Prólogo

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El sonido de la casa era silenciosa, pues solo se hallaban en el lugar dos hermanos que al parecer el menor trataba de hacer entrar en razón a su hermano mayor.

-Porfavor detente, sabes que estaré solo si te llegasen a pillar- le dice entre lagrimas el menor

-Es por tu bien, sabes que necesitamos ese dinero -le contesta el mayor- quedate aquí y no salgas esta bien?

-Esta bien dei -le contesta entré sollozos el menor. En el fondo sabia que algún día a su hermano lo terminaria atrapando la policía pero nunca espero que ese día estaba más cerca que nunca.

Sus nombres? Deidara y Naruto Namikaze, Un par de rubios de ojos azules, uno de largo cabello que lo traía amarrado con una coleta baja ademas de traer tapado su ojo izquierdo con un mechon de su cabello. Mientras que el otro era más bajo que el primero con el cabello alborotado y con unas marcas en sus mejillas que parecian bigotes felinos.
Ambos con la edad de 18 y 16 años.
El destino quizo que ambos chicos perdieran a sus padres hace cinco malditos años. Desde ese entonces el mayor a tenido que llevar la carga de mantener a su hermano menor.

¿Pero que puede hacer un chico de apenas 14 años?

Decidió abandonar sus estudios y dedicarse al terrorismo, era un sicario. No se arrepentia de aquello, cada gota de sangre que derramaba gracias a sus bombas era arte para el, además de económicamente ayudarlo. Gracias a ese trabajo podía mantener a su hermano viviendo muy comodamente.

Partió hacia su destino, hoy tenía que hacer lo que siempre hacía. Matar sin ser visto.

A quien? Pues ni el mismo lo sabía, solo acataba las ordenes del "boss" ni siquiera se les permitía saber el nombre del cliente. Pero el rubio tenía sus contactos.

Orochimaru era como se hacia llamar, un multimillonario que mataba sin piedad a quien el quisiera. Con unos cuantos millones esa persona desaparecía y ese era el trabajo de nuestro rubio amigo pues ese cliente estaba asignado para su equipo.
Claro el rubio tenía sus propias reglas, una de ellas era que no mataba niños ni embarazadas. Por mas dinero que le ofrecian ya no aceptaba trabajos así.

A la edad de 14 años perdió a sus padres, como ya nadie los mantenía sufrió mucha hambre junto a su hermano naruto. Vivian de la calle prácticamente hasta que se encontro con aquel hombre cerca de un bar donde cada día deidara se ponia para poder robarle a esos borrachos que ya no tenian conciencia.

Eran presas faciles para el.

Sin embargo no espero que aquel hombre estuviera conciente, este lo agarro con fuerza metiendolo en una limusina color negro.

-Tienes potencial chico-fue lo que le dijo aquel sujeto

Nunca olvidaria aquellas palabras del "boss".
Luego de una amena charla con el sujeto misterioso de pelo platinado. Este le ofreció trabajo donde más tarde le diría que seria el "anzuelo".
Ya que encontraba un desperdicio usar al rubio como una simple carnada, el valía mucho más que eso.

El trabajo era simple, solo tenía que distraer con su belleza a aquellos viejos pedofilos. Cuando ellos pescaban el "anzuelo" ellos mismos guiaban al chiquillo hacia su casa pensando en poseerlo como si fuera su presa, pero lo que ellos no sabian era que ya habian pescado el anzuelo.
Ahí es donde entraba Madara. Un hombre de unos 30 años, cabello negro y largo, ojos color rojo. El era unos de los mercenarios que trabajaba junto a los "anzuelos". Y ahora le habia tocado estar en equipo con Deidara. Juntos ninguna misión podia fallar o eso creían.

Con el profundo azul de sus ojos pudo observar cada detalle de los asesinatos, asi como los puntos vitales de cada persona. Como no dejar ningun rastro y practicamente irse como fantasma sin ser descubiertos.

ASESINOS TRAS LAS REJASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora