New Chance [Klaus] [The Originals]

14: "Nuevas versiones"

Cuando abrí los ojos sentí un frio horrible recorrerme la espalda, vi que estaba nuevamente afuera de la casa de mis padres antes del incendio, en esa realidad distorsionada que había visitado antes sin razón alguna. La puerta principal de la casa estaba abierta así que pase. Tan pronto cruce el umbral escuche a un bebé llorar.

-¡Por favor, Sarah! –escuche a mi madre en una versión bastante joven en la recamara de abajo, había varios muebles infantiles allí, estaba dando vueltas por la pequeña habitación con un bebe en los brazos, estaba envuelto en una manta de color verde menta. –Ya comiste y ya te cambie el pañal... no sé qué más quieres. –se veía realmente estresada, traía el cabello suelto y lo tenía muy largo, no traía ni una gota de maquillaje y seguía en pijama. Parecía que iba a llorar de la desesperación porque no podía resolver una situación tan simple como esa.

El horror que corrió por mis venas al identificarme con mi madre fue indescriptible.

-No puedo hacer esto... -se acercó a la cuna y me dejo allí con muy poco cuidado, se alejó de inmediato y apretó los puños con fuerza, choco con un muebles a sus espaldas y el golpe incito una reacción violenta de su parte, se giró levemente y de una patada tiro todas las cosas encima del mueble, con los brazos lo movió como medio metro tras soltar un gran respiro, toda su ira lobuna se estaba filtrando. Mi versión de tan solo unas semanas de haber nacido lloró más fuerte. –No, no... -volteo a ver a la cuna y ahí se le rompió la voz, arrastro su espalda por la pared al llevarse las manos a la cara y sollozo fuertemente. –No puedo hacer esto. –respiro hondo tratando de controlarse, haciendo su cabello para atrás y viendo al frente, dentro de un trance. –No quiero esto.

Cuando sentí una lagrima caer por mi mejilla, totalmente afectada por la escena, desperté de la pesadilla.

En realidad estaba en casa de los originales, recostada sobre un sillón reclinable, en el vestíbulo de entrada. Me puse de pie tras recordar todo lo que había pasado y trate de salir corriendo pero choque con una barrera invisible que delimitaba el circulo de sal donde me encontraba.

-Maldita sea. –me enoje casi de inmediato. Guarde silencio un segundo para analizar la situación pero no pude pensar claramente porque me estaba muriendo de hambre. -¡Klaus! –grite al volver a tirarme en el sillón, reclinando el respaldo. -¡Klaus! –subí el volumen para que se apresurara.

-¡Niklaus! –el llamado de Elijah desde las escaleras me asustó, cerré los ojos e hice una mueca, no estaba de humor para soportar una situación así. -¡Niklaus!

-Ya escuche, Elijah. –ahí hablo el hibrido saliendo e na habitación del piso de arriba, lo escuche acercarse a mí mientras otro par de pasos venía desde el primer piso. -¿Cómo te sientes, amor?

-Sácame de aquí. –volví el respaldo del sillón a la normalidad. –Ahora.

-Responde a la pregunta, Sarah. –pidió Elijah severamente.

-No voy a hablar con ustedes en estas condiciones, Elijah. –repliqué bastante molesta. –No tienen ningún derecho a encerrarme aquí.

-Después de lo que hiciste ayer... tenemos todo el derecho. –comentó Freya llegando a la discusión, era las pisadas que faltaban. –Por el bien de nuestros sobrinos.

-¿Cuáles sobrinos? –cuestione mirándola. –No sé mucho sobre embarazos pero creo que estamos en el tiempo correcto para solo llamarlos fetos. –ella me miró mal y los otros dos guardaron silencio. –Y no pueden obligarme a tenerlos.

-No es solo tu decisión. –discutió la rubia nuevamente.

-Sí, lo es. –corregí, ella hizo una mueca y desvió la vista.