treinta y cinco.

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A la mañana siguiente tocaron a su puerta y maldita sea, ella estaba descansando. Abrió los ojos despacito para evitar que los rayos de sol le quemaran las pupilas, pero no pasó nada porque no hubo rayos de sol, porque aún no amanecía.

"Qué coños... ¡Si no eres Luke Hemmings será mejor que te vayas!" gritó y cerró los ojos enfurecida, odiaba los hospitales, odiaba estar allí. 

"Mala suerte para ti, porque soy Luke Hemmings y vengo a perturbar tu sueño." al escuchar aquella voz abrió los ojos como platos se incorporó a la cama y comenzó a arrancar las agujas que llevaban suero a sus venas, quitó y quitó lo más que pudo antes de que alguien abriera la puerta de su habitación. Allí estaba él. Perfecto. Con un café en la mano, un gorrito y una sudadera azul. Su rostro era adornado por unos ojos claramente cansados y enrojecidos, abajo de ellos se podían apreciar ojeras negras. Se veía de la mierda, cansado, agotado. Pero los rostros de ambos se ilumaron cuando sus ojos se conectaron. "Oh, princesa, mira que desastre has hecho con esos cables." sacudió la cabeza divertido y ella estuvo a punto de gritarle que fuera y le diera un maldito beso pero él se le adelantó. Dejó su café sobre la mesa que estaba al lado de la puerta y caminó lo más rápido que pudo hasta llegar a su lado, se inclinó y posó ambas de sus manos al lado de la cara de ella, acortó la distancia entre ellos y unió sus labios. Encajaban como dos piezas de un rompecabezas. Fue mágico, magnífico, todo lo que habían soñado. Y era realidad. "Cariño, ¿qué te ha pasado?" murmuró apenas se separaron, había empezado a llorar y Leila no pudo evitar llorar con él. 

"No llores, por favor, Luke." él secó las lágrimas de ella tiernamente y se dedicó a besar cada centímetro de su rostro. Cubriendo sus moretones y rasguños con amor. 

"Te amo." murmuró y ambos estaban completos. Y olvidaron el dolor, sólo sonrieron. 

"Te amo más." 

"Sentí que mi mundo se destrozaba, ¿sabes?" tomó la mano de la chica y jugó con sus dedos dulcemente, cuidando de no herirla más porque estaba sosteniendo a su mundo entero. 

"¿Cómo llegaste hasta aquí, cómo te enteraste?" 

"Bueno, me encontraba llorando en mi habitación..." Luke rió y Leila sonrió. "Cuando mi madre llamó a la puerta y dijo que era importante, abrí y me dio el teléfono. Era tu padre, suplicando que viniera a verte porque al parecer te negabas a hablar con alguien que no fuera yo. Envió un jet privado y aquí estoy, al lado de mi princesa."

Y la besó nuevamente, permanecieron en silencio porque a veces el silencio dice más que mil palabras. Se encontraban en la oscuridad besándose, y amándose. Encerrados en una habitación con olor a café. Compartiendo miradas y guardando secretos. Mandándose notas privadas con los ojos. Sintiendo sus corazones explotar cada vez que sus labios u ojos hacían contacto. Sólo eran adolescentes enamorados. 

"Te escribí una carta, espero no sea muy cursi." rompió el silencio mientras sacaba un pequeño sobre de su bolsillo. 

"Aw, Luke Hemmings qué lindo eres." 

"Sólo con mi chica."

Ella le guiñó un ojo, él sintió morir allí mismo. Abrió el sobre y sacó una hoja blanca de papel. 

'»Lo que te hicieron no es justo. Tu luz era brillante y nueva pero no les importó, tomaron el corazón de una pequeña niña y lo hicieron crecer demasiado rápido. Ahora palabras como inocencia no significan nada. Aquellos recuerdos se reusan a salir de tu mente, regresándote al pasado. Aquellas imperfecciones que ves en el espejo, yo las veo diferente, yo las miro como perfección. Por ahora permite que tus lágrimas toquen el suelo y tira lejos todo lo roto dentro de ti, y sigue asombrando a la gente de cuán perfecta puede ser una chica quebrada. Pero no quiero verte así, no más. Es tiempo de mostrarle al mundo qué tan valiente eres, saliendo adelante de esta.

Esta es la carta para la chica quebrantada, la que ha sido marginada por el frío mundo, esa eres tú. Escúchame cuando te digo que no eres despreciable como ellos te hicieron sentir. Hay un amor dentro de ti que jamás te podrán quitar. No te tienes que quedar como la chica quebrantada. Porque yo te arreglaré.' 

Leila sonrió y tomó a Luke bruscamente del cuello atrayéndolo hacia ella, tomando sus labios con amor y deseo, empezando a armarse nuevamente. Dejando que Luke la sanara, como él quiso desde el primer día. 

"Espero que sepas cuánto mi corazón depende de ti."

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escuchen la canción del vídeo. 

7Cups of Tea //l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora