Infierno terrenal

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Bueno para empezar, no estás obligado a leer esto, puede ser ofensivo para algunos, así que lee bajo tu propia responsabilidad, recuerda que el contenido es fuerte, y en ningún momento invito a nadie ha hacer esto, así que disfruta tu lectura.

1 de abril, del 2005.

Realmente no era una persona muy religiosa, ni siquiera apoyaba ese movimiento, me sigue pareciendo hipócrita y una bola de mentiras dichas por personas que no tienen ningún fundamento. En esta ocasión iba en caza de pastores, había en uno en especial, lo vi desde que era un niño, aunque ahora es más viejo pero sigue dando misa.

Jerick es un hombre guapo bien conservado que sigue dando misa los domingos puntual como siempre, tenía cierto gusto por los niños y por algunas mujeres, se los llevaba a su oficina después de misa a un retiro decía él, en el cual duraban horas.

Flash back

Mi papá me llevaba a misa cada domingo, decía que teníamos que rezar por mamá, pero sinceramente no sentía que Dios me ayudará ni que me escuchará, el padre Jerick solía ser muy amable conmigo, me daba consejos de como aguantar la situación, me caía demasiado bien, decía que todo pasaría pronto, solo eran pruebas de los angeles para poder subir al cielo.

Él me llevo a un cuarto rojo con un gran crucifijo colgando de la pared, había solo una cama con mantas en tono blanco.

Me sentó en la cama y procedió ha hablar.

— Pequeño Jerom, aquí es donde Dios padre perdona tus pecados. Dónde puedes purificarte, Dios no te juzgara en este lugar, aquí es donde el pecado deja de ser existente, Dios escuchará tus súplicas conmigo.

Sus palabras se empezaban a arrastrar mientras hablaba, parecía que la saliva se le caía de la boca cuando comenzó a pasar su mano por mi pierna.

Jerick se levantó para ponerse frente a mí, imagine lo que quería hacer, mi mente estaba algo perturbada. Sólo hice un movimiento brusco, le di una patada en su miembro dejándolo tirado en el piso con un dolor insoportable tocándose sus partes mientras salía a los brazos de papá, casi llorando.

Fin del flash back

Jerom caminaba por el parque siguiendo al pastor, ya llevaba una semana viendo su rutina, por fin tuvo el valor y se acercó a él, sabiendo que lo recordaría. Era un chico muy extraño, cabello negro, piel blanca y ojos azules, así que no sería fácil de confundir, ni difícil de recordar.

El pastor siempre iba con niños así que no sería complicado resolver su rutina, Jerom se acercó y le tomo del hombro saludando de mano.

— Buenas tardes pastor ¿Me recuerda?

— Claro que sí Jerom ¿Cómo están tus padres?  ¿Cómo estás tú?

— Mi madre murió de un infarto, y mi padre ahora está anciano en el asilo con Alzheimer, voy a verlo de vez en cuando pero no me reconoce.

— Entiendo. Una situación difícil ¿Porque no vamos a mi iglesia y así te purificó?.

Acepte ir, al final de cuentas ahí sera su tumba, pero él no lo sabía, todo el camino permanecimos callados, creo que él recordaba el pecado que había cometido. Una vez ya en su iglesia, me ofreció confesarme, yo sin dudarlo acepte.

— Bien Jerom, en el nombre del padre, del hijo, y del espíritu Santo, cuéntame tus pecados, hijo.

— Acabo de matar a un hombre ¿Quieres saber el porqué?

Lo dije de una manera sonriente que incluso la felicidad se veía en mi semblante, me llenaba de orgullo hablar de ese tema.

Jerick se quedó perplejo y no supo que decir, volvió a su postura y dijo.

Diario de un asesino © Wattys 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora