Ya había pasado un año desde que destruimos a ESO, Bev se había marchado y si bien había "perdido" a mi mejor amiga también me tranquilizaba un poco, sin ella aquí, no me podría opacar con su belleza. Les explicare, desde que tengo uso de razón he estado enamorada de William Denbrough, mi tímido y tartamudo vecino, y sé que suena estúpido para una chica de 14 años, pero enserio estoy enamorada de ese chico, mi respiración se acelera cuando lo veo, tiemblo al sentirlo cerca, no puedo dejar de admirar su rostro, juro que me duele amarlo. Todo iba relativamente bien, hasta que ella apareció.
Durante el final de verano Bill había hecho un viaje familiar para despejarse, era entendible después de todo. Lo malo, o al menos lo fue para mí, fue la misteriosa chica que conoció en el viaje, una chica de hermosos cabellos cobre llamada Bridget, la evidente señal que el destino me estaba dando.
Bill llego muy emocionado, hablando de lo hermosa y perfecta que era la chica, los demás perdedores reían y lo molestaban con una sonrisa, yo ocultaba las ganas de llorar y mis vidriosos ojos, para peor, como si de una cruel broma se tratara, la chica vendría a vivir a Derry con su tía por el resto de la segundaría, lo sentí como una bofetada.
En el momento que ella llego todo se vino abajo para mí, ella paso a ser la luz en la vida de Bill, ya no se iba conmigo al colegio, él ahora tomaba el camino contrario para pasarla a buscar directamente a su casa, no me invitaba a tomar helados los viernes, a esa hora él iba al arcade junto a ella, no me invitaba a cenar, él iba a la casa de la chica. Así sufrí durante cinco meses y lamentablemente ya no podía soportar más y en ese momento se me ocurrió la peor idea que podría haber tenido, confesarle mis sentimientos.
Me levante totalmente decidida ese día sábado, al fin le confesaría mis sentimientos a Bill, alrededor de las 13:00 pm camine directo a la casa de enfrente y con el corazón en la mano golpee la puerta haciendo nuestra clave especial, tres toques rápidos y dos lentos, involuntariamente apreté mi corazón hasta que doliera al ver que no era el ojiazul quien me abría la puerta, sino la bella chica de cabello cobrizo.
-¡Oh, _____! ¿¡Como estas!? ¿qué te trae por aquí?-dijo con su encantadora y sincera sonrisa.
-Mmhhh, Bien- respondí tratando de que mi sonrisa fuera sincera- Este... Quiero hablar con Bill ¿puedo pasar?
-¡Claro, me alegra que te unas a nosotros!, estamos en su cuarto.-no era necesario decir que estaba muriendo internamente, aun así, tercamente seguí con el plan, le sonreí y subí las escaleras.
-¡Mira quién nos acompaña Will!-dijo emocionada, mientras el chico sentado en la cama me sonreía con cara de confusión logrando que mi corazón quisiera salir corriendo.
-¿(t/a)? ¿qué haces aquí?-mi rostro se coloreo de rojo sin poder evitarlo.
-Solo quería hablar contigo, es algo importante.-dije mirando disimuladamente a la chica.
-¡Oh! entiendo-hablo la chica alegre-iré a buscar las galletas que están en la cocina.-y se marchó sonriendo, eso debí haber hecho yo.
Bill me sonrió de nuevo y golpeteo la cama junto a el para que me sentara, le hice caso tratando de que llegara oxígeno a mis pulmones.
-Dime, ¿de que querías hablar?-¿habrá notado que estaba temblando?
-Mmmhh, de hecho, es bastante simple-movía mis dedos con impaciencia- te quería decir que... me gustas, mucho.-no me atrevía a levantar la mirada.
-Uffff...-de apoco comencé a levantar la vista, él había puesto sus codos sobre sus rodillas y tapaba su cara con sus manos.
-Hey, por favor di algo-trate de decirlo con la mayor delicadeza posible, aunque mi voz estaba rota.
-Perdóname, enserio lo siento (t/a), Bridget es mi novia.-mi corazón resbalo de mis manos y cayó al piso, solo pude enfocarme en el dolor de la caída, sonreí rezando para que no viera las lágrimas que corrían por mis mejillas.
-Tranquilo, seguiremos siendo amigos, ¿no?-asintió algo atontado- Bueno, me tengo que ir...-me pare y dándole una última sonrisa, se esas que parecen muecas, salí por la puerta bajando las escaleras lo más rápido posible.
-¿No comerás con nosotros?- solo le sonreí negado y salí corriendo.
Ni siquiera recuerdo como llegue a mi cuarto, solo sé que no alcance a sentarme en la cama, solo me caí al piso mientras sentía la falta de oxígeno en mis pulmones, con mi vista nublada, solamente caí, justo como mi corazón.
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