Me despierto y me froto los ojos. Aun tengo sueño, pero sin saber porque me he despertado. Erin aun sigue durmiendo. Me siento en la cama y me desperezo, pero también me doy cuenta de otra cosa. Hay tres literas y dos camas. Yo he dormido en una cama y Erin en la parte alta de una litera. Aquí falta mucha gente. Somos dos para una habitación para ocho, ya le preguntaré a Erin el porque de esto.
Me pongo las zapatillas de ir por casa, ya que no me fío demasiado de esa moqueta, esta un poco asquerosa. Abro la puerta de nuestra habitación con cuidado y me dirijo por un pequeño pasillo, que esta dentro de nuestra habitación, hasta el aseo. En el pasillo hay tres puertas, dos son aseos y otra es el baño.
Cuando termino del aseo vuelvo a el cuarto, Erin aun sigue dormida, no sé si debería despertarla. Voy a coger mi ropa que se encuentra dentro de una de las maletas y una toalla. Lo cojo todo haciendo el menor ruido posible. Vuelvo al baño y me doy una ducha rápida. Hay dos duchas, dos lavabos y un gran espejo. No es que este demasiado decorado, aunque eso da igual.
Me seco y me visto lo más rápido que puedo para no morir congelada. ¿Hace siempre este frío?
Cuando ya estoy vestida me peino. Me hago un moño y vuelvo al cuarto. Erin ya se ha despertado.
- Buenos días - dice ella mientras bosteza y baja la escalerilla de la litera.
- Buenos días Erin.
- Me arreglo y vamos a desayunar, haz lo que quieras mientras.
Hago mi cama y miro por la ventana no lo había hecho hasta entonces. Se ve la entrada de la escuela, el vecindario y la playa. Sí se ve el mar desde mi ventana. ¡Qué bonito!, pienso. Pero luego me doy cuenta de que seguramente no me pueda bañar, ya que ese agua tiene que estar congelada.
Me quedo unos segundos sentada en mi cama, y el hambre me llega. Espero que vayamos pronto a desayunar. Para olvidarme del hambre empiezo a colocar mi ropa en uno de los armarios. Abro el armario y veo una caja fuerte. ¡Vaya! No esta cerrada así que la abro por curiosidad. Dentro se encuentra un muñeco de una bruja. Vale, esto es muy raro... Dejaré esto donde esta y no le volveré a abrir jamás. No es que le tenga miedo a las brujas, pero ese muñeco da muy mal rollo.
Estoy colocándolo todo cuando Erin viene, viene con la toalla y empieza a cambiarse. Delante de mi. Aparto la mirada, no es que me moleste, pero nos conocemos desde nada y no me gusta ver a gente que acabo de conocer desnuda.
Cuando creo que ha terminado me habla.
- Perdona, pero es que no tenemos mucho tiempo para ir a desayunar, y así terminaremos antes. Anda, vamos a desayunar. Sé que estás muerta de hambre - yo asiento -. Puedes hablar, no muerdo.
- Vale, vale, hablaré todo lo que quieras. Pero cuando tengo hambre no hablo mucho.
La sigo por nuestro pasillo hasta las escaleras. Allí bajamos y luego cruzamos el salón. Hay gente viendo la tele y tirada en los sofás, supongo que ya habrán desayunado. Bajamos unos escalones y Erin abre una puerta, yo la sigo. Salimos al aire libre, hace mucho frío, me dice que nos demos prisa porque si no nos cerraran la cafetería. Voy por donde ella va, finalmente entramos en la cafetería. Ya no hay mucha gente. Pero puedo comprobar que casi todos son más pequeños que nosotras. Erin me dice que coja una bandeja y luego vaya cogiendo lo que quiera. Se sienta en una mesa y me hace un gesto para que me siente con ella.
- Siento haberme despertado tan tarde - dice mirándome -. Estoy segura de que tengo un aspecto horrible.
- No tranquila, estas bien - sonríe al escuchar lo que digo -. ¿Te puedo preguntar algo?
- Sí, claro - mientras va desayunando -.
- ¿Porqué hay tantas camas en nuestro cuarto si solo somos dos?
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Mi vida en Irlanda
Fiksi RemajaA Elizabeth le conceden una beca para poder estudiar en una escuela muy buena, y elitista, de Europa. Sin muchas ganas tendrá que marchar allí y dejar toda su vida en Estados Unidos para irse a Irlanda. ¿Quieres conocer la nueva vida de Elizabeth?