El Draft

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En Junio de 1993, unos días previos a mi cumpleaños, se realizó el Draft de los equipos de béisbol de Grandes Ligas. Uno de los mayores eventos en el béisbol.

El Draft es un proceso en el cual los equipos profesionales, en este caso de béisbol, seleccionan a los jugadores colegiales o universitarios, para tener los derechos exclusivos para firmar un contrato.

Los equipos profesionales, van tomando por turnos, las selecciones de los jugadores elegibles en el Draft. Al seleccionarlos, tienen los derechos exclusivos para firmar un contrato.

Recuerdo aquel momento como si hubiese sido apenas ayer. Me encontraba en mi casa, con mi familia, todos reunidos frente al televisor, muy pendientes de la transmisión del Draft.

La primera selección del Draft en esa edición fue Alex Rodríguez, quien fue seleccionado por los Marineros de Seattle. Alex tendría una gran carrera en Grandes Ligas, sin embargo, siempre tendrá la mancha del uso de esteroides, quizá ese será el impedimento para verlo en alguna ocasión en el Salón de la Fama.

Las selecciones y las rondas transcurrían en el Draft y no llegaba mi selección. Yo pensaba que mi selección se realizaría antes de la quinta ronda, pero no fue así. Pasó la sexta ronda, la séptima ronda y fue cuando perdí toda esperanza de llegar a ser seleccionado en esa edición. No me consideraba la próxima estrella del béisbol, pero tampoco me consideraba de bajo nivel para no ser seleccionado en las primeras rondas.

En la octava ronda, en la selección número 222, fueron los Cachorros de Chicago quienes me seleccionaron para firmar un acuerdo con su organización. A pesar de ser una selección 222, mi alegría fue enorme.

Al momento de ser seleccionado, no le di mucha importancia a la organización, a la ronda, ni al número de selección. Lo más importante en ese momento era compartir la alegría con mi familia, con mis seres queridos. No sabía si llegaría a firmar contrato con Chicago, pero estaba con mi familia y nada más importaba.

Dos semanas después, me reuní con la organización de los Cachorros de Chicago, donde ellos me plantearon una oferta de contrato, para su sucursal de Ligas Menores.

Tras analizar la oferta que me ofrecieron, decidí firmar el acuerdo para convertirme en jugador de la sucursal de Clase A (Avanzada).

Mi carrera hacia las Grandes Ligas de béisbol comenzaría en el año 1994, con el equipo de los Cachorros de Daytona, sucursal de la organización de Cachorros de Chicago en la Liga del Estado de Florida.

Tras firmar con Chicago y tomarme una fotografía con el uniforme del equipo, volvió mi superstición, ya que utilizaban exactamente los mismos colores que mi anterior equipo la Universidad de Florida.

Además, el logo del equipo era demasiado cool. No podía rechazar la oferta de contrato.

Mi lugar de trabajo, la Liga del Estado de Florida, no me incomodaba mucho, ya que no tendría que desplazarme a otro estado para jugar béisbol y estaría aún cerca de mi familia.

¡Genial!

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