Capítulo 3

605 71 11
                                    



||*||

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

||*||


El carro se detuvo con un frenado suave. El estacionamiento comenzaba a llenarse de padres y alumnos quienes tenían entre doce y quince años. Los de grado superior ingresaban por la puerta posterior y principal ya que aquella escuela contaba con primaria, secundaria y preparatoria de gran élite.

Una pequeña niña de cabello castaño oscuro de largo hasta la altura de los hombros, estaba sentada quieta y silencio en la parte trasera del auto lujoso y moderno de su familia. Llevaba un moñito sobre un costadito de su cabeza, junto con un impecable uniforme conformado por una blusa blanca junto con una corbata tipo moño que rodeaba el cuello y sobre esto llevaba su saco azul marino con franjas plateadas; una falta de pliegues junto con unas medias blancas altas y zapatos negros.

A pesar de sus cortos doce años sentía que la ropa le estaba asfixiando, sabiendo aún que varias niñas matarían por llevar ese bonito y delicado uniforme (de acuerdo ella sabía que exageraba) pero eran palabras de su madre no las de ella.

Por la ventana del auto vio a una pareja de esposos vestidos sencilla pero elegantemente junto con una niña de cabello corto (tres dedos más cortos que el suyo) y desordenado pese a que su madre fervientemente trataba de arreglarlo junto con unos ojos negros grandes que resaltaban en su rostro.

La oyó decir:

—Esto me molesta, mamá —Comentó la niña mientras trataba de desajustarse el moñín y resopló cuando su madre le dio una ligera palmada en la mano evitando la hazaña.

— Pero se te ve tan lindo, cariño — Mencionó la madre acomodándole el mismo moño del cual la niña trataba de quitarse. El señor a su lado le bailaba una sonrisa en sus labios — Creí que te sorprendería.

—Y vaya sorpresa me llevé cuando fuimos a comprar mis útiles. —Murmuró con el ceño fruncido con aire resignado dejándose acomodar el saco y la falda.

BaekHee sonrió sin percatarse.

—¡BaekHee! —El llamado de su nombre por parte de su madre la envió de vuelta al escenario donde ella vivía. Al mirar la parte trasera de la cabeza de su madre trató de recordar algún escenario como el que acaba de ver. Donde ella era cariñosa y atenta, una madre amorosa pero ese recuerdo nunca llegó... porque nunca existió.

—Sí, madre. —Contestó monótonamente.

—Espero que tu disciplina, en este colegio, sea impecable —Comenzó. BaekHee detuvo el mordaz impulso de rodar los ojos — Ya que...

—Han invertido una gran cantidad de dinero y tiempo, llamando a sus contactos para que tenga una buena educación —Repitió como grabadora conociendo el discurso desde hace más una semana — Lo sé, madre —Espetó sin poder contenerse.

Creciendo Juntos [1]➵ [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora