4

743 89 29
                                    


Día 4 - Familia Política

--------

4-Familia política

—Chikistrikis, ¿estás seguro de querer venir? —México mira a su novio con duda—. Estarán todos mis carnales, y cuando digo todos, son todos.

—Estoy muy seguro de ello —Rusia asiente acariciando suave su hombro tratando de alejar sus preocupaciones.

México duda pero asiente tocando el timbre de la casa de su padre España; a muchos de sus hermanos no les gustaba compartir tiempo con el viejo, pero era el que tenía la casa más grande como para que todos pudieran estar juntos en un mismo lugar por lo que haciendo de tripas corazón Costa Rica y Nicaragua, a quiénes les tocó planificar la reunión este año, le habían pedido a su padre permiso para hacerla en su patio a cambio de también recordar que es parte de la familia. A México no le molestaba llevar a su tripaloski con él, de hecho, tiene entendido que algunos de sus hermanos llevarían a sus novios y novias, pero sabe de primera mano que no fue un buen día para el ruso.

—¡México! —Panamá abre la puerta sonriendo ampliamente y lo abraza con fuerza antes de abrazar a Rusia—. Llegas justo a tiempo, vamos a servir la comida.

—Simón wey, llegamos justo en mi segunda parte favorita de las fiestas —dice México riendo mientras jala a su novio dentro llevándolo hacia fuera.

—¿Cuál es la primera? —pregunta Rusia confundido.

—Cuando abren la primera botella de tequila —dice subiendo y bajando sus cejas arrancándole una carcajada a Rusia.

Al llegar al patio de su padre sus hermanos los saludan con calidez, se encontraban divididos en pequeños grupos, algunos poniendo platos en la gran mesa, otros ayudando a servir la comida. México y Rusia se acercan uno por uno a los grupos, para saludar a los presentes y sus parejas en el proceso; primero saludan a Honduras, Nicaragua y Costa Rica que platicaban tranquilamente sirviendo las bebidas, no alcoholizadas para tristeza del tricolor; luego saludan a El Salvador y a Guatemala que hablaban con España y Panamá.

—¿Cuántos hermanos tienes exactamente? —pregunta Rusia mientras caminan hacia el siguiente grupo. Nunca se había detenido a realmente averiguar cuántos eran pues generalmente su pareja estaba con Perú, Chile o Argentina. También conocía a Venezuela, por sus relaciones económicas, pero nunca creyó que fueran tantos.

—Pues... —México alza sus cejas, —¿Sólo los de América? Unos 17, y Brasil que en teoría es nuestro primo raro.

Rusia parpadea, ¿sólo los de América? ¿acaso tenía más hermanos? No tiene tiempo de preguntar esto pues seguido llegan con los hermanos que ya conocía, aunque junto a estos estaban Bolivia, Colombia y Ecuador. Estos dejan lo que están haciendo con los platos para abrazarlos preguntando mil cosas a la vez que su pareja responde sin perder el hilo de la conversación. En algún punto se disculpan para seguir saludando a los presentes.

Animado, México abraza a Paraguay, Uruguay y Venezuela nada más verlos deteniéndose a preguntarle a este último como se sentía últimamente; Rusia igualmente les pregunta y entablan una agradable conversación hasta que son interrumpidos por Brasil que abraza a los sureños con fuerza.

­—Convencí a España de que hagamos un amistoso juego luego de comer —dice el brasileño riendo, —¿quién se apunta?

—¿Amistoso? —Uruguay alza una ceja divertido pues todos saben perfectamente que sea cuál fuera el juego que Brasil proponía sería de todo menos amistoso teniendo en cuenta lo competitivos que podrían llegar a ser todos.

—Será divertido —dice Paraguay sonriendo ampliamente.

—¡México! —la voz de Cuba atrae la atención del mencionado que sonríe ampliamente acercándose a sus tres hermanos caribeños abrazándolos con fuerza.

—Creí que no vendrían —dice con cierta cautela al notar la incomodidad de Puerto Rico y República Dominicana­­—. Que bueno que decidieron venir.

—Nicaragua fue muy convincente —RD le sonríe abrazándolo con suavidad.

México quiere agregar algo, cualquier cosa para hacer que sus hermanos se sintieran más cómodos, incluso Rusia nota la tensión de los tres por lo que se acerca para darle apoyo a su pareja en lo que fuera a decir, cuando Costa Rica grita que todos fueran a comer.

A pesar de ese pequeño momento incómodo con los hermanos caribeños el resto de la velada fue excelente, hasta divertida. A pesar de que eran muchos, tantos que en la mesa a pesar de su gran tamaño algunos terminaron muy pegados a otros, la conversación nunca fue incómoda; los más tímidos en algún punto encontraron temas de conversación que los mantuvieron ocupados, de vez en cuando Rusia se encontró hablando con uno o con otro, hasta con España habló, de temas no relacionados con trabajo. El único incidente en la mesa fue una discusión entre Argentina, Perú y Chile contra el resto de los latinos sobre si la ¿fruta? Que comían junto a la cena se llamaba Palta o Aguacate, sea lo que eso fuera; pero Cuba riendo hasta más no poder le explicó que no se preocupara, que eso pasaba siempre entre ellos.

Luego de comer y descansar un poco hablando tranquilamente Brasil se puso en pie llamando a hacer un juego amistoso de futbol; los Country que no estaban acostumbrados al juego, como RD, fungieron de árbitros o anotando los puntos, y España se encargó de dividirlos de forma ecuánime de modo que los dos equipos que se formaron tuvieran tanto Country expertos en materia como Country no tan experimentados. Al final el juego lo ganó el equipo de Brasil que celebraron restregándole la victoria al grupo perdedor pero la aparición de una botella de alcohol, en manos de Puerto Rico, calmó los ánimos antes de que se encendiera.

Al finalizar la noche ambos se despidieron de todo el mundo y caminaron con calma hacia su auto, México acurrucando en sus brazos y él acariciando suave su espalda. Antes de entrar al auto México se detiene mirándolo con cautela.

—Rusia, ¿qué te parece si hacemos una cena con tus hermanos?

Rusia se tensa mirando las llaves en sus manos pensando en las palabras de su pareja. Duda mucho que eso llegue a ser posible y, aunque quiere mentirle al tricolor para no preocuparlo, sabe será inútil pues no podrá ocultar la realidad por mucho tiempo si lo hace.

—México en realidad... luego de la muerte de nuestro padre mis hermanos y yo no hemos estado en... buenos términos —dice mirándolo finalmente.

México parpadea sin comprender por unos segundos, pero cuando la información termina de calar en su cerebro sonríe con suavidad. Se acerca a su novio abrazándolo fuerte.

—Tranquilo Chikistrikis, tu déjamelo a mí y verás que será una cena genial.

Rusia duda unos segundos antes de asentir aceptando. No está tan seguro de que sus hermanos deseen pasar una noche con él, pero es testigo de primera mano de la capacidad de socializar de su pareja así que lo dejará todo en sus manos.

It's all about loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora