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Daniel inmediatamente me llevo a casa, al llegar en lo primero que pude pensar era en mi madre, en que estuvo todo el día encerrada sin agua ni alimento y me hacia sentir un poco más miserable, corrí hasta el segundo piso ya frente la habitación de mi madre me congele, estaba completamente estática mi cuerpo comenzó a tiritar sin razón alguna, mi cuerpo no reaccionó hasta que el chico de ojos azules se puso a mi lado y toco mi hombro me sentía tan culpable, reaccione de inmediato fue ahí que aún con dudas tome el cerrojo de la puerta y la gire lentamente, al estar completamente abierta me adentre con lentitud a la estancia, mis piernas en ocasiones temblaban tanto que parecía que en cualquier momento perdería el equilibrio, cada paso que daba mi mente pensaba en un nuevo escenario catastrofico



-. Mamá? -llamé y no recibí respuesta alguna cosa que me hizo sentir más nerviosa- mamá!? -esta vez sí escuchamos un sonido proveniente del cuarto de baño- mamá! -corrí hasta llegar a la puerta del cuarto de baño, inmediatamente abrí la puerta y pude divisar una silueta a través de la cortina- m-mamá? -pregunté con un hilo de voz provocado por el nudo de impotencia que se formó en la boca de mi estomago, vi como se movía de inmediato corrí las cortinas y ahí la vi tenía atadas las manos y los pies y su boca amordazada, rápidamente me dispuse a dejarla libre por completo, al terminar de soltarla sin previo aviso se abalanzó para abrazarme tan fuerte que podría decir que ya me faltaba el aire-
-. Eres tú, verdad? -tomó mi rostro con ambas manos y comenzó a examinar todo mi rostro-
-. Si *sonreí melancolica* lo siento mamá -baje la mirada mientras ella negaba repetidas veces, me disculpe tantas veces pero nu una de mis disculpas valdrían ya que eso no arregla el hecho de que le hice daño-
-. No mi niña, se exactamente la lucha que tienes y... entiendo -ella aún no había notado la presencia del chico de ojos azules y yo había olvidado por completo que se encontraba junto a nosotras pero llamo nuestra atención-
-. Ejem -aclaró su garganta-
-. Daniel! -ambas giramos para verlo, el me miro con una expresión algo extraña- mamá... el es Daniel Andrews el chico del que te había hablado el otro día
-. Tu eres Daniel? -lo miro muy alegre, el simplemente asintió- mucho gusto soy la madre de Bia, Elisabeth Jhonson... Pero supongo que ya lo sabes -asintió nuevamente- gracias... Por no alejarte sabiendo la verdad y por lo que pasa mi hija -extendio su mano y ayudo a mi madre a ponerse de pie-
-. No tiene que agradecer señora desde que la vi en el autobús del colegio supe que era especial y ya se el por qué -dirigio una mirada algo extraña para mi-
-. Espero y no la dejes sola que no te alejes, desde que descubrieron su enfermedad todos se alejaron y no tiene amigos... *interrumpi*
-. Mamá! -mi voz salió en manera de reclamo- basta
-. Entiendo y le aseguro que pasaré mucho tiempo con su hija -me miro divertido y desafiante-
-. En serio esta pasando esto, ahh...!! -alborote mi cabello-





Se hizo tarde y mi querida y hermosa madre invito al chico de ojos azules a que se quedara a cenar e incluso llegó a invitarlo a pasar la noche con nosotras quería en ese momento desaparecer pero no de la manera que siempre quería hoy me sentía un poco normal, el obviamente se negó porque sus padres se preocuparían, mi madre siguió insistiendo pero no logró convencerlo, cenamos y conversamos sobre algunas cosas terminamos de cenar y mi madre se quedó con Daniel en la cocina mientras yo me dirigí hacia el living a ver que había de interesante en la television





-. Bia! -escuche a mi madre llamarme-
-. Si, que sucede mamá -dije ya estando en la estancia-
-. Daniel ya se va, acompañalo hasta la salida *ordenó*
-. No, no es necesario señora -movió sus manos de un lado a otro-
-. Apresurate - ordene y gire sobre mis talones para encaminarme a la puerta de entrada-

El lindo chico presente siguió mis pasos a una distancia prudente, al estar frente la puerta tome el cerrojo y la abrí


-. Irás mañana a clases? -pregunto justo antes de que cerrara la puerta-
-. Tendria razones para ir? -me asome un poco más a la puerta y luego me encogí de hombros-
-. Yo soy una razón -dijo de repente provocando cierta inquietud en mi- acaso... Estas sonrojada? -rapidamente cubrí mi rostro porque tenía razón me sentía avergonzada-
-. Solo vete -dije al cabo de un rato-
-. Me estás botando? -hizo un leve puchero que me causo mucha gracia-
-. Nos vemos mañana -dije entrando nuevamente a casa-
-. Si irás? *acenti* -movi mi mano como despedida y cerré la puerta-






Entre y me dirigí donde se encontraba mi madre estuve con ella poco tiempo porque me sentía cansada, no quería contarle que estuve en el hospital porque se preocuparia, antes de subir a mi habitación le dije que cerrara con seguro/llave la puerta para evitar cualquier acontecimiento
Hoy fue un día algo extraño más de lo que a sido siempre por primera vez no asistí al colegio, estuve hospitalizada y a esto se incluye mi conocimiento de una de las voces buenas que existen en mi, al contar mi historia me sentí libre sentí una carga menos en mi, después de hablar con esa dulce voz no e vuelto a escuchar a las otras insidiosas voces y eso me preocupa demasiado porque sé que algo malo sucederá
Al despertar no me sentí como cada dia, sentía paz de alguna u otra manera tanto que se sentía tan 'normal'



.Bia
.Nos extrañastes


-. Que demonios?... -senti una punzada en mi pecho y mi cuerpo debilitarse en fracciones de segundos-


.Tal parece que no recuerdas nuevamente
.Nunca recuerda



Comenzaron a reír a carcajadas no quería escucharlas por primera vez me sentía bien conmigo misma me escondi entre las sabanas hasta que dejaron de fastidiarme, suspiré pesadamente y salí de las sabanas que me cubrían para después levantarme muy pesadamente al estar de pie opte por primero arreglar mi cama, al levantar las sabanas vi algo que congelo mi sangre e hizo que dejara caer las sabanas al suelo así lo pude ver mejor había sangre por todas partes y no sabía si era mía o de alguien mas



VOCES SINIESTRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora