Donde habita el dolor

Capitulo 5: Habitantes del bosque

-Se acabó. Todo ha terminado aquí y ni siquiera he podido salvarla. No pude salvar a nadie. Voy a morir siendo un inútil. Alguien como yo es lo que se merece. Aquí acaba el juego. Aquí acaba mi vida.

Noté el peso de aquella criatura caer sobré mi. Estaba temblando. Lo había aceptado, moriría. Pero, quién no tendría miedo a la muerte.

Notaba a la críatura sobre mí, babeando sobre mi cara, disponiéndose a asestar el golpe de gracia.

-Nadie sobrevive al miedo. Nadie sobrevive a mí. Nadie se salva de la desesperación.

Oí esas palabras resonar en mi cabeza. Sabía de quién era. De ese horrible ser que ví en la niebla. El controlaba todo lo que pasaba, jugaba con nosotros.

-No quiero morir.- Dije entre sollozos mientras notaba como la criatura acercaba sus fauces más y mas cada segundo.

Abrí los ojos un segundo y en ese momento todo fue a cámara lenta en mi cabeza. Vi a la bestia sobre mí, ya había lanzado sus fauces a mí cuello.

Estaba muerto.

-Voy contigo Bayl.- Me susurré a mí mismo.

Estaba tan asustado que mi vista empezó a nublarse y mis oídos a pitar.

De repente algo atravesó a la bestia que calló a un lado. No sabía que ocurría.

-¿Estas bien?¿Así pretendes cuidar de alguien?.- Dijo una voz desconocida para mí.

Mi vista estaba borrosa pero, pude distinguir la silueta de una persona que se acercaba hacia mí.

Segundos después me desmayé.

Desperté en un lugar bañado en completa oscuridad.

-¿Hola?¿Amy?¿Dónde estás?

-Se ha ido.- dijo la vez del señor del bosque

-No.. No puede haberse ido.

-Se ha ido. Se han ido todos. Estás solo. Ni Amy, ni tus padres, ni tu hermano Bayl. Nadie te esperará. Estás solo.

-No puede ser. Ellos... Ellos... Ellos no harían eso.

-Estas solo chico. Y seguirás solo siempre.

-No... No...¡No! Es mentira. Estás mintiendo.

-Despierta.

Se oían las risas del señor del bosque tronando a mí alrededor

- ¡DESESPERA!

-Despierta.

-Eso es chico vuelve con ellas. Te estaré vigilando.

Desperté agitado. Estaba hiperventilando, sudando y temblando. Estaba completamente aterrado.

-¡Chico!¡Tranquilízate!.- dijo una voz de chica que desconocía.

Agité la cabeza y intenté tranquilizarme.

-Estas bien.

-Si,eso creo.

Amy se lanzó sobre mí y me abrazo llorando.

-Tenía miedo. Tenía mucho miedo. No quería que murieseis. Alexandra te salvo.

Abracé a Amy y le acaricié la cabeza intentando tranquilizarla. Miré a mi alrededor y me fijé en aquella chica.

Era una chica delgada con el pelo azul y piel blanca. Sus ojos eran de un azul brillante. Vestía una sudadera gris y unos pantalones de camuflaje. Tenía una expresión seria mientras me miraba. Parecía tener mi edad.

-Gracias por salvarme.

-De nada, pero la próxima vez puede que no esté ahí para salvarlos.- Dijo enfada

-Lo siento, no se fabricar armas y cuando llegué ni siquiera había ningún animal salvaje.

Ella suspiró.

-¿Como llegaste aquí?

-Desperté aquí, no se como vine ni porque. ¿Y tú?

-Igual.

-Entonces... ¿Alexandra?

-Yap. ¿Y tú eres?

-Gael. Pero puedes llamarme Ga.

-¡Gael! No sabía tu nombre.- Dijo Amy con una bonita sonrisa.

- Dejaos de ñoñerías.

-Amy.¿Me ayudas con la cena?

-Por supuesto.

-¿Cena?

Miré hacia la hoguera. Descubrí que habían utilizado aquella bestia para hacer la cena.

Iba a comerme lo que casi me come. Irónico ¿Verdad?

Nos sentamos alrededor de la hoguera los tres juntos. Parecía que Amy y ella se llevaban bien. Me alegraba ver sonreír a la pequeña.

-¿Hay alguien más contigo, Alexandra?

-No...-Dijo con voz triste.

-¿Ocurre algo?Preguntó Amy con cara de preocupación

-Murieron... No queda nadie. Los mató.

-Lo siento.- Dijo Amy tristona.

-No te preocupes pequeña.

-¿Puedo preguntar que los mató?

-Me llamarás loca, ya que solo yo lo ví pero, los mató un ser llamado el señor del bosque.- se rió como si se llamase tonta a sí misma.

Mis pelos se erizaron y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Ahora sí estaba asustado

-El señor del bosque es real.