Capítulo 3

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N-n-o ... por fa-vor — la voz del hombre frente a ellos salió temblorosa y lenta. 

La habitación era naranja, un color poco común en habitaciones para tortura, pero bueno, ellos no eran los asesinos más comunes que podrías encontrar, excéntricos, delicados, tan... tan ellos. El olor a sangre se sentía en el ambiente, mezclado con un olor fuerte y corrosivo. El suelo gris, de mármol pulido a  la perfección, salpicado de manchas rojas. Ahí es donde se encontraba el pobre Jev, un hombre alemán de metro noventa y tres, blanco con cabello cobrizo medio, un mercenario entrenado del ejercito, un pobre eslabón que decidió tomar la estúpida decisión de meterse con un adolescente rubio y altanero, que podría muy bien pasar por un ángel. Pero las personas olvidan que los ángeles también asesinan, que son fuertes y superiores a cualquier ser humano. 

— Esto es demaaaaasiado aburrido — bufó el rubio. 

— Todo te aburre rápido Niall; esto ya acabará. 

— Lo sé — sonrió mientras arrancaba la última uña que quedaba en la mano derecha del hombre. — ¿Sabes? yo sería un buen manicurista. 

— Mhm siempre dices que serás bueno en cualquier cosa... no estoy tan seguro. 

— ¡¿Disculpa?! — indignado pregunto Niall — creo que no sabes con quién estás hablando, soy Niall James Horan, Dios reencarnado del olimpo, daddy del mismísimo Zeus. Así que ponte de rodillas, besame los pies y chúpame el pene. 

— Eres tú quién chupa, dios reencarnado — respondió con sarcasmo. 

— Puff bueno... eso no cambia las cosas y mejor tráeme el ácido — una sonrisa macabra se formo en su rostro — haremos esto más divertido. 

La persona se quedo quieta, no movió ni un solo musculo. Niall suspiró. 

—  Lo lamento, se me olvida quién manda ¿si?... sabes como soy de distraído —  hizo un puchero. 

  Tomo una botella mediana con el líquido dentro y se lo entrego a Niall. El rubio sonrió, tomo la botella con ambas manos y la elevo un poco, admirando, contemplando el líquido en el interior de ese envase, insignificante envase de plástico pero que dentro llevaba un valioso contenido para el chico de ojos celestes. Le encantaba el daño que podían provocar; algunos provocaban que la piel se quemará o se deshiciera pero no pasaban de eso, claro, dependiendo de la cantidad que se use, pero sus favoritos eran esos que con una mínima cantidad lograban traspasar más haya de la piel, destruían los músculos, venas y todo a su paso, con los huesos costaba un poco más, pero para eso tenía a su consentido el ácido fluoroantimónico el cual era corrosivo y conocido como el súper ácido, uno de los más peligrosos del mundo, destruye todo tipo de cosas, pero sobre todo aquellas que tengan calcio como los huesos;  el calcio le atrae mucho, le gusta tanto que lo destruye, como una hermosa relación tóxica. 

En una ocasión muy especial lo utilizó con su hermano mayor, el muy hijo de puta se creía mejor, más importante y todas esas mierdas que no importaban ya.

Lo amarro a un poste de metal, sentado sobre el suelo por tres días, le daba solo agua durante el día y una rodaja de pan para la hora del almuerzo, lo tomo con calma porque sabía que si se exaltaba iba a matarlo rápido y con dolor, pero no sería suficiente ¿por qué dejarse llevar por el enojo cuando lo podía hacer lenta y dolorosamente  a la vez?. Con los elementos adecuados hecho gotas de ese ácido en el centro de los pies, los gritos, súplicas y llanto de su hermano era glorioso, ver las lágrimas recorriendo sus mejillas, escuchar como suplicaba, era mejor que comer y eso que Niall amaba comer demasiado. El ácido dejo un orificio de lado a lado en cada pie, luego de eso lo paro, lo colgó un poco para que sus pies no recibieran todo el peso, pero si el suficiente para que doliera y así lo tuvo otro día y medio. 

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2019 ⏰

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