Cinco minutos. Cinco minutos quedaban para que los estudiantes salieran como bestias enfurecidas de las clases. Deva estaba nerviosa; sería la primera vez que haría algo así, engordar a propósito.
Aún así, recordaba que desde que tenía consciencia ya contaba con esos gustos, esos pensamientos. Muchas veces la avergonzaron, y durante muchos años -sobretodo durante la niñez - pensó que era la única, que estaba mal, que tenía alguna clase de problema.
No fue hasta los diez años que cogió el móvil de su padre y buscó por Internet aquello que más ansiaba descubrir... si era ella la que estaba mal, si era la única. Encontró entonces a muchos usuarios que preguntaban lo mismo por Yahoo, que pregubtaban si era normal querer engordar, querer ser obeso; algunos directamente lo asumían y contaban su historia para, al final, preguntar como engordar más rápido o de una manera más eficaz. Todo aquello para la chica fue un alivio, entendió por fin que no estaba sola y por eso cesó su malestar.
Unos años más tarde, a los 13, encontró por primera vez la comunidad del feederism, que se presentó para no despedirse nunca pues sabía que ese fetiche formaba parte de ella desde que nació y lo haría hasta que muriese.Estaba encerrada en su habitación de la casa de verano llorando, podía oir como desde la sala todos sus familiares hablaban sobre su peso, que no era normal para una niña de 9 años.
Ella cogió una caja de galletas que tenía escondida en el armario -puesto que no le dejaban comer esos alimentos - y empezó a comer. También estrechó su cinturón hasta el último agujero para que le apretara. Le gustaba sentir que estaba gorda, quería serlo más, ¿acaso era eso tan malo? Se sentía sola. A veces de escondidas iba a comprar comida y comía más de lo que en casa sabían. Pesaba casi el doble de lo que debería pesar un niño de su edad y eso le sabía mal, pero de alguna manera también le gustaba. No entendía el porque. Llevaba ya la mitad de las galletas y estaba llena puesto que también había cenado, y no había tomado una porción pequeña precisamente; pero eso le daba igual y por eso siguió comiendo hasta que se acabaron las galletas. El cinturón se acabó rompiendo y eso le gustó.
Finalmente escondió la caja vacía y el cinturón roto en el armario y se durmió con un horrible dolor de estómago.El ruido de los estudiantes saliendo a gritos la hizo salir de sus pensamientos. Para no quedarse atrás ella también se levantó y empezó a recoger sus trastos, todos menos el móvil ya que esperaba impaciente una llamada. Cuando tenía todas sus cosas en la maleta se dirigió a la puerta dispuesta a salir cuando una voz detrás de ella la detuvo:
- ¿Dónde vas? -preguntó la chica situándose detrás de Deva.
- Ale... -rió nerviosa - no te había visto.
- Normal, cielo, normal. -supiró la mejor amiga de Debora, Alejandra - Has estado todo el día en la parra, me gustaría saber en quien pensabas que suspirabas tanto -añadió para mirar lascivamente a su amiga.
- No digas tonterías Ale, ya sabes que yo te lo cuento todo.
- Eso espero amiga. -dijo mirando sospechosamente a su amiga para hacer la broma - Bueno, ¿nos vamos? No vamos a estar en la puerta toda la vida.
- Claro -rió Deva con su amiga.Se proponían a salir cuando de pronto una melodía interrumpió sus risas. Era el móvil de Deva. Ésta miró la pantalla para saber de quien se trataba: era Chema. Claro, ¿quién más iba a ser? No esperaba la llamada de nadie más. Lo cogió apartándose un poco de Alejandra.
Al terminar colgó y volvió a acercarse a su amiga.- Así que no me ocultas nada -dijo Alejandra cruzando los brazos.
- No te pongas así Ale, es solo un amigo. Hemos quedado y no lo recordaba.
- ¿Para qué? -preguntó relajada de nuevo, alzando una ceja y con un tono provocativo.
- Pues... -"venga piensa" se dijo Deva a si misma - pues para un trabajo. -rió nerviosa - Claro, ¿qué más podría ser?
- Ya, ya, no me vengas con tonterías Deva, como si no te conociera. Anda ve con tu amado, yo aprovecharé para ver a Dani.
- Gracias Ale, eres la mejor -le sonrió a su amiga en busca de perdón.
- Lo sé, lo sé.
ESTÁS LEYENDO
El secreto de Debora
General Fiction"Sé tu secreto"... Esas palabras calaron profundo en su consciencia y le causaron un temor inimaginable, y con razón. Deva, una jóven aparentemente normal y, aunque tiene sus kilos de más, bastante atractiva, oculta un oscuro secreto... tan oscuro a...