Un Sueño Agridulce

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En febrero de 2003 comencé a realizar trabajos de lanzamientos. Veinte o treinta lanzamientos por sesión cada tres días. Aproximadamente para inicios de marzo, volví a una rutina normal de lanzamientos.

En mayo ya estaba trabajando a un ritmo normal y fue cuando comencé a buscar oportunidades con equipos de MLB.

Más de doce equipos me rechazaron tras ver mis actuaciones. Medias Rojas, Phillies, Dodgers, Atléticos, Rangers, Astros, Padres, Cerveceros, Detroit, Orioles, Medias Blancas y los Yankees (lo cual me daría una gran satisfacción unos meses después).

Cuando te rechaza una gran cantidad de equipos es bastante desmotivante. De treinta equipos de MLB, ya me habían rechazado casi la mitad. Otros cinco equipos ni siquiera aceptaron una visoria.

En abril recibí una llamada que cambiaría mi futuro. Los Marlins de Florida deseaban verme en una sesión de bullpen. Querían entre treinta y treinta y cinco lanzamientos, para evaluar mi velocidad, mi bola rápida, mi curva y mi estado de salud.

La fecha acordada fue un viernes 18 de abril, en punto de las 11 AM. No estaba nervioso, pues ya había sido monitoreado por una docena de equipos, aunque todos me rechazaron, no sentía presión.

Llegó la fecha y acudí a las instalaciones de los Marlins para la prueba. En la sesión de bullpen estaba el receptor Ramón Castro, originario de Puerto Rico.

Treinta y dos lanzamientos después, en los cuales mi tope de velocidad fueron 97 millas, me dieron una cita para el día sábado 19 de abril, para una revisión médica. Al día siguiente acudí a la revisión, realice las pruebas exigidas y solo tres horas después ya estaba firmando contrato por un año con los Marlins.

Debido a diversas lesiones en su cuerpo de bullpen, fue que me firmaron y me asignaron de inmediato al equipo de grandes ligas.

El manager Jeff Torborg me llenó de confianza y seguridad para cumplir en el equipo grande. Me dio tristeza cuando dejó al equipo a finales de mayo. Sin embargo, el nuevo manejador Jack McKeon hizo un excelente trabajo, un hombre increíble.

Aquel año, los Marlins era un equipo bastante bien balanceado con jugadores de experiencia y hombres muy jóvenes que llegarían a ser estrellas del béisbol.

Fue un equipo increíble, una experiencia mágica e inolvidable, pues compartí viajes, juegos, comidas con jugadores como A.J. Burnett, Josh Beckett, Luis Castillo, un joven Miguel Cabrera, Juan Encarnación, Derrek Lee, Braden Looper, Mike Lowell, Carl Pavano, Brad Penny, Juan Pierre, Mark Redman, Mike Redmond e Iván Rodríguez quien llegaría al Salón de la Fama de MLB.

Mi debut con el equipo llegó un 29 de abril, cuando visitamos a los Diamondbacks de Arizona. Obtuvimos el triunfo 7-5, fue una tarde inolvidable.

Tuve mayor actividad en el mes de mayo, cuando enfrenté a los Rockies de Colorado, Padres de San Diego, Dodgers de Los Ángeles, Expos de Montreal y Rojos de Cincinnati.

En junio vi actividad ante Atléticos de Oakland, Cerveceros de Milwaukee, Rangers de Texas y dos series ante Mets de Nueva York. Terminamos ese mes con un record de 42 triunfos y 42 derrotas. Es decir, teníamos un record de .500 al terminar junio.

Comenzamos el siguiente mes y las victorias seguían llegando, el nuevo manager Jack McKeon estaba dando resultados muy buenos.

Un sábado mientras enfrentábamos a los Phillies de Philadelphia, Josh Beckett finalizó su apertura y me llamaron al relevo para mantener el cero en la entrada, con hombres en segunda y primera base. No había outs.

Al enfrentar al primer bateador, al quinto lanzamiento bateó un rodado a la tercera base, que fácilmente construyó un doble play, aunque el bateador alcanzó la primera base.

Al siguiente bateador lo recibí con un par de lanzamientos de curva, con cuenta de dos bolas y cero strikes, decidí lanzar mi bola rápida. Preparé el lanzamiento, hice mi mecánica de lanzar, sentí un ligero tirón en mi codo y solté la bola.

El lanzamiento salió increíblemente tan descontrolado, que el corredor de primera base alcanzó la tercera base, cuando Iván Rodríguez localizó la pelota.

La sensación de dolor era demasiado fuerte, era tan fuerte que simplemente podía intuir que era una lesión muy grave. Me quedé sentado sobre el montículo y con la mano izquierda hice una señal para el cuerpo médico del equipo. Les platiqué la sensación de dolor y de inmediato fui retirado del juego.

Mientras ingresaba a la caseta del equipo, varios jugadores, entre ellos Josh Beckett me comentaron que iba a estar bien. Le agradecí con una señal de aprobación con mi mano izquierda, aunque yo sabía que no iba a ser así.

Unas horas después, ya en el hospital, me dieron la noticia. Necesitaba una nueva operación "Tommy John".

El cuerpo médico me ofreció un par de opciones, tomar la cirugía de inmediato era la más factible. Y así lo hice.

La nueva lesión le puso fin a mi temporada deportiva, pero no al equipo, que finalizó la temporada obteniendo el comodín de la Liga Nacional.

En la ronda divisional se enfrentaron a los Gigantes de San Francisco y lograron derrotarlos. En la serie de campeonato de la Liga Nacional vencieron en una emocionante llave a los Cachorros de Chicago, para avanzar a la Serie Mundial.

Ahí enfrentarían a los Yankees de Nueva York, el equipo más costoso de la liga. Los Marlins de Florida eran el equipo de menor valor. Yankees había finalizado la temporada regular con 101 victorias, 10 más que nosotros.

En todos los aspectos, económicos, históricos, en todo, ellos eran favoritos.

Los primeros dos juegos serían en el Yankee Stadiumy enfrentarían a jugadores como Roger Clemens, Aaron Boone, Jason Giambi, Derek Jeter, Hideki Matsui, Raul Mondesi, Mike Mussina futuro Salón de la Fama, Andy Pettitte, Jorge Posada, Mariano Rivera otro Salón de la Fama, Alfonso Soriano y Bernie Williams.

Todas las apuestas estaban a favor de Nueva York.

El día 25 de octubre, Josh Beckett se enfrentó al zurdo Andy Pettitte en el sexto juego de la Serie Mundial. Josh de 23 años hizo todo de manera increíble, lanzó las nueve entradas, blanqueó a los Yankees de Nueva York, él realizó el último out sin asistencia, fue nombrado el MVP de la serie.

Los Marlins de Florida habían remontado una serie que se encontraba 1-2 en su contra, para ganar 4-2 la Serie Mundial, ante el equipo más ganador e importante de la historia del béisbol, ante la nómina más costosa.

Meses antes, yo había sido parte de ese equipo, aún lo era contractualmente hablando. No estaba con ellos en el terreno de juego, pero meses después, la organización me reconocería con un anillo de campeón de la Serie Mundial de 2003 y eso, nadie me lo podrá quitar jamás.

Tras complicaciones con mi rehabilitación, el día 21 de junio del 2004 anuncié mi retiro definitivo del béisbol.

Actualmente acudo a ver juegos de las ligas pequeñas de béisbol, quizá alguno de ellos tenga futuro en las grandes ligas.

Actualmente acudo a ver juegos de las ligas pequeñas de béisbol, quizá alguno de ellos tenga futuro en las grandes ligas

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