Parte sin título 6

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¿Para que iba a querer un departamento una mujer casada con una gran empresaria que tiene una mansión en las mejores ubicaciones de la ciudad? La madre de Emma, Mary, sabía la respuesta. Para esconder a su amante.

-¿Y para que lo usas?–pregunto Mary ínsitamente.

-¿Para eso es el dinero que me pediste?–pregunto Henry, el padre de Regina.

Regina pensaba en decirles la verdad, al final pronto sabrían la verdad. 

-Bueno pues en realidad...-Regina iba a contestar cuando fue interrumpida por Emma.

-Ahí vamos cuando dejamos a Henry en la casa de su amiga, Grace, es que Regina no se controla cuando, ya saben...

Todos en la sala respondieron con una sonrisa, Regina estaba roja como un tomate mirando a Emma con una mirada asesina. La duda en el rostro de la madre de Emma desapareció, ella sabia que Regina era la mujer indicada para su hija.

-Vamos a la mesa.-dijo Regina, todos se pusieron de pie y se sentaron en esta.

La cena paso rápido eran las diez de la noche y todos los invitados ya se habían ido, pero Ruby nunca llegó. Emma llevó en brazos a Henry a su habitación porque se había quedado dormido.

-¿Vinieron todas las personas que invitaste?-pregunto Emma mientras pisaba el ultimo escalón de las escaleras. Regina se estremeció al escuchar su voz.  

-No, falto Ruby.–Emma se tensó inmediatamente cuando Regina dijo su nombre, y esta lo noto-¿Por qué?

-Por nada.

-Por cierto, gracias por hacerme quedar en ridículo enfrente de mi familia y la tuya.

-Deberías agradecerme.

-No Emma. ¿Por que tendría que hacerlo?

-Mi madre pensaba que en ese departamento llevabas a tu amante.

-¿Que?

-Eso es lo que ella pensaba yo solo te defendí.–dijo la rubia y subió las escaleras con un poco de frustración.  

-¿Por que las habitaciones de invitados están todas cerradas?–pregunto Regina entrando a la habitación de Emma o mejor dicho la habitación de las dos.

-Porque no tenemos invitados-respondió Emma, que ya estaba en la cama con una musculosa blanca y con unos pantalones azules sueltos de pijama.

-¿Y donde quieres que duerma yo?

-Pues...aquí

-Ni loca duermo contigo.

-Bueno entonces el sofá se ve muy comodo. 

-Eres una ...

Regina salio echando humos de la habitación, no dormiría con Emma, de eso estaba segura no dejaría que Emma le ganara, no otra vez...

Ya iba amanecer y Regina nunca volvió a la habitación. Emma creía que Regina habría recordado donde están los duplicados de la llave de las habitaciones de invitados. La rubia se moría de sed, así que se levanto de la cama y bajo las escaleras corriendo y se dirigió a la cocina se sirvió un poco de agua y se la tomo.

Estaba regresando a las escaleras cuando una imagen la sorprendió. Regina estaba en el sofá de la sala temblando de frió. Un remordimiento invadió a Emma se sentía culpable, Regina se veía tan indefensa y tan tierna durmiendo. Emma se acerco a ella, la tomo en sus brazos y la llevo hasta la habitación, cuando estuvo arriba la rescostó en la cama y la cubrió con una manta, se veía demasiado linda, eso es poco, se ve hermosa, Regina a los ojos de Emma siempre había sido la mujer mas hermosa del mundo.

Regina abrió los ojos esperando encontrar la fría sala en la cual había dormido ayer, pero no, se encontró con la cálida habitación. Estaba confundida, le dolía la cabeza, estaba pensando como había llegado hasta ahí hasta que un estornudo la alejó de sus pensamientos.

-¿Estas resfriada?-pregunto Emma entrando a la habitación dándole una taza con un poco de té en ella, y se la extendió para que Regina la cogiera.

-Creo que si.–dijo aceptando la taza de Emma y tomo poco a poco el té.–Todo esto es tu culpa Swan. 

Emma odiaba a esa Regina, a la que reclamaba mucho, la caprichosa, la engreída, pero sabia que estaba en su derecho.

-¿Henry? –pregunto Regina.

-Ya se alisto para la escuela, la peine, es un peinado muy original.–dijo Emma con una sonrisa, de esas que Regina amaba o mejor dicho seguía amando.

-¿Que hora es?

-Las ocho y media de la mañana.-contestó Emma mirando su reloj.

-Me tengo que ir.–dijo Regina dejando el té y a Emma con la palabra en la boca.  

-¿A donde vas?–pregunto Justin confundida mientras Regina salía de la habitación y bajaba rápidamente las escaleras.

-A trabajar.

-¿Trabajar a donde?-Emma no se lo esperaba.

-A un trabajo.

-¿Donde?

-En donde trabaja Ruby, es tarde me tengo que ir. 

-Yo pasare por Henry, tengo el día libre.

-De acuerdo no estaré aquí para cenar.

-¿A que hora llegaras?-a Emma no le estaba gustando nada esto.

-Tarde.

-Máximo a las 8.

-Por favor Emma, no eres mi madre.–dijo Regina y salio de la casa apresurada.

-Buena suerte.-le gritó Emma. 

Pero Regina no la escuchó, y si la escucho simplemente la ignoro...

Mrs. Swan-Mills [SQ]Where stories live. Discover now