Capítulo 5: Animales fantásticos y dónde encontrarlos

193 30 13
                                    

Alyssa apareció en los terrenos de Hogwarts. Era de noche, lo primero en que se fijó fue en que la cabaña de Hagrid ya no era la cabaña de Hagrid. No sabía qué hacer, Dumbledore no le había dado instrucciones para una vez hubiese viajado en el tiempo.

Alyssa, asustada, decidió entrar al castillo, anduvo sin rumbo ya que no tenía a dónde ir puesto que su dormitorio ya no sería su dormitorio. Andaba únicamente alumbrada con la luz de su varita, hasta que escuchó pasos y decidió apagar la luz para no ser vista. Huyó todo lo que pudo de aquellos pasos pero fue en vano, un hombre moreno con barba la alcanzó. La niña, muy asustada, apuntó a aquel hombre con su varita.

Hombre: Señorita, ¿no sabe que no se puede andar por el castillo a estas horas?

Alyssa: Sí.

Hombre: ¿A dónde se dirigía?

Alyssa: No lo sé, no tengo a dónde ir.

Hombre: ¿Cómo que no? A su dormitorio. Y, por favor, baje la varita, no está bien apuntar a su profesor.

Alyssa: No tengo dormitorio y usted no es mi profesor, no lo conozco.

En ese momento, el profesor encendió una luz con su varita y observó el uniforme de la niña, el hombre se quedó muy serio.

Hombre: Acompáñeme.

Alyssa, insegura, decidió seguirle, pues no tenía otra opción. El hombre la llevó a su despacho y cerró la puerta.

Hombre: ¿De dónde has sacado ese uniforme?

Alyssa: De Hogwarts.

Hombre: Ese no es el uniforme de Hogwarts.

Alyssa: Sí de donde yo vengo.

Alyssa cogió el giratiempo y se lo enseñó al profesor. El profesor cambió su expresión, parecía reconocer el objeto.

Hombre: ¿Cuánto tiempo has viajado?

Alyssa: Era el 2 o el 3 de mayo de 1998.

Hombre: ¿Me estás tomando el pelo?

Alyssa: No.

Hombre: Hoy es 3 de mayo de 1918.

Alyssa: ¿Qué?

Hombre: ¿Cuántas vueltas le diste?

Alyssa: Sesenta.

Hombre: ¿Por qué giraste tanto?

Alyssa: Fue lo que Dumbledore me dijo que hiciera...

Hombre: ¿Perdón? ¿Has dicho Dumbledore?

Alyssa: Sí, él me lo dió.

Hombre: ¿Sabes su nombre?

Alyssa: Albus, Albus Dumbledore.

Hombre: Yo soy Albus Dumbledore.

Alyssa, sorprendida, miró a aquel hombre de arriba a abajo y le dió un abrazo. Al principio, el hombre se sorprendió, pero al escuchar los sollozos de la niña, correspondió al abrazo.

Hombre: ¿Por qué no me cuentas todo?

(...)

> 8 años después <

Una Alyssa más madura andaba por el Londres muggle y se sentó en la terraza de una pequeña cafetería.

La chica sacó de su bolso un periódico y lo leyó muy atenta. El camarero se acercó a Alyssa pero ella ni siquiera apartó la vista del periódico para mirarlo.

La maldición de AlyssaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora