Noches de tormenta.

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Había despertado con un fuerte dolor de cabeza, apuradamente le mandó aquél mensaje a ChanYeol para avisarle que no asistiría al Instituto. Se encontraba todavía en cama pensando, su mirada fija en el blanco techo de su habitación. Había un silencio profundo, ni siquiera afuera parecía haber ruido, era él con su soledad. Justo en eso momento se preguntó, ¿qué estaba haciendo con su vida? Recordó, lo malo que era para socializar, el hecho de que no tenía más amigos aparte de JongIn; JongIn, aquél sujeto que siempre había permanecido a su lado sin importar las circunstancias, ahora no lo vería más, no lo tendría molestándolo, ni aconsejándole, tampoco escucharía su ruidosa risa cuando algo absurdo le parecía extrañamente divertido. Sólo tenía a ChanYeol, quizás a Jongdae, aunque sabía perfectamente que en realidad era amigo de su novio, y conocido suyo. Parecía que de pronto todo se entornaba más complicado, porque sí, tenía a ChanYeol, pero perdió a su confidente, aquella persona que nunca lo hacía sentir solo, o mal, o torpe. Pequeñas lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas, perdiéndose en los costados de su rostro, estaba sentimentalmente exhausto.

Limpió sus lágrimas con la manga de su camiseta después de un par de minutos y salió de la cama para tomar una ducha. Tenía que comenzar a enfocarse en los asuntos importantes, en tomar el control de su vida. Sabía de sobra que ChanYeol estaba molesto con él, después de aquella discusión en la calle, probablemente se sentía mal. Sabía también, que tenía mucha culpa, el mayor tenía razón, ¿él qué había hecho por ChanYeol? ¿él qué había arriesgado? Sólo le había puesto restricciones a su relación, estaba claro que cualquiera se cansaría de eso y no quería defraudarlo más, por alguna razón sentía que su relación estaba pendiendo de un frágil hilo.

Estaba decidido, iría por el a la salida de la universidad, le llevaría flores, probablemente era un detalle muy llamativo, o meloso, pero quería sorprenderlo. Quería vencer sus miedos, quería vencer las ideas de su cabeza hacia las burlas de las personas, quería no tener que esconderse más, no tener que esconder su amor por ChanYeol. Sería muy difícil para él, pero, no tenía nada más qué perder, porque de no arriesgarse, podía perderlo todo, podía perder a ChanYeol.

Tenía aún bastante tiempo para la hora de salida de ChanYeol, así que se tomó su tiempo en la ducha, se rasuró la inexistente barba que poseía, se colocó una mascarilla en la cara y se puso a pensar. Pareciera que no, pero, era una decisión importante en su vida, salir a la luz, vencer sus temores. Y esperaba superarlos con ChanYeol a su lado.

Al pasar de las horas sus nervios se hacían más notables, la ansiedad la caía encima como un balde de agua fría. Primero, se dirigió a la floreria donde compró un pequeño ramo de pompones, los favoritos de ChanYeol y posteriormente se dirigió a la universidad. Se encontraba fuera de esta unos diez minutos antes, miraba a algunas personas salir, otras entrar y cuando vio a Jongdae apretó con más fuerza el ramo.


Lo escondió detrás suyo y se dirigió hacia el, le pareció muy extraño el verlo solo, sin ChanYeol o ninguna otra persona.

—¡Chen!—Le gritó para llamar su atención, regalándole una sonrisa nerviosa pero bastante alegre. El nombrado un poco extrañado de verlo ahí se acercó hasta él.

—Sehun, hola.—Le sonrió también y vio que sus manos se encontraban escondidas.-¿Qué traes ahí, eh? ¿para quién es?

—Esto... ¿Y ChanYeol?

Era evidente el nerviosismo que tenía encima Sehun, y la curiosidad de Jongdae lo ponía todavía más nervioso.

-Oh.-Jongdae dejó de intentar ver qué tenía detrás y se encogió de hombros, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón.- No sé.

-¿No sabes? ¿Se quedó haciendo algo?

-No regresó a clases después de las dos primeras horas, supuse que se fue, contigo o quizá a su casa... Todavía es temprano para su compromiso...-Aquello último fue un susurro, no queriendo preocupar a Sehun. ChanYeol le dijo técnicamente que no se metiera en sus asuntos; contarle a Sehun que se vería con aquella persona era meterse, incluso meter la pata. Estaba indeciso entre decirle o no, después de todo esa era una decisión que ChanYeol debía tomar, no le correspondía a él, sin embargo, sentía cierta impotencia.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora