Capítulo 7: "Mi mayordomo... va a la feria".

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Narra Scott: Saludos mis queridas damas y caballeros que siguen mí vida quisiera darles mis más sinceras disculpas porque la autora no haya actualizado mi historia.

—Haber Scott sin rodeos cuéntales lo que le hiciste a la escritora.

Yo sólo fui a ofrecerle una taza de té a su escritorio, pero bueno...

—La hizo dormir durante mil años, era un té del sueño profundo y la muy TARADA ya no actualizó. Dejándonos a nosotros también inmóviles.

Discúlpenme, discúlpenme.

—No tienes remedio Scott. Mejor limpia y sigue contando la historia.

Esta bien "My Miss" (Help me, Help me).

Volviendo a la historia seguí con mis deberes de mayordomo, limpiando los cubiertos de plata, haciendo la cena suficiente para mi ama y sus hijas lo normal.

—¡Scott, ven por favor!

Corrí con mi velocidad de demonio y le pregunté a mi ama.

—¿Qué sucede madame?
—No voy a poder llevar a Molly a la feria de Londres ¿podrías llevarla tú?

Yo extrañado pregunté:

—¿Hoy? pero si esta noche la señorita Molly usted sabe.
—La feria suele relajarla, sólo procura traerla antes de que la luna llegue hasta su punto más alto ¿de acuerdo?
—Yes my Miss.

Como ven tendría mi primer gran aventura con la señorita Molly... a solas. No piensen mal, no piensen mal.

—Gracias por acompañarme Scott.
—¿Porqué tus hermanas no quisieron acompañarte?
—Dicen que no me toleran en las noches de luna llena, prefieren mil veces quedarse a leer libros o entrenar a un tigre de Bengala que ir a la feria conmigo.

¿Sintieron eso? es un corazón quebrándose... el mío.

—¿La puedo abrazar?
—Claro Scott, puedes tener todos los abrazos que quieras.

Aunque los abrazos humanos eran muy mal vistos entre los demonios. Por una extraña razón se sentían bien.

—¿Y qué quiere hacer ahora?
—Vamos a la rueda de la fortuna.

Los dos pagamos un boleto y nos subimos a esa rueda giratoria que los humanos llamaban rueda de la fortuna.

La ciudad de Londres se veía tan bella a esas alturas.

—Nunca había visto nada tan bello.
—Tienes razón Scott, la vista a la ciudad de Londres es asombrosa.

Por fortuna como la rueda je je, la luna todavía no alcanzaba su punto más alto por lo que podíamos subirnos a un par de atracciones más antes de volver a la mansión Midnight.

—Y ahora Molly Chan ¿a dónde se quiere subir?

Vi como la señorita Molly veía a un muchacho de ojos color verde y rubio con bastante interés.

De la misma manera que yo miraba a su hermana Melody (olviden eso último).

—Que bueno que bochan nos dejó ir a la feria hoy Bard.
—Sí Finny por un momento estaremos lejos de Sebastián y su perfección.
—¿Están listos para divertirse?
—Sí Mei Rin.

Mientras tanto.

—Señorita Molly ¿me escuchó?
—Lo siento... ¿dijiste algo?
—Sí le gusta ese chico solamente vaya a hablarle.

Molly se sonrojó muchísimo y me dijo apenada:

—Claro que no, mi mamá nos tiene prohibido a mis hermanas y a mí tener novio ¿sabes cómo reaccionaría si se entera?

Sólo pude ver a mi ama con una mirada llena de pura maldad y sosteniendo unas tijeras diciendo:

—Te lo advertí demonio, que no pusieras tus lujuriosos ojos en mi hija mayor ahora te voy a mandar al infierno yo misma ¡muajaja!

Sólo recordarlo me causa escalofríos.

—La entiendo su madre aterraría hasta al mismísimo diablo.
—Hablando del diablo ¿entramos a la casa aterradora?
—Sí vamos.

Más que terror la casa aterradora le daba risa a la señorita Molly, pero igualmente se divirtió y eso es lo que cuenta.

—Ahora quiero un algodón de azúcar.
—Vayamos a ver si el de los algodones todavía está.

Por fortuna el de los algodones seguía ahí y en ese mismo lugar estaba el chico de antes.

—Hola Molly.

Molly actuó muy sorprendida.

—Co... ¿conoces mi nombre?
—Sí tu eres la sirvienta de Lady Midnight ¿verdad?
—Sí soy yo— mintió.

No entendía porque Molly le mentía, vaya que los humanos son bastante raros respecto al amor.

Yo apenas los estoy aprendiendo.

—Siempre quise saludarte, pero nunca he tenido el valor.
—Yo pienso exactamente lo mismo.

Me mantenía un poco al margen, no quería que la señorita Molly se sintiera incómoda en mi presencia. Eso y porque el tipo que lo acompañaba mencionó a Sebastian.

Ahora me tenía que disfrazar de otra cosa, entré a una carpa y tomé el primer disfraz que encontré a la mano. Para mi buena suerte no era de bailarina.

—Holis, soy el payaso Scotty listo para la función de hoy.

Molly no paraba de reír por mi actuación, mientras yo hacía malabares y literalmente "me hacía el payaso".

—Ese payaso es muy bueno— dijo Finnian.
—Sí que lo es.

Tenía que irme con la señorita Molly cuanto antes o la luna llena dejaría ver lo que realmente ella es.

—Y como acto final, haré a esta chica "desaparecer"— dije mientras tomaba a Molly de la multitud.
—¿Espera qué?

Tomé una capa y con mis poderes demoniacos me tele-transporté con la señorita Molly devuelta a la mansión Midnight.

—Vaya Scott eso estuvo realmente cerca.
—¿La pasó bien señorita Molly?
—¿Bien? FUE LA MEJOR NOCHE DE MI VIDA, gracias Scott— dijo mientras me abrazaba.
—Cuando guste lo repetimos.

Por las niñas Midnight me disfrazaría hasta de enfermero si fuera necesario.

En ese mismo momento Lady Midnight nos sorprendió dando unos aplausos.

—Sí, sí fue muy divertido ahora Scott lleva a Molly al calabozo donde va a pasar la noche.
—Yes my miss.

Era triste tener que encerrar a una chica con la que me la había pasado realmente bien en la feria. Pero era lo mejor para ella.
Fin del Capítulo.

¿Lo hice bien Lady Midnight?

—Todavía te falta aprender mucho  rata asquerosa, pero debo admitir que vas por buen camino.

Gracias Madame.
Fin del Capítulo.

Kuroshitsuji: "El hermano de Sebastián".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora