2. La suerte ha sido lanzada

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Eran cerca de las 8:00 hrs cuando el desayuno en la casa Carvajal dio inicio, el primero en aparecer fue León Carvajal, tomando su lugar al frente de la mesa, la segunda persona en tomar asiento fue Guillermo Carvajal, el cual se sentó a dos asientos de su padre a la derecha. La siguiente persona en bajar fue Valentina Carvajal, la cual se sentó a la derecha de su padre, posteriormente tomó asiento Eva Carvajal, la cual tomó asiento frente a su padre en el otro extremo de la mesa.

-Buenos días familia – Saludó León a sus tres hijos.

-Buenos días papá – Contestaron todos a la vez, mientras les servían el desayuno.

-¿Y el resto de la familia? – Preguntó Guille.

-Lucía salió temprano, tenía un desayuno de negocios y luego tenía prueba de vestido – Contestó León a su hijo.

-Mateo tuvo trabajo. Y a mi parecer es el único miembro de la familia – Contestó mordaz Eva.

-Eva por favor – Le pidió su padre – Ya hemos hablado de esto –

Eva solo reviró los ojos antes de centrar su atención en el desayuno, Valentina estaba por vomitar de tanta crueldad en los sentimientos de Eva, al saber que Lucía yacía al lado de su padre.

-Lucía pronto será de la familia – Comentó Guille.

-Para mí Lucía Borge jamás será una Carvajal – Dijo Eva antes de levantarse de la mesa e ir directamente a su habitación.

-Eva!! – Le llamó su padre pero la mujer no atendió a los llamados de su padre.

Valentina observaba atentamente las emociones de su hermana, temía que la situación se volviese insostenible, quería mucho a su hermana, aunque también quería a su padre.

-Vale ¿Me oíste? – Preguntó su padre.

-Lo siento papá no te escuché. ¿Me decías? – Preguntó la castaña clara.

-Quiero que vayas a la empresa – Pidió su padre – Así podrías ir conociendo, para que te vayas familiarizando –

-Me parece bien – Contestó Valentina.

-Estupendo, iremos hoy mismo – Celebró su padre.

-Bienvenida al grupo Carvajal Valentina – Le molestó su hermano, a lo que la castaña clara solo le pegó un golpe, provocando que este riera más.

Terminando su desayuno trató de localizar a su hermana, para hablar con ella, quería mostrarle su apoyo, y al fin revelarle que ella estaba al tanto de toda su historia con Lucía. Pero fue en vano, la morena ojos claros ya había desaparecido.

Tomó sus cosas y se dirigió al auto de su padre el cuál la llevaría al grupo Carvajal, dónde próximamente ella trabajaría.

Juliana se encontraba en el desayunador de su departamento, estaba un poco agotada, por la noche anterior, tuvo que darse dos tres duchas para mitigar el olor a azufre que le había pegado Cerbero y su pequeño cachorro Narciso. Su padre se había quejado del nombre, pero Perséfone había estado de acuerdo con el nombre.

-No encuentro que combinar con la camisa – Una quejumbrosa Renata entraba la cocina.

-Puedes ponerte una mascada blanca te quedaría perfecta – Le aconsejó Juliana.

-¿Realmente? – Preguntó Renata observando a la morena que parecía tener más atención en su desayuno que en ella.

-Créeme que si – Le aseguró la joven.

Renata desaparecía en la habitación y Juliana se levantaba para lavar su plato e ir a prepararse para su día en la Escuela de modas. No pasó ni dos minutos cuando Renata entraba con cara de súplica a Juliana.

Juste un SourireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora