-Fuiste lo suficiente poca cosa como para dejarme.-Regina trataba de que no se le salieran las lágrimas, pero fue muy tarde ya que ya estaban fuera.-Por una carta Emma, sin decirme nada, sin hablarme a la cara, sin tener un mínimo de remordimiento del daño que podías causarme. Cada vez que te veo siento como si estuviera volviendo a leer esa carta y sentirme una basura nuevamente. No voy a perdonarte Emma, no puedo.
Regina en ese momento subió las escaleras sin poder aguantar las lágrimas. A Emma inmediatamente en el momento que la vio llorar se le rompió el corazón, realmente era una basura.
Las lágrimas de Regina no paraban, quería aguantar y no llorar pero no podía más, ya no...El sol salió e iluminó la ventana de la habitación, Regina traía los ojos hinchados, le dolía la cabeza, si fuera por ella se quedaría todo el día en cama pero no podía. Se metió en la ducha y se puso algo cómodo. Emma no había ido a buscarla a la habitación anoche pero eso era lo que ella quería. ¿Cierto? Regina se puso unos lentes oscuros y salió de la habitación pero para su mala suerte se cruzó con la persona que menos quería ver.
-Regina. ¿Cómo estás?-pregunto Ariel con voz fastidiosa.
-Bien, tengo que irme.-dijo Regina amagando a bajar por las escaleras.
-¿Estarás fuera todo el día? Es una pena, quería que vengas con Emma y conmigo a la empresa. Pero en otra ocasión será ¿Verdad?- preguntó con malas intenciones.
-Sí Ariel, que pena, tengo que irme. Adiós.
Regina ya no quería escuchar su voz así que en lugar de bajar por las escaleras, entró a la habitación de Henry
-¿Henry? Henry, vamos despierta, tienes escuela.
-No mamá, hoy no iré a la escuela.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Mamá me prometió que iríamos a la feria más tarde.
-Esta bien cariño. Me voy al trabajo.
-¿No vas a venir con nosotros?
-No cariño, tengo que ir a otro lugar.
-Te voy a extrañar mami.- dijo el niño abrazándola.
-Yo a ti príncipe, pásatelo lindo. Te amo.
Regina salió de la habitación y bajo las escaleras corriendo. Abrió la puerta de la casa, se subió a su auto, encendió el moto y por el espejo retrovisor la vio, estaba corriendo en la calle de enfrente.
-¿Por qué Emma? ¿Por qué me hiciste esto?- susurró Regina mientras la miraba.
Emma vio como daba vueltas con su auto y vio como se perdía en las calles, no, en absoluto, ella no quería perderla.
-Hola Aurora. ¿Está Ruby?-pregunto Regina entrando al boutique.
-Hola Regina, ella no vendrá estos días.-respondio Aurora mientras acomodaba algunas prendas en el perchero. En el momento que la vio comenzó a reír.
-¿De que te ríes?-pregunto la morena con cierta incomodidad.
-Creo que tienes visitas... Girate.
En el momento en el que Regina se proponía girar sintió como unas manos le taparon los ojos, ocultando quién era la otra persona.
-¿Quién eres?-pregunto Regina mientras ponía sus delicadas manos sobre las manos que le cubrían el rostro.
-yo.-respondió la voz de una mujer.
-¿Quién yo?-pregunto Regina riendo.
-Creí que mi voz se iba a quedar grabada en tu memoria.-susurro la persona en el oído de Regina haciendo que está se ponga nerviosa de pies a cabeza.
-Lo siento, no la reconozco.
Las manos que cubrían los ojos de Regina salieron de su lugar y dejaron ver a la dueña de esas manos.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Regina
-Oh, lo siento. ¿Quieres que me vaya?
-Claro que no Kathryn, solo preguntó
-Bueno, pues, vengo por nuestra cita.
-¿Cita?-pregunto Regina
-Sí, creí que podíamos adelantarla.
-No creo Kat, tengo trabajo.
-¿La dueña no es tu amiga?
-Aurora. ¿Puedes quedarte sola?
-Ve Gina, hoy es un día tranquilo-dijo la colorada mientras le guiñaba el ojo.
-Ves, hasta ella lo dice, anda Regina, vamos.
-Esta bien, más vale que nuestra "cita" valga la pena.
-¿Por qué haces comillas?- preguntó la rubia mientras la miraba con burla.
-¿De qué hablas?
-Nada, nada, ya vamos a nuestra "cita".-la rubia la imitó burlonamente mientras hacía comillas.
-Ya deja las comillas.-dijo Regina.
-No, quedan bien.-diji la rubia riendo.
Ambas mujeres salieron de la boutique y Regina se estaba dirigiendo hacia el auto.
-Ey.-la paró la rubia.-¿A dónde vas?-pregunto Kathryn con una sonrisa que dejaba hipnotizada a cualquiera.
-¿A mí auto quizás?
-¿Qué auto Regina? Ven, vamos, iremos en mi moto.
-¿Tu moto?-dijo Regina mirándola como si intentara decifrar algo.
-Claro, ven, sube.-dijo Kathryn mientras sacaba su casco y uno para Regina de la motocicleta.-Wow, eres sexy.-dijo cuando vio a Regina con el casco puesto. Esta se sonrojo ante ese comentario.
Regina se subió a la parte de atrás de la motocicleta y Kathryn aceleró, al acelerar Regina se asustó.-Sí quieres Regina, puedes sujetarte de mi.
-No tranquila, estoy bien.
-Claro que no lo estás.-dijo Regina y dejó solo una mano para conducir y con la otra tomo las manos de Regina e hizo que la abrazara por detrás.
Regina estaba asustada. Se sujetaba fuertemente de Kathryn mientras que sentía el aire chocarla. Era la primera vez en su vida que se sentía tan libre.
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Mrs. Swan-Mills [SQ]
Teen FictionDestrozada. Eso estaba. Miles de promesas, planes para el futuro rotas. En menos de solo un minuto. Tal vez fui una tonta, una ingenua, una estúpida. Pero ¿Ahora que? ¿Que podía hacer? Ya no iba a estar llorando mas. Lo había hecho dos días enteros...