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Un nuevo día a llegado, el sonido de mi alarma hizo que despertará, que volviera a una realidad horrible de la cual no quisiera pertenecer, y muy a mi pesar me levanté de la cama, busque mi uniforme, me dirigí hacia el cuarto de baño, me quedé estática al ver la imagen plasmada en el espejo frente a mi, veo a una chica llena de moratones, su rostro totalmente palido, labios resecos y una mirada tan oscura como una noche sin estrellas, entonces cada uno de los sucesos de esa noche me golpearon tan fuerte que me quede aturdida





.Te ves muy linda Bia
.Que te hiciste hoy?
.Acaso te arreglaste para el?



-. Que demonios me hicieron?!! -no podía dejar de ver aquella escena, mis ojos comenzaron a cristalizarse, la impotencia lleno mi sistema, me sentía más vulnerable cada dia-


.Nosotros?
.No te podemos hacer nada




-. Mienten!! Ustedes se apoderan de mi cuando duermo, malditos -las voces continuaron torturandome una vez más que no pude evitar llorar y querer desaparecer, estoy al borde y nadie puede escuchar mis suplicas-




Lave mi rostro y me adentre a la ducha percatandome de que el agua este lo suficientemente fría para sentir dolor una vez más, después de un largo baño de tortura salí de allí con una toalla envuelta en mi cabello y mi cuerpo, seque bien mi cuerpo teniendo cuidado de no lastimar más mi piel mayugada para comenzar a vestirme, recogí mi cabello en una coleta alta y una vez más volví a mirar mi reflejo a través del espejo, pude ver un color rojizo en mis labios, mi rostro con un poco mas de color, pero aún con moratones en mis brazos y hombros, obviamente tardarían en desaparecer
Baje hacia el comedor pero algo me pareció muy extraño mi madre no se encontraba allí ni en la cocina




-. Mmmmm seguirá dormida? Debe haber estado muy cansada -me dije a mi misma tratando de no perder la calma-



Respire hondo y me dirigí a la cocina, tome un plato coloque algo de leche y luego cereal me acomode en el comedor comí algo apresurada porque el autobús estaba por pasar, salí como siempre corriendo pero esta vez con un gran nudo en el pecho por el hecho de saber que mi madre no se despedía de mi por alguna extraña razon
Como todo el tiempo busque mi lugar al final y aquellas voses insidiosas hicieron comienzo a su revolución



.Querida Bia tu mami no se despidió
.Que puede haberle pasado



-. Demonios... alejense de mi! -Di un grito sin importarme quienes me escucharan, mi error-



Todos giraron a verme y justo el chico lindo que me habló iba subiendo se imaginarán la expresión de preocupación que me dedico, me sentí aún más miserable con todo esto que deseaba desaparecer en ese instante, rápidamente me levanté de mi lugar dispuesta a salir de este maldito autobús y desaparecer así sea por unas horas pero alguien se interpuso en mi camino



-. Que haces? A donde vas? -tomó mi brazo, me llevo nuevamente hasta atrás del autobús y me obligó a sentarme- por que huyes?
-. T-tu no me conoces, ok? Y cuando sepas quien soy y lo que me condena me verás igual que ellos - inmediatamente hice una seña hacia el resto de estudiantes dentro del autobús-
-. Quieres bajar y huir *acenti* bien entonces iré contigo -inmediatamente lo mire y tomó mi mano haciendo que ambos nos pusiéramos de pie-
-. Espera!.. Que haces? -comence a tratar de detunerlo-
-. Huir -se encogió de hombros- iré contigo *sonrió* hey! Detengase por favor -le hablo al conductor el cual se detuvo y nos miro confundido- podría hacernos un favor? -el conductor asintió lentamente- si preguntan no asistimos por problemas de salud, esta bien


Ambos bajamos del autobús el me guiaba y aún llevaba mi mano agarrada, eso me hacía sentir muy nerviosa, tenía los nervios de punta


-. A donde quieres ir? -giró para poder verme-
-. No quieres saber porque soy así? -fue lo primero que se me ocurrió cuestionar ya que pues supuse que tendría curiosidad y por vergüenza, más bien por miedo baje la mirada-
-. Todo a su tiempo y, si tengo muchas dudas sobre ti pero... primero quiero saber sobre tus gustos y demás cosas, si tu quieres me dirás el resto pero no te obligare a nada -me sonrió tiernamente-


Caminamos un poco mas por un parque que estaba cerca, ya estaba algo agotada, trate de ocultar mi cansancio pero tal parece que soy mala para eso porque Daniel lo noto


-. Estas cansada verdad?
-. Que?... No, estoy bien -menti-
-. No necesitas mentir Bia -dijo al cabo de un tiempo- ven -me guío hacia un pequeño banco que se encontraba ahí-
-. Gracias -dije rompiendo el silencio incómodo que se había formado segundos antes-
-. Por que? -cuestiono confundido-
-. Por sacarme de ese lugar, por... Por no dejarme sola, por estar aquí ahora -me acomode para poder mirarlo y me encontré con su perfil-
-. No tienes que agradecerlo -me miro- sabes, No se porque te tratan así pero lo que creo es que son unos imbéciles ya que no ven la hermosa chica que tienen frente
-. G-gracias *sonreí* -por primera vez sonreí sinceramente, después de tanto tiempo-
-. Y entonces, que te gusta hacer? -pregunto al cabo de un tiempo-
-. Pues en realidad no tengo actividades favoritas -respondi de lo más normal-
-. Por que?
-. Tiene que ver con mi vida en general -dije mirando al suelo, de nuevo esa sensación de no querer estar aquí me invadio-
-. Yo no... *interrumpi*
-. Tranquilo, cuando sepas mi verdad entenderás -lo corte para que no se sintiera mal, esa no es mi intencion-
-. Esperaré a ese día, y que hacemos? Nos vamos? *acenti*



Caminamos hasta llegar a una parada de autobuses el me propuso acompañarme hasta mi casa cosa que negué pero no pude persuadirlo, el camino iba tan bien hasta que comenzaron las voces (no ahora)




.El chico lindo te salvó
.No creas que siempre será así



-. Estas bien? -me miro preocupado al notar que me ponía pálida y comenzaba a sudar frio-




.Como crees que este tu querida madre Bia
.Estará bien?



-. Con mi madre no se metan, me oyen -hable sin importar si me escuchaban o no, el miedo invadió mi sistema apenas hablo de mi madre-
-. Bia, calmate -tomó mi mano, ese acto me sorprendió y por reflejo me levanté- todo está bien, siéntate -hice lo que dijo y hable-
-. Daniel ayúdame! -suplique mientras lo miraba totalmente asustada-



La sensación de haber olvidado algo regreso a mi, cada vez que algo malo pasaba mi mente bloqueaba varios recuerdos, y mi cuerpo se tenso sentí mi sangre helarse al recordar que esta mañana mi madre no desayuno junto a mi, no estuvo conmigo, sentí tantas náuseas y miedo que sólo podía pensar en lo peor



-. Tienes que ayudarme, mi mamá.... -No supe más mi cuerpo se desvaneció mis ojos pesaban y se cerraron poco a poco, me desmaye caí en un lugar donde sólo lo negro se hacia presente

VOCES SINIESTRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora