All The Good Boys Going To Hell [Taekook]

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Jeon observaba el techo de su habitación sin poder creer lo que había pasado hace unas horas, recordó como había llegado directamente a tomar una ducha deshaciéndose de toda la sangre que pudo trasladarle Taehyung y como golpeó numerosas veces la pared de su baño lastimando sus nudillos. Acarició las vendas que tenía y sintió un escalofrío en su cuerpo enteró.

¿Debía buscarlo? No, por supuesto que no debería buscarlo.

Pero la grandes ganas que tenía de golpear su rostro le decían que debía buscarlo. Suspiró frustrado y cogió una almohada tapando su rostro mientras gritaba sin importar que su garganta doliera o su cabeza, estaba enloqueciendo por culpa de aquel imbécil.

Lo amaba y por eso lo odiaba, lo odiaba por que lo conocía como la palma de su mano pero aún así no podía mantenerlo controlado. Lo odiaba por joderle la vida de tantas formas, lo odiaba por hacer perder la cordura por cada palabra que salía de su boca, joder que si seguía nombrado las cosas que odiaba de Kim Taehyung no terminaría ni en esa vida o en la siguiente.

Sabía que haber limpiado aquella barra de metal estuvo mal pero si atrapaban a Taehyung por su culpa, iba a encontrar la manera para arrastrarlo a su lado o peor aún, hacerlo sufrir el doble. No quería pasar por eso nuevamente, no tenía opción.

Su telefono sonó asustándolo, miro hacia la mesa de noche que se encontraba al lado de su cama y lo tomó rápidamente sin ver el remitente, si lo hacía posiblemente no contestaría. Sintió sus manos sudar y le dio asco. Dios, odiaba sudar.

- ¿Jungkook? -suspiró nervioso y se sentó en su cama viendo la pared que se encontraba a su lado, empezaba a sentir su espalda pegajosa y era desagradable.- Cariño, no debí golpearte tan fuerte ¿Estás bien? No es una buena manera de reencontrarnos después de tanto tiempo. -su voz sonaba tranquila, como si nada hubiera pasado y el menor no hubiera presenciado aquella escena.

-No me digas cariño, eres un imbécil. ¿A que has vuelto a Busan? ¿Ya le jodiste la vida a todo Daegu acaso? -la molestia se podía sentir en el tono de voz del Jeon, si bien había esperado encontrarse con el castaño no esperaba que estuviera tan descontrolado, la última vez que lo habia visto así, fue cuando eran adolescentes.

-¿Entonces sabías que estaba en Daegu? ¿Me extrañabas tanto? Me conmueves cariño y aún sabiendo donde estaba, no me visitaste ni una vez. -Jungkook respiró profundo contando hasta diez, era agotador. Lo normal era que Kim fuera directo al punto, al chico nunca le gustaba dar rodeos.- Quiero volver contigo.

El menor frunció el ceño y miro el teléfono para estar seguro de que era Kim Taehyung quien realmente lo llamaba, finalmente había enloquecido, si eso era. Literalmente casi mata a una persona enfrente de él, viene a molestarlo y hasta le da una patada en el estómago que aún le dolía ¿Volver a estar juntos? ¡No! El pelinegro rió y luego mordió su labio por unos segundo. Oh dios, debía estar muy mal para estar pensando seriamente eso. ¿Quería volver con él?

- Jungkook, sigo aquí y no has respondido. ¿Qué te parece tan gracioso? -el castaño comentó algo molesto mientras apretaba el teléfono celular y su mandíbula, ¿Se burlaba de él? No podía creer que escucho una leve risa nuevamente.- ¿Volveremos o qué? -comentó algo irritado ya, la cabeza le estaba empezando a doler.

- Púdrete. -el menor termino la llamada con las manos temblorosas y sin creer lo que había hecho, en parte se sentía bien por que estaba harto de su ex, pero al mismo tiempo lo extrañaba, bueno extrañaba las cosas buenas de él.

Apagó su teléfono y se negó nuevamente mirando el techo, era seguro que le costaría dormir.

Habían pasado años desde la última vez que había rechazado a Taehyung, no había terminado nada bien, pero le daba igual. Por dios, era un hombre de veinticinco años que seguía enamorado de su pareja de la adolescencia, que patético era. Cubrió su rostro con ambas manos sin saber que hacer, sabía que no se rendiría tan fácil, seguramente mañana a primera hora estaría en su puerta para darle un buen golpe o más comentarios filosos llenos de su nunca bien recibido humor.