»Capitulo final

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-¿Señorita _____? -pregunto una enfermera desde el otro extremo del pasillo.

-¿Sí?

-¿Es usted la señorita ___ Lee? -repite caminando apresuradamente hacia mí.

-Sí, soy yo -trague saliva- ¿qué ocurre?

-Ya es hora, ha despertado y lo hemos estado examinando -hiso una breve pausa- creemos que algo ha afectado mucho a su cerebro. No habla, no come y parece perdido del mundo, como si no conociera a nadie.

-Ya lo sabía -suspire- ¿está despierto en este momento?

-No, lo hemos sedado, como te dije, ya es hora. ¿Vendrás o prefieres quedarte a esperar?

-Voy.

-Bueno -toma nota y luego me entrega un papel amarillo- ve a caja 2, donde entregan las medicinas. Preséntales este papel y ellos te darán el traje que debes de usar durante la operación. Te doy diez minutos luego te encontrare en la sala de operaciones. ¿Entendido?

-no soy una bebe, lo entiendo perfectamente.

-Correcto bebe, ahora ve.

-Como digas rubia descolorida.

Lo trágico era que mi humor estaba trapeando el piso y mi optimismo había sido aplastado por un camión, ya no tenía fuerzas de seguir. Lo único que quedaba era esperar resultados y esperaba que sean buenos porque entonces si no lo fueran ya tendría mi muerte pensada, robaría las medicinas de la tienda que se encontraba hay mismo y me las tomaría todas hasta quedar dormida. Pensar que Logan había perdido las ganas de vivir hacia que me diera rabia y ganas de amarrarlo a una soga y tenerlo colgado en la cima de un edificio a 10 metros del suelo y que me admitiera que viviría por mí, por mi hijo imaginario, sobre todo por lo buena que podría ser la vida con nosotros si estuviéramos juntos. Por nosotros. En este momento, ya nada importaría por que el tal vez ya no sabría ni quien era ni quien soy, que éramos, de seguro ve volar pajaritos alrededor de su cabeza acompañados de estrellitas y caritas felices, después de todo él fue un claro ejemplo de al mal tiempo buena cara y sí que le ponía buena cara, tanto que hasta yo era una estúpida más que caía en su engaño.

Obedecí a la rubia desteñida y corrí hacia la caja que me había indicado. Entregue el papel e inmediatamente sin cruzar palabra alguna me entrego una funda plástica donde se encontraba el traje que se suponía que debía de usar para protegerme de gérmenes o algo así. Camine a paso lento hasta la sala de operaciones.

-¿Lista? -pregunto el doctor que me había sacado la primera vez. Por lo que había escuchado su nombre era Jacob. Me examino con la mirada para luego abrirme paso a la camilla donde estaba recostado Logan. El puto Karma. Nunca había visto algo tan jodidamente desesperante y a la vez triste y diría que desde hoy tendré un trauma muy grande. Estaba paralizada en medio de un dilema ¿correr hacia logan o cubrirme los ojos? Le habían rapado el cabello así que ahora era un calvo y le tenían abierta horriblemente la cabeza. La vida era tan injusta.- señorita ¿está bien?

-Tu puta madre debe de estar bien -le grite lo más enojada que pude- ¿cómo es posible que alguien tan bueno se encuentre en este estado? ¿Acaso no puede hacer algo? le exijo una respuesta concreta porque en este momento lo único que quiero es golpear la cara de alguien.

-Cálmese señorita Lee.

-No soy tu hija para que me calmes Jacob. -y entonces me abalance sobre él y lo golpee. Unas dos veces por que hasta ese entonces ya me habían arrancado del agarre que tenía.

-Por favor señorita, cálmese -suplico una castaña que me llevaba arrastrando hasta el pasillo de afuera.

-No puedo -susurre con un hilo de voz, para ese entonces mis esperanzas eran como creer que Santa Claus existe o que mi hermano aun podía vivir. Suspire casi entrecortadamente. La castaña me miró fijamente a los ojos y me abrazo- puedes llorar -susurro bajo hasta quebrarme en llanto.

»Looking the love ||Logan Henderson y tu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora