Yᥱs Or No | Chᥲᥒgᥣιx

《Mariposas》

Changbin se volteó hacía el frente y sin soltarme la mano comenzó a caminar, no podía hacer más que seguirlo. No dijo ni una palabra en todo el camino y la verdad yo tampoco sabía que decir, llegamos hasta el cuarto y se sentó en la cama.

-Felix... ¿Eres novio de Jihyo?

-¡No, no lo soy!... Somos amigos desde pequeños. -Dije algo alterado.

-¿Seguro?

-Si, mi madre me dijo que si nos gustara alguien, sentiríamos miles de mariposas revoloteando en nuestras tripas. Y algunas veces revolotean... Aquí. -Me incline y puse mi mano en el pecho de Changbin.

-¿Cómo si no tuvieran peso?

-Quizás, yo no lo sé... Pero por Jihyo jamás entrará, ni siquiera una oruga. -Me acosté en la cama y él hizo lo mismo, quedamos viendo el blanco y simple techo. -¿Tu te has sentido así? -Se Me ocurrió preguntar, entonces recordé que claro que se ha sentido así, por Hyunjin y me volvió el enojo.

-¿Con las chicas o con los chicos? -No respondí, ya no quería saber más, porque la respuesta era víamente Hyunjin. -Felix. -Hice un sonido con mi boca, dando a entender que podía hablar. -Si alguna vez llegara a querer a un chico así ¿Seguirlas siendo mi amigo?

Estaba a punto de responder cuando tocaron la puerta y seguro es Hyunjin, OTRA VEZ.

-¡Felix! ¡Changbin! -Gritó él tocando la puerta desesperadamente. Iba a pararme cuando me di cuenta que Changbin se estaba tapando con las sábanas, me confundí porque... Pues si le gusta Hyunjin, tiene que estar saltando de alegría porque vino ¿no? Lo destape, y se volvió a tapar... Lo destape y se volvió a tapar, una y otra vez, hasta que me tapó a mi también y se puso a hacerme cosquillas por debajo del cobertor.

Literalmente, olvidé que Hyunjin estaba afuera, y creo que Changbin también porque después del gran ataque de cosquillas corrí a abrir y Hyunjin ya no estaba.

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Pov. Changbin.

Caminaba por el parque tratando de encontrar algún teléfono, no perdí mi celular... Le salieron patas y se fue corriendo, entonces vi a Yongbokkie a lo lejos con una cinta de medir, poniendola alrededor de un árbol, me acerqué y lo salude con la mano, él respondió con una de sus hermosas sonrisas.

-Estoy cansado. -Dijo él. -¿Por qué me ponen a hacer esto en un día festivo?-Dijo haciendo uno de esos aegyos involuntarios que él insiste el negar que pasan, pero con él pasan, y muy seguidos.

-¿Estás bien?

-No, a mi edad ya no puedo hacer estas cosas por todo el parque. -Reí. -Maldición ¿Qué clase de proyecto es este? En serio mi mochila pesa kilos. -Dijo haciendo berrinche, si supiera lo malditamente adorable que se ve así.

-Damela. -Le señale la mochila, él la paso junto con unos libros que traía cargando, sacudió sus manos y se estiró como cinco veces para luego agarrarme la mano, caminamos hasta una banca larga y blanca.

Saque de mi mochila una botella de agua, la abrí y se la di, bueno si, aún sigo intentando que se fije en mi. Luego le saque un sándwich y una servilleta, poco me faltaba para darle una bombilla. Supongo que cualquiera ya se habría hartado pero ya no se que más hacer para tener aunque sea un poquito de posibilidades.

-Me encanta comer dulces. -Obviamente lo dijo ya abusando de mi gran caballerosidad, pero si un dulce quiere, un dulce le daré. Saque una paleta roja de corazón de mi mochila y se la di, levantó las cejas sorprendido y la tomó lentamente. -¿No me das un poco? -Bueno, si no me iba a volver a besar, al menos quería tener su ADN en mi boca por segunda vez, así podría morir en paz.

-¡Ey! No es del tipo de cosas que la gente comparte.

-Solo quiero un poco.

Volteó algo sonrojado, y puso la paleta frente a mi, entonces la tomé con mi boca pero él miraba a su alrededor como si hubiera gente o algo por el estilo, parecía un loco.

-Hay muchas mariposas aquí, vámonos. -Entonces mire alrededor y no había ni un solo insecto, ni uno, pero él seguía dando manotazos al aire y cubriéndose la cabeza, entonces comprendí todo.

-Quizás hayan escapado.

-Si ¿De dónde?

-Cuando abrí la boca.

-¿Eh?

-O tal vez son tuyas.