Dia 1 - Tomándose de las manos.

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Era todo un día normal en la Port Mafia en el cual había bastante trabajo, cosa que ya era algo cotidiano: despertar por la mañana sintiendo que el sol nos ciega con sus intensos y brillantes rayos que iluminan todo, a pesar que son tenues gracias a las cortinas que siguen cegando a varias personas.

Como era obvio, ese día sin excepciones, se podía ver como Ango entraba en el bar Lupin atrasado como de costumbre para luego tomar asiento cerca de nosotros. Dazai se quejó nuevamente con Ango por llegar tarde de la misma manera a lo que Ango sólo agarró sus lentes y se los quitó para limpiarlos ignorando las quejas de Dazai. En consecuencia, la conversación que estaba  teniendo con él fue interrumpida gracias a la repentina llegada de Ango, ya que Dazai enfocó toda su atención en él y no en nuestra conversación. Era algo que me tenía frustrado desde hace varias semanas o algunos meses seguramente, aunque siempre preferí callarlo, pues, ¿cómo le explicaría a un joven de unos dieciocho años cuál es ejecutivo de la Mafia mis celos y posible amor? Era algo imposible, así que sólo callo. "Seguramente mi mayor error", pensé.

—¡Odasaku, dile algo a Ango!— dijo Dazai al voltearse hacia mí cuando notó que Ango solo ignoraba sus quejas. Era curioso cómo Dazai podía actuar como un niño pequeño aún siendo uno de los ejecutivos de la Port Mafia desde temprana edad.

—Habrá llegado tarde por el trabajo, Dazai— sólo posé mi mano levemente por su cabeza, acariciando su cabello en el acto después de hablar. Esperaba que esa acción calmara a Dazai del berrinche que parecía que una a hacer por algo que Ango va a hacer cada noche.

Él no parecía estar disgustado con aquellas caricias -lo que me alegró bastante-, aunque más bien calmaba mis celos y frustración. Me gustaba pensar que así Dazai entendería mis celos, ya que siempre que hacía eso posaba su mirada en mí. En su rostro se formaba una ingenua sonrisa, pero yo me fijaba en sus labios: eran pequeños y ligeros y parecían tener un sabor dulce. Su cabello se sentía suave, aunque no lo dejara ver a simple vista. Realmente no parecía que él fuera ejecutivo por esa actitud.

Pasaron algunas dos horas de una rara charla sobre gatos, sin embargo era solamente Dazai quejándose de su trabajo porque según él era muy aburrido y preferiría ser un gato para hacer lo que él quiera

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Pasaron algunas dos horas de una rara charla sobre gatos, sin embargo era solamente Dazai quejándose de su trabajo porque según él era muy aburrido y preferiría ser un gato para hacer lo que él quiera. Sentí que cerraba los ojos (seguramente por haber bebido bastante) hasta que escuché como Dazai parecía que iba a hacer otro berrinche. Abrí un ojo para fijarme que pasó ahora y noté que era porque Ango quería irse.

—Dazai, deja que Ango se vaya; está cansado y tiene trabajo—dije antes que me pida de nuevo que le diga algo a Ango. Tras eso, Ango se levantó y se fue, no sin antes agradecer mis palabras.

El castaño enfrente de mí parecía ligeramente molesto y sobretodo tenía el presentimiento de que él no quería irse a pesar de que mañana tiene trabajo y lo tarde que es. Solo suspiré y me levanté pidiéndole a Dazai que se levante. Este hizo caso, cosa que se me hizo rara ya que pensé que él se negaría. Mi atención fue dirigida a como Dazai iba andando en torpes pasos. Me imaginé que él ya estaba ebrio y sentí que no podía dejar que vuelva a casa solo a estas horas de la noche en su estado, por lo que siguió a su lado vigilando a Dazai para sujetarlo en el momento en que pise mal para evitar que se caiga al suelo.

Fue así por unos minutos hasta que sentí como una especie de calor en mi mano, pero uno que me sujetaba suavemente. Volteé mi mirada ligeramente hacia mi lado notando que Dazai era quien sujetaba mi mano. Percibí como mis mejillas estaban algo ruborizadas. Miré a Dazai a los ojos, unos totalmente marrones, pero que amaba a pesar no tengan brillo. "Su rostro está ruborizado. . . bastante", pensé. No me quejé ni me aparté mi mano; solo acepté la mano de Dazai entrelazando mis dedos con los de él con una gran sonrisa en mi rostro.

—Realmente lo amo— dije murmurando, obviamente si la intención de que el castaño lo escuche.

Lo que no se imaginaba era que todo fue un juego ratero de Dazai para saber si él correspondía sus sentimientos o no.

30 Dias OTP ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora