»Capitulo 10

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Me encontraba cerca del muelle, había salido corriendo de casa luego de haberme enterado que Grace y Blake tenían algo en secreto sin habérmelo dicho, pero eso no era de importancia, lo que si importaba era que se irían a Londres o más bien, se estarían yendo en estos momentos. Entonces, estaría sola, a solo un mes de mí décimo octavo cumpleaños. No quería estar sola, bueno, al menos solo sería un mes y todo acabaría. Suena fácil pero la verdad era que un mes contaba segundos, minutos, horas, días y finalmente semanas de soledad y completa desgracia. De acuerdo, estaría con los niños pero eso solo duraría una semana ya que tanto como ellos y sus padres tendrían vacaciones y se irían a paseos, vacaciones familiares y todo lo relacionado con lo mencionado.

El cielo estaba nublado y no es que no lo amara, me encantaba la lluvia y podría decir que me casaría con ella solo si no arruina mis planes de un día. Resulta que ya estábamos empezando invierno y es así como pasa el tiempo volando y cuando menos te das cuenta ya eres una anciana con arrugas y cabellos blancos. Y tú eres el único que sabrá si realmente la viviste o solo la desperdiciaste. Cuando estas en ese estado tal vez solo toca esperar hasta que llegue tu día y es ahí donde comienzan los recuerdos de la juventud. Y si no tienes nada en tu tesoro de recuerdos es ahí cuando darías todo por detener el tiempo y cambiar las cosas, tomar los riesgos que nunca habías tomado por miedo, liberarte. Pero resulta que si eres un anciano que ya no puede ni pararse y apenas es audible su voz, estas jodido y lo único que te queda es adentrarte en tus pensamientos e imaginarte como hubiera sido tu vida si hubieras tomado todos los riesgos y hubieras enfrentado todos los miedos. Es entonces cuando comienza una vida imaginaria y te vas adentrando tanto que tal vez termines ahí, y si es de irse de este mundo pues te iras con la sonrisa más grande del mundo. Es por eso que la vida hay que vivirla sin miedos, correr riesgos siempre y cuando sean buenos, vivir cada segundo, minuto, hora que te da la vida.

La verdad era que siempre había tenido un concepto claro de lo que verdaderamente significaba esto, pero simplemente no podía hacerlo ya que al momento de entenderlo estaba encerrada en un internado y tenía que soportar varios años más. En el momento que salí mi mundo dio un giro de 360° dejándome en el suelo. Me había enamorado de alguien que ni siquiera me corresponderá, Jake se fue de este mundo dejándome con cartas misteriosas y ahora solo quedaba sentarse y dejar que mi muerte llegue como lo hace un anciano.

Los pensamientos venían una y otra vez mientras corría, finalmente llegue al muelle donde arranque mi ropa y me lance al agua fría. Pronto caí adentrándome al fondo y luego flotando. Me quedo ahí, flotando con la vista hacia el horizonte que muestra apenas unos pocos rayos de sol que cada vez se van difuminando más y más. Me hundo nuevamente y salgo para encontrarme con un conocido rostro de perfecta sonrisa. No pude hablar.

-_____-susurro- entonces, ¿Sigues viniendo aquí?

-si -apenas hable. ¿Desde cuándo me pone nerviosa?- si-siempre

-eso, eso es genial

-si -volví a susurrar- creo que ya, me tengo que ir -murmure.

-¿Segura? -pregunta algo sorprendido.

-si

-¿Estas bien? no te comeré o algo por el estilo

-es solo un mal día -murmure mientras me alejaba de él nadando hacia la punta del muelle para luego escalarlo, vestirme y correr hacia casa.

El frió comenzaba a asesinarme lentamente. Tome el bus, busque entre las cosas de mi bolso para tomar el teléfono y escuchar algo de música. Puse la canción más melancólica que encontré volviéndome a adentrar en mis pensamientos, pronto, pequeñas gotas de agua caían al suelo mientras que otras pegaban en la ventana en la que tenía arrimada mi cabeza. Al llegar a casa corrí como todas las personas lo hacen para no mojarse, mi ropa interior estaba mojada así que cambie rápidamente de opinión yendo lo más lento posible disfrutando de cada gota que caía sobre mi ropa que cada vez se pegaba más a mi cuerpo. Tome las llaves de mi bolso y abrí la puerta de casa. Mama había dicho que saldríamos a cenar hoy así que entre corriendo a mi habitación para tomar un baño y vestirme con algo formal. Pronto seria de noche y ya que mama no estaba en casa quería esperarla lista. Luego de bañarme y vestirme, tome el cepillo del cabello y corrí hacia la sala a ver lo que sea que den a esa hora en un día lluvioso. Logan llego completamente empapado con la mandíbula apretada, creí que amaba la lluvia. Corrió a su habitación y luego de unos minutos bajo listo como si fuera a salir.

»Looking the love ||Logan Henderson y tu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora