al notar ambos adultos por donde tiraba Harry, y sentir cierto presentimiento entre ellos dos.
-a James le dará un ataque- se recogió el pelo estresada hacia atrás, ya imaginando pa donde van los tiros.
El momento en que el tren comenzó marcha, fue entre triste y lleno de felicidad. Ambos padres vieron como su pequeño hijo de despedía de ellos desde la ventana, esperando con ansias las vacaciones para tenerlo devuelta en su hogar.
-¡Oh, Merlín!, ¿y si olvido algo en su habitación?- exclamo preocupada Lily.
-pff, estará bien, no te preocupes-le restó importancia.
-espero que sí, tengo miedo que le molesten sus compañeros-
-es un Potter, estará bien, además puse la capa y el mapa en su maleta, se divertirá ya verás- le abrazo.
-creo que le enviare algunos dulces, para que haga amigos- comento pensando en más ideas.
-Harry no es un estreñido como el murciélago grasiento, ya verás hará muchos- alentó el alfa a su esposa.
-espero que tengas razón-
-ya veras, le ira bien en sus estudios y será el mejor de su casa, siempre y cuando no consiga novio.....- murmuro con algo de molestia.
Lily se guardó comentario alguno de eso último, recordando como el hijo de los Malfoy y su Harry se vieron de esa forma singular, no estaba tan segura que se llegara a cumplir la voluntad de James.
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La Plataforma 9 3/4
FanfictionCada año en la plataforma 9 3/4 , cual Deyá vu, ambas madres esperaban su dosis de entretenimiento por la curiosa historia de amor que comenzaba a formarse entre sus hijos. Lily escribirá una novela de esto, Narcissa al fin que ve a alguien poner en...