thirty

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Mi casa estaba tan igual a la última vez que me dio algo de escalofríos al verla desde la ventana del auto, mi hermana pago y yo baje con mis pocas cosas sin necesidad de ayuda. Mi casa era de una sola planta y algo pequeña, el jardín parecía poco cuidado así que supuse mi mama pasaba por algún momento difícil... no me costaba creer que por mi culpa.

— ¿Tienes algo de nostalgia?

— Algo.

En realidad estaba un poco aterrada y sentía el pulso en mis oídos, si giraba mi cabeza muy a la derecha podría ver las casas de la otra calle. Casas que no debería ver.

— Yo insistí en dejarlo todo igual y me da nostalgia cada vez que la veo, aun no es mi boda y tampoco me he mudado pero desde ya extraño este lugar. No sé cómo haces para vivir tanto tiempo fuera.

— Es más fácil de lo que crees.

Abrió la pequeña puerta en madera y el olor a comida llego a mi nariz al instante, cambie mis zapatos no sorprendida de encontrar mis pantuflas en el mismo lugar que solía dejarlas. Deje mi pequeño equipaje en la sala mientras aferraba mis manos a la pequeña bolsa que me regalo Hoseok como buscando apoyo y mis ojos se cruzaron con mi madre.

— Pensé que estabas en el trabajo.

— A mí también me da gusto verte.

— No me hagas sentir mal por mis palabras, sabes que solo estoy algo sorprendida...

Mi madre era más pequeña que yo, casi de la misma estatura de mi hermana y vestía un poco formal porque trabajaba de secretaria. Todo en su aspecto era pulcro menos su cabello en un moño desarreglado, yo era una copia de ella físicamente excepto la personalidad, yo era igual a mi padre.

— ¿Que tal tu viaje?

— Estuvo bien.

— Si quieres puedes ir a darte un baño antes de que tu padre venga, pude pedir un permiso pero tu padre no... Ya ha pedido muchos.

Nuestra conversación era un poco tensa y a la vez llena de sentimientos, sabía que no se acercaba demasiado porque sabía el porqué de mi repentino regreso. Puedo mentirle a todos menos a mi madre.

No quería ir a mi habitación, prefería cambiar mi ropa en la habitación de mi hermana pero ella parecía ser la única tan emocionada por mi regreso que me dio un pequeño tour por todo el lugar. Como si yo no hubiera crecido aquí.

— Hay algunas cosas mías en tu habitación, espero que no te moleste... son solo tres cajas de documentos que debo llevar al trabajo el otro mes.

Mi hermana hablaba rápido excusándose, como si yo me enojara por cosas como esa y yo solo asentí la cabeza desinteresada mientras abría mi puerta justo al frente de la suya.

— Todo permanece igual, incluso me encargo de abrir la ventana a veces para que no se llene de polvo o de ese olor a humedad.

Ella siguió hablando de algo relacionado a sus tres cajas mientras mis ojos escaneaban el lugar. Paredes de un tono gris claro, una cama individual blanca y un armario del mismo color. Mi escritorio estaba justo debajo de la ventana y un pequeño sillón color rosa pálido estaba al lado. No había juguetes, cuadros, fotos, dibujos o alguna otra cosa que mostrara la identidad de la dueña, solo unas repisas llenas de libros de escuela o clásicos de la literatura. No parecía la habitación de una niña.

— Voy a ayudar a mi madre con la cena, si necesitas algo me llamas.

Yo asentí aun no queriendo decir nada mientras cerraba la puerta, ella sabía que no la escuchaba y de alguna forma sé que esperaba más de mí. Llevaba toda una vida ignorando su presencia y en mi estadía en Seúl había intentado verla, llamadas, mensajes, cartas... sabía que debía sanar más a profundidad. Por eso estaba aquí.

Trivia 起: Just Dance | JHS ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora