Aᴍᴏʀ ᴅᴇ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏs.

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La habitación de Temor era espaciosa, tenía pósters de sus actrices favoritas adheridos a las paredes, pintadas por ella misma, de todos colores. Había un ropero repleto de prendas negras con brillos, zapatos de tacón y bolsos; en una esquina se hallaba una minibiblioteca llena de cómics y al costado había un mueble con diversos productos para maquillarse acompañado de un espejo.
Las sábanas de la cama se encontraban no tan tendidas gracias al peso de Soberbia, quien estaba acariciando a Romeo, la mascota del lugar.

—Déjame terminar de comprender, ¿Fuiste elegido para traer de vuelta a un ángel que bajó hacia las tierras de los mortales porque estaba cansado de su miserable vida?— Temor no paraba de tocarse la nuca mientras caminaba de adelante hacia atrás.

—Si, además de que me cambiarán el nombre a uno más «terrenal». Algo así como una nueva identidad.

—¿Cómo te llamarás ahora? ¿Pepe? ¿Alfonso? ¿Roberto? Oh, ya sé. Julieta. Serás la novia de nuestro querido y preciado Romeo— En los ojos de la chica se notaba el pequeño humor que quería introducir en la conversación, sin embargo el perro le dirigió una mirada extrañado y salió de la habitación.

—Que graciosa. Por lo que me comentaron será Lucifer, tengo un hermano menor y una mascota llamada Lucía, y actualmente tengo veintiún años— El castaño mostraba bastante indiferencia en sus palabras.

—¿Esto no te afecta?— Al recibir una mirada de incomprensión la rubia trató de explayarse más—. Me refiero a tener una vida completamente diferente a la que tienes ahora. Porque, creo suponer, vas a intentar entender un poco ese lugar tan escasamente conocido por nosotros para luego hacer tu trabajo.

—Lo dudo, no encuentro algo entretenido en un mundo tan miserable como el de ellos. Quiero decir, ¿Qué tan feliz debes ser como para encontrar diversión asesinando gente, animales, robando, exhibir completamente tu cuerpo o llorar por la muerte de un conocido?

Ante esto último la rubia se quedó callada, ambos habían sufrido una pérdida cercana y llorado a la vez, pero Soberbia pudo superarlo mucho antes.

—Lo siento— reiteró—, sé que ambos pasamos lo mismo y que es muy grosero de mi parte tratar con tanta sequedad estos temas, pero esto es completamente nuevo para mí y siquiera sé cómo debería reaccionar o qué hacer.

Temor dejó el lugar donde estaba reposando y se sentó al lado de su hermano para segundos después abrazarlo. Sabía que iba a ser difícil para él aunque éste no lo admitiese, el estar lejos de su familia, amigos... Pero también reconocía que no lo dejaría caer en ningún momento.

—Todo saldrá como debe salir.

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El ahora llamado Lucifer estaba empacando todas sus cosas. Ya había terminado de guardar lo necesario hasta que dirigió la mirada a su mesa de luz donde reposaba un cuadro, una imagen donde estaban él, sus padres y Temor. 
No sabía con exactitud qué debería sentir, pero tenía miedo. Miedo de perder. Perder en la misión, en la vida. Perder a los seres que lo acompañaban cada día, perderlos como perdió a sus padres.

—¿Todo listo?— Cuestiona Angustia mientras entra a la alcoba para recoger las maletas.

El menor asiente con una sonrisa y proceden a bajar las escaleras. 

El proceso era sencillo, para pasar de un mundo, o universo, a otro debían elegir un reloj determinado. Cada uno de ellos tenía un color representativo, en este caso utilizarían el verde que, obviamente, los conduciría a la tierra mortal. 

—Este reloj tiene tal poder que llegaría a extinguir a la raza humana, ten mucho cuidado con él. En las manos correctas puede ser inofensivo, en las garras incorrectas... siquiera puedo pensar en aquello.

—Sería buena idea quebrantar un mundo entero.

—Inténtalo y no volverás a ver la luz del día— Lujuria se hacía presente, llevaba puesto un traje color bordo que combinada a la perfección con sus ojos.

«¿Algún día dejará de ser tan formal y tener tanta cara de amargado?» Pensó Lucifer.

«¿Olvidas que yo también sé leer mentes, muchacho?» Continuó el señor de cabellera sublime, el muchacho no dijo más y sólo se limitó a enderezarse y mirar el reloj.

—Tendrás todo el tiempo que necesites para idear, o no, un plan para capturar al ángel. En cuanto consigas tu cometido puedes localizarnos al instante con este zarcillo, debes colocarlo en el lóbulo de tu oreja.

—Parezco una mujer.

—No es novedad, querido— Le lanzó una mirada divertido y salió del cuarto.

Lucifer le dio un abrazo a su abuelo para luego dar un suspiro, no uno normal sino uno lleno de angustia y excitación.

—Lo lograrás.

Después de escuchar esas palabras vio todo oscuro y deforme a su alrededor. Las que antes eran ventanas se convirtieron en caras enrojecidas que lo miraban con furia, el que antes era su abuelo ahora era una bestia gruñendo para devorarlo, todo estaba apagado, las cosas volaban y siquiera encontraba forma en ellas. Animales, supuestas personas, alimentos; aparecían gárgolas de repente, Hurrems devorando cabezas...

Y despertó.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2019 ⏰

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ᴱᵘᵖʰᵒʳᶤᵃ ;; ᴹᵃᵗˢᵠᵘᵃʳᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora