treinta y seis.

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El sol era cálido pero no quemaba, no había ni una sola nube en el cielo y el aire era fresco. Leila reía mientras Luke le cantaba boom clap de Charlie XCX, él era quien iba empujando la silla de ruedas de Leila al salir del hospital después de dos semanas de cuidados intensos, besos, películas, caricias y café. Sus padres los miraban con amplias sonrisas cubriendo sus rostros, después de la tormenta sale el sol. Y sí, Leila había sido la tormenta, pero se controló a la llegada del sol, a la llegada de Luke. 

Y aunque suene bastante cliché, él la había salvado. Porque él se había colocado la armadura y había afilado su espada, él peleó contra los demonios de ella y los asesinó sin piedad alguna. Y ella le había dado a él la mejor cosa de su vida, un amor puro y sincero, algo real a qué aferrarse. Eran polos opuestos, siempre se supo, pero por eso encajaban tan bien... digo, para completar un puzzle no se pueden tener piezas iguales, se necesitan piezas de diferentes tamaños y formas para que puedan encajar y revelar el hermoso diseño que esconden una vez que están unidas. A Luke nunca le interesó el dinero de Leila. A Leila nunca le interesó el físico de Luke. Era un amor demasiado inocente. Pero conservaba aquella pasión que ambos poseían en los momentos adecuados. Hasta ahora no se habían tocado y ni siquiera lo habían intentado, era cierto, ¿pero qué importaba? ellos no querían algo fugaz o momentáneo, ni se dejaban llevar por sus hórmonas porque sabían que tenían una vida entera para poder amarse cuerpo a cuerpo, porque sí, ambos sabían que estarían juntos para siempre. Y sabían que tendrían una familia, que él sería de ella y ella de él. Se querían porque encontraron su punto débil, porque se dieron cuenta de eran los únicos que podían calmar sus demonios mutuamente, porque valían los riesgos, porque valían la pena. Se amaban, pero no por la manera en que bailaban con sus ángeles, sino por cómo el sonido de su voz podía calmar a sus demonios. A ambos les asustaba un poco, ¿saben? el sentirse sentimentales, pero sabían que todo estaría bien siempre y cuando sus manos estuvieran entrelazadas.

Los dos crearon algo nuevo e impredecible porque llevaron aquél amor juvenil, infantil y celoso a algo mucho más. A algo maduro, seguro y amable. Porque comprendieron qué es el amor cuando se miraban a los ojos, y ahora que lo tenían no dejarían que se les escapara entre los dedos.

*Ya no importaba cada noche que esperaron, cada calle o laberinto que cruzaron porque el cielo conspiró a su favor y a un segundo de rendirse se encontraron. Se hacen bien, encienden luces en el alma del otro. Creen en ellos, y en ese amor que los ha vuelto indestructibles, que detuvo sus caídas libres. Sus dolores se quedaron kilómetros atrás, sus fantasmas hoy por fin están en paz. El pasado es un mal sueño que acabó, un incedio que en sus brazos se apagó, cuando estaban a medio paso de caer los silencios de ella se encontraron con la voz de él, se siguieron y reescribieron su futuro. Es aquí su único lugar seguro. Ella solía sentarse en su casa con las luces apagadas para ver la vida de diferentes colores hasta que él decidió que era hora de que despertara. 

Desde hoy pueden correr por las calles con las estrellas en los ojos, derribar esta ciudad en la oscuridad de la noche, porque tienen el tiempo a su favor y porque pueden sobrevivir a esto. Están dominando el mundo e irán a donde ellos quieran, dejarán atrás los planes que tenía antes y serán impredecibles. Ninguno de los dos quiso alguna vez ser salvado, y ahora van a la deriva. Juntos son un terremoto que no esperará otro día. Ella lo recogerá si cae a pedazos y él será el que la salve, y ambos mostrarán sus colores sin miedo a lo que digan las personas que aún viven en un mundo pintado de blanco y negro. No saben qué les tiene preparado el futuro, pero por ahora están dejando que las piezas caigan en su lugar hasta que pierdan el control. Y sólo saben que pasarán a través de todos los obstáculos y que harán algo nuevo e impredecible. 

"Te amo, Leila." le susurró al oído y al instante ella sintió un escalofrío recorrerle desde la punta de sus pies hasta la cabeza. 

"También te amo, Luke, no tienes una idea de cuánto." 

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Este es el final. Uh, qué duro decirlo JAJA. Pero bueno, todo tiene un final, ¿no? Este es el final de Luke y Leila, un final feliz porque así lo merecen. Quiero aclarar que en mi cabeza, después de algún tiempo... ellos se casan. Y sí, viven juntos forever and always *tira pétalos de rosa perfumados mientras salta en círculos* lo que sigue después de eso es historia, una historia que ustedes pueden terminar como deseen siempre y cuando Luke y Leila estén siempre juntos porque así va a ser toda la vida, estaban destinados a encontrarse y jamás dejarse ir. 

Espero que les haya gustado esta historia tanto como a mí, me encantó escribirla y disfruté haberla publicado aquí. Muchas gracias por todo el apoyo que me mostraron desde un inicio, no tienen idea de cuánto significa para mí esto.

Ahora bien, puede que la historia de Luke y Leila haya terminado pero yo y mis ideas de nuevos fanfics jamás se acaban y ahora mismo estoy empezando a publicar una nueva historia "18" de Michael Clifford y me encantaría que la leyeran porque es mi proyecto fuerte, y estoy poniendo TODO mi empeño en él. He dejado de escribir Morning Rain y Et por publicar 18, y AMARÍA si le dieran una oportunidad, capaz y les termina gustando ¿no? el link estará en los comentarios, o pueden ir a mi perfil y buscarlo allá.

Una vez más, muchas gracias. Las ama, Valeria.

7Cups of Tea //l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora