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Hoy el tráfico era un desastre más caótico de lo usual, mire las expresiones de enojo de los conductores mientras caminaba por el semáforo en rojo y sonreía aliviada al saber que podía llegar a la escuela caminando. Sin pretenderlo, me había evitado un dolor de cabeza todas las mañanas y solo se lo agradecía a mi tía.

Hace cuatro meses llegue aquí a Seúl, no fue difícil adaptarme porque siempre solía venir de vacaciones y mi hogar no queda tan lejos. Incluso puedo tomar el metro para llegar pero ahora sería una mala idea considerando que me prometí regresar con solo buenas noticias.

Reconocí a varias personas con el mismo uniforme que el mío y decidí caminar detrás de ellos, los arboles hacían sombras extrañas en el pavimento así que me entretuve un rato. El verano estaba aquí y agradecí que el uniforme de verano me quedara bien, con el de invierno tuve problemas porque me quedo muy holgado. Mi escuela no era muy grande para ser de la capital, al menos me confortaba saber que no tenía que socializar mucho y eso es lo que no he estado haciendo desde que llegue. No soy la única extraña, muchos llegan después de iniciar clases pero pocos quedan como yo y me sorprende como paso el tiempo desde aquello.

Al llegar salude a varios profesores y me dirigí al salón, siempre llegaba mucho tiempo antes para no llamar la atención de los demás. A decir verdad yo no era una chica tímida, estos primeros meses espere que alguien se acercara a mí pero eso nunca paso y el tiempo de crear amistades ya había terminado. Tal vez aquí no esperas a que bajen del cielo personas que quieran estar contigo.

— ­­ Buenos días. — dije al único chico que siempre llegaba primero que yo, camine a mi lugar y me senté con la espalda recta. Mi madre había dicho que en la capital siempre debes estar al pendiente de mantener una imagen fuerte.

— Buenos días. — respondió el mientras leía el mismo libro. Puedo asegurar que era un chico calmado, su grupo de amigos se resumía a una chica lo suficientemente hiperactiva como para hablar por los dos. Se sentaban delante de mí y a veces me preguntaba si eran algo más.

Los demás estudiantes fueron llegando y yo preferí repasar mis apuntes de Física, no entiendo porque siempre hago esto antes de clases si de igual manera no voy a entender nada. Mantuve cara de concentración para mantener mi imagen de intelectual cuando en realidad es que no entendía ni el 10% de lo que estaba leyendo.

— Hui! — la chica grito en la puerta mientras tenía un pequeño espejo con un labial en una mano y en la otra traía su mochila. — por amor a Dios ¡¿por qué siempre tienes que llegar primero?!

Todos estos días había escuchado como la chica le prometía a Jeonghui que llegaría más temprano que el cuándo claramente nunca sucedería. El simplemente se rió mientras su nariz se fruncía.

— Myeongsuk, deja de gritar tan temprano, puedes despertar a los demás. — él le dijo mientras ella se sentaba a su lado.

— Yo no desperté a nadie! — volvió a gritar ganándose miradas de reproche de los demás, había aprendido que aquí no se habla mal de alguien de frente sino que en los pasillos se encargan de intercambiar comentarios sobre cosas que suceden en el salón. — ¿Acaso te desperté Eunyeong?

— No, claro que no. — respondí y los demás miraron con curiosidad nuestra conversación, era tal vez la primera vez que decía algo. Me sorprendía que supiera mi nombre.

— ¿Viste? — Le dio un golpe al chico a su lado y me dio una sonrisa. — tienes un lindo nombre.

— Yo sonreí un poco mientras evitaba el contacto visual, mi nombre me parecía de anciana y ahora no sabía si era sarcasmo. — Gracias, pensé que no lo recordabas.

— La verdad es que no, ella lo leyó de tu uniforme. — Hui señalo mi placa y yo me di una cachetada mental por mi estupidez. Escuche más susurros y baje a ver mi uniforme. Simple blanco con detalles azules en las mangas, cuello y falda, era verano así que podíamos traer camisetas debajo.

Trivia 起: Just Dance | JHS ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora