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Realmente Em me entusiasmó un poco, la última vez que había salido de fiesta fué hace bastante tiempo atrás. Cuando vivía con mi madre ella hacía todo lo posible por que me quedara en casa, nunca le gustó mi estilo de vida que se basaba en dibujar, salir de fiesta, escuchar música y reír a carcajadas.

La puerta de mi lugar se abrió y dí un salto del susto. No recordaba que cuando me mudé le había dado llave a Emma, gran error, solo la utiliza cuando quiere sacarme a rastras de aquí.
-Bueno bueno! Ya llegué, mueve tu culo que nos vamos-
-Ya voy Emma Clarke.- dije riendo
-Ew, no me llames por mi nombre completo Charlotte, te voy a odiar.-
Me reí. Emma odiaba su nombre completo y yo odiaba que me obligara a salir cuando no quería así que ya estábamos a mano.

Emma me trajo al centro comercial. Podría jurar que se probó todos los vestidos de todas las tiendas. Finalmente se probó uno negro que le quedaba perfecto con su piel pálida y ojos verdes. Para mí eligió uno de color blanco, me encantó, era abierto en la espalda, ceñido a mi cuerpo y no mostraba ningún escote. Contrastaba con mi cabello rojizo.

Decidimos prepararnos en mi departamento, ya que Emma vivía con su madre y éstas nunca estaban de acuerdo. Recuerdo que de pequeñas Emma le rogaba a mi madre para que la adoptara ya que la madre de Emma siempre ha sido muy estricta y no combinaba con el espíritu libre de mi mejor amiga.
-Charlie, te noto muy callada, espero que no estés considerando cancelar nuestra salida a última hora.- me miró expectante mientras se colocaba rímel.
La verdad era que me encontraba desanimada. Deseaba leer el libro hoy y no salir de fiesta, pero cancelar a última hora no era mi estilo. Respiré profundo y plasmé mi mejor sonrisa para continuar preparándome.

Light in Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora