¡Tutora de un Playboy! (#1) (Finalizada)

Capitulo 12: Yo te amo Abby

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Narra Adam.

Todo esto paso por ese estupido mensaje de mierda.

Todo lo que paso fue así.

Cuando Abby se fue porque su amiga la llamó. Me llegó un mensaje en el que decía. "Si no quieres que la vida de Abby esté en peligro tienes que cortar con ella" yo sé de quien es el mensaje. Es de una loca chica con la que salí hace un tiempo. Esta obsesionada conmigo. Y se perfectamente lo que puede hacer para conseguir lo que quiere. Esta mal esa chica. Pero lo que no pienso tolerar es que le haga daño a la chica que quiero.

La chica loca me dijo que me esperaría en una cafetería para hablar sobre lo que tenía que hacer para que no le hagan daño a Abby. Porque esa chica tiene contactos de gente muy peligrosa y no quiero que le pase nada a Abby. Entonces cuando llegue a la cafetería la chica saltó a mi brazos y me beso. Yo no sabía que Abby ataba allí, creo que esa chica lo tenía todo planeado.

Ahora me encuentro tirado en la cama llorando por lo estupido que fui por haber caído en la trampa de esa chica.

Las lágrimas corren por mis mejillas después de haber estado al lado de Abby abrazándola después de que ella me echara de su casa con lágrimas en los ojos. Esa imagen sigue persiguiéndome desde que salí de su casa.

Voy hacia la cocina. Es todavía de madrugada. Y mis padres seguirán durmiendo. Cuando llego a la cocina cojo una botella de wisky y subo otra vez a mi habitación. Cuando entro me dirijo a como un sillón enfrente de mi ventana. Me siento en el y miro hacia la ventana de Abby y bebo de la botella.

Cuando me termino la botella estoy demasiado borracho así que voy hacia la casa de Abby por segunda vez esta noche. Subo por la escalera dirigiéndome a su ventana. Al entrar me la encuentro sentada en la cama. ¿Porque no estará durmiendo?

Entro y me siento a su lado.

— ¿Que haces aquí Adam? — dice entre sollozos.

— Mi.... a...morrrr.....¿que...te...pasaaa?— digo un poquito borracho.

— Todo en mi vida es un desastre Adam. — tiene algo en las manos es una bolsita de plástico con un pollo blanco.

— ¡¿Que haces con eso!?— cuando veo eso se me va la borrachera que tengo.

— Lo siento Adam, pero necesito esto. Mi vida es un desastre y esto me ayuda, me tranquiliza. Me ayuda a olvidarme de todo.—dice sollozando me siento fatal.

— Yo estoy aquí para ti Abby.— digo empezando a sentir lágrimas en los ojos. No quiero llorar. Pero verla en ese estado me mata.

— No Adam tú no estás aquí. Tú me engañaste y además de perderte perdí a mi madre, mi padre me abandono. Estoy sola Adam.

— No estás sola, y no me has perdido. Te voy a decir la verdad sobre porque salí con esa chica. Y no quiero que me digas "no quiero explicaciones" tienes a tu abuela también.— digo sintiendo una lágrima en mi mejilla que limpio rápidamente para que ella no lo veo pero creo que ya lo ha visto.

— Ya tengo a mi abuela pero a ella no la conozco desde hace mucho tiempo. — dice Abby.— haber cuéntame esa explicación.

— Una chica con la que salí hace un tiempo que está obsesionada conmigo me envió un mensaje cuando tú te fuiste con tu amiga. El mensaje era que si no cortaba contigo estarías en peligro. — digo yo ha cercándole a ella y acariciando su mejilla. — Y yo no quiero que te pase nada Abby. Eres la persona más importante que tengo en mi vida.— digo sintiendo las lágrimas saliendo de mis ojos cruzando mis mejillas. — después ella me dijo que tenía que ir a la cafetería esa del demonio. — digo separándome de ella y dándole la espalda mirando hacia la ventana. — Y allí me cogió desprevenido me beso y tarde en reaccionar.— digo agarrándome del cabello frustrado. — Lo siento tanto Abby. No debí ir allí. Pero es que si no me alejo de ti estarás en peligro tú no sabes lo que esa chica puede hacer tiene contactos, contactos muy peligrosos.— digo acercándome otra vez a ella.

— Yo te amo Abby. — digo y ella abre los ojos sorprendida. Creo que nunca le había dicho que la amaba. No sé muchas veces le dije que la quería no sé si le dije alguna vez que la amaba. — Y quería decírtelo en un momento más romántico.

Entonces ella posa sus suaves manos en mis mejillas empapadas en lágrimas.

— Yo también te amo Adam. — Y allí posamos nuestros labios haciendo que estos se junten en un beso suave.

Y allí nos quedamos toda la noche hablando y pensar que mañana tenemos instituto y nosotros no dormimos por estar besándonos, hablando.