Antes de leer, quiero aclarar algo: La razón por la cual ésta historia está escrita de la siguiente manera es por el simple hecho de que sería muy confuso utilizar sus nombres de países en un contexto totalmente AU. Decidí, con ayuda de mi Beta, colocarle un nombre alternativo, con el fin de que fuera más fácil tanto la edición como la producción en sí. Sin embargo, más adelante en la obra misma se va a ir explicando por qué se los llama de igual manera como país.
PD: Usé las versiones humanas de mis CH, las cuales mencioné que utilizaría en mi otro fic, Red Lies, aquí les dejaré sus nombres.
Third Reich: Klaus Kleist-Hohenzollern.
SS: Jeff Von Kleist.
Second Reich: Lutz Kleist-Hohenzollern.
Prusia: Hagen Kleist-Hohenzollern.
Fem Prusia: Louse Kleist-Hohenzollern.
Alemania: Frederich Kleist-Hohenzollern.Imperio Ruso: Ivan Antónov Romanov.
Omsk: Yuri Novikov.
URSS: Nikolai Antónov Romanov.
Rusia: Aleksei Antónov Romanov.
Ucrania: Andréi Antónov Romanov.
Belarús: Olga Antónov Romanov.
Kazajistán: Dimitri Antónov Romanov.USA: Luke Walker
Canadá: Noah Walker
Polonia: Adam Pawlak.
China: Qiang Yang.
Japón: Ryou Himura.
Imperio Japonés: Hinata Himura.
Italia Fascista: Francesco D'Angelo.
Italia: Giovanni D'Angelo.México: Juan Pablo Pérez Sánchez.
Argentina: Mateo Fabián Fernández.
Perú: Theo Castillo Gutierrez.
Fem Perú: Tamara Castillo Gutierrez.
Chile: Thiago Torres Gonzales.
España: André Castillo de BorbónONU: Skye Williams
UE: Hans van houssen.Sin más que decir, disfruten de la lectura.
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"Quizás a ti te toma 5 segundos en decirme algo hiriente, pero, a mí me puede tomar 5 días, 5 semanas, 5 meses o hasta 5 años en poder borrar esas palabras de mi cabeza.
Todo dicen 'Acéptate como eres' mas no saben lo complicado que es aceptarse a uno mismo, cuando la sociedad te discrimina por todo, te insulta, te golpea y te hace sentir horrible...
¿Cómo voy a aceptar qué soy y cómo soy... si ellos mismos, si la sociedad misma, no para de hacerme daño?
Son preguntas que, al hacerlas, sólo dan paso a oscuros y torpes silencios que terminan en la nada"—Alemania.
Kazán, Rusia, Septiembre de 2035.
Las nubes grises adornaban el entorno; las voces, lo llenaban. El escenario estaba puesto, armado, listo para que los actores importantes salieran a la escena. Pero ése no era el caso de Frederich, el joven marginado que yacía en su banca, al final, apartado completamente del resto.
Las palabras del profesor de química se sentían tan lejanas, pues sus pensamientos se dividían en diferentes fragmentos, esparciéndose por toda su cabeza. Unas ganas de llorar lo envolvieron, como si su alma gritara desde adentro, al tiempo en que las voces, las cuales moraban en su cabeza, eran demasiado para él, terminando por llevar su mano derecha a su cien, masajeando lentamente dicha zona.
El sonido de los demás tecleando en sus computadoras le molestaba un poco, lo mareaba a decir verdad. En cambio él, era más a la antigua, ya que prefería anotar en un cuaderno negro que tenía, el cual se caracterizaba por tener dobladillos rojos y hojas cuadriculadas.
Por alguna razón, en ese momento su padre vino a su mente. Sus manos suaves y su calidez relajante, él parecía regresar con aquel que había muerto hace muchos años atrás. Ése, su adorado padre.
Frederich... Mi querido Mein kleines Deutschland.¿Esperaste de nuevo a tu padre? Debes dormir, yo siempre estaré aquí cuando despiertes.
—Y eso es todo por hoy, pueden retirarse. —soltó el docente, a la par que cerraba su enorme y polvoriento libro. Frederich miro a todos lados, aquello lo despertó de sus pensamientos.
El timbre se hizo presente por detrás de sus palabras, al tiempo que sentía su cabeza dar vueltas, tragando de forma ruidosa saliva. Un suspiro salió de su boca, sabiendo pronto cuál sería su destino una vez cruzara ese umbral.
—¡Vamos, puto marica alemán! —exclamó la voz de Luke una vez lo acorraló en los baños, dándole una paliza contra los azulejos blancos pulcros.
El americano por excelencia se encontraba allí, molestándolo, recordándole la molestia basura que significaba para ese lugar. Él, lejos de temerle, sólo disfrutaba de humillarlo justo ahí, dándole de golpes y arrastrándole de sus hebras negras hacia los inodoros, donde le ahogaba la cabeza.
Era obvio saber que nadie jamás se percataba de que el chico, siendo tan pulcro en su expediente debido al efecto que causaba sobre sus víctimas, disfrutaba de abusar de los estudiantes de aquella manera.
—Escúchame bien, hijo de puta —siseó el polaco, observando aquel ser que, a sus despreciables ojos mieles parecidos a los de un águila, era más que asquerosa con sus delicadas facciones—. Tú me acompañarás a la puta azotea, porque tenemos algo pendiente para ti, ¿bien?
Dicho esto, el joven tiró del cuello de su camisa arrastrando a este por los pasillos, nadie haría nada, todo porque lleva un pecado que no es suyo. Subieron escaleras hasta la dicha azotea, luego lanzaron al alemán contra el suelo. Frederich sólo se quedó tieso en su lugar un momento, recibiendo una patada como incentivo justo en las costillas obligándolo a ponerse de pie rápidamente.
El americano, por su parte, le mojó el resto de la cabeza, haciéndolo pasar como si él mismo se lo hubiera hecho, al mismo tiempo que salía colgado de su hombro con una hipócrita sonrisa en su boca, la cual todos sabían que significaba peligro. Las nubes grises brillaban en el cielo, amenazando que quizá llovería, mas éste no sería el momento. No sería justo.
Ambos en la parte alta de la institución, iba empujando a la "escoria" dentro, maldiciéndolo pronto en su idioma, no merece vivir, no después de lo que el mundo sabia.
—Haz lo tuyo, Polonia —mencionó el joven, cruzándose de brazos mientras apoyaba su espalda contra la puerta, algo común. Después de todo, él era tanto el testigo, como el guarda de la puerta.
Adam Pawlak, aquel polaco que de alguna manera odiaba de forma intensa y sin razón a cierto alemán, era el mejor amigo del americano que tenía enfrente, y pareja, todos sabían eso, Luke Walker. Allí, en la azotea, no sólo estaban los líderes de la banda de bullying, sino que también de algunos los cuales formaban parte de ambas.
El alemán tembló un poco, al tiempo que sus cabellos negros se le pegaron en la cara. Retrocedió lentamente al ver cómo los otros cinco lo miraban, mientras que dos de los costados le tomaban de los brazos.
—Claro, USA, será divertido. Después de todo, el hijo de un asesino no debe estar cerca de gente como nosotros —susurró el castaño.
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▓ ÖFFNE DIE TÜR ▓ ✠RusGer✠
Fanfiction¿Alguna vez has mirado a alguien mientras están haciendo algo como reír o comer y solo sonríes y te das cuenta lo mucho que te gusta? Es triste. Porque nadie nunca va a luchar por mi, nadie va a detenerme cuando me alejo, y tampoco me aprecian cuand...