All The Good Boys Going To Hell [Taekook]

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Suspiró mientras el sabor del alcohol se colaba por sus papilas y el calor inundaba su cuerpo. Estaba cansado, la misma rutina aburrida desde que llegó a Busan, estaba asqueado de aquellas calles

Miro de reojo al prostituto que estaba atado a la cama llorando, su cuerpo estaba lleno de golpes y su frente sangraba. Ah, si, tal vez se pasó un poco con él, pero con Min pudo descubrir el lado violento del sexo, aquel que nunca pudo darle su amado Jungkook.

Escupió al piso con una mueca, tan solo recordar su nombre le dejaba un mal sabor en la boca. Jeon Jungkook, la pequeña mierda que lo manipuló cuando era más joven, aquel idiota que lo traía loco desde hace tantos años.

—Taehyung, por favor.—el chico que sollozaba en la cama se retorcía adolorido, habia escuchado que aquel hombre pagaba cantidades exuberantes por noche pero no creyó que terminaría así, agradecía que no lo había tomado a la fuerza, solo lo había golpeado.

—¿Acaso te di permiso para hablar? Vaya, el gatito es valiente. —Kim se acercó al menor, lo observó. Seguramente no pasaba de los diecinueve, chaqueo su lengua.— Me has aburrido, aunque tu actitud coqueta era tan parecida a una pequeña mierda que me hace la vida imposible.

Yeonjun sollozo al sentir como el mayor lo desataba, le lanzó su ropa y vio como encendía un cigarrillo. Sus extremidades temblaban y notó como mordía su labio constantemente, se colocó sus prendas con cuidado, sentía como si un tren le hubiera pasado por encima.

—Si llegas a hablar de que esto ocurrió, date por muerto bonito. Tu no me conoces y yo no te conozco. —Choi terminó de colocó sus zapatos mientras asentía cabizbajo. Quería huir de allí, empezaba a tenerle terror a ese hombre, aquella mirada vacía que pudo observarle mientras lo golpeaba, le heló los huesos.

—Entendido.

Yeonjun salió de allí mientras pcultaba el dinero en su chaqueta, su rostro se sentia hinchado y le dolía respirar. Las lágrimas corrían por su rostro, era tan injunto tener que ganarse la vida de aquella manera, de cama en cama y rezando que ningun lunático le tocara.

Pero esa noche le tocó el mismo diablo, sentía el roce de su pantalón con sus muslos marcados, habia quemado varios cigarrillos en la tersa piel de sus piernas. Temía, no por él.

Joder ya nadie se iba a apiadar de su alma, él ya no importaba. Temía por el chico al cual Kim mombraba entre golpes, tenía miedo por que no sabía si ese tal Jungkook seguía vivo o al lado de aquella bestia disfrazada a simple vista.

Taehyung miraba la habitación aburrido, sus manos quitaron las sábanas de su cama, no quería recordatorios de aquel puto. Tronó ligeramente su cuello cansado.

¿Qué estaría haciendo su pequeño cachorro? Lo último que recordaba era verlo ir de entrevistas de trabajo a la iglesia, rió amargamente. Claro, Jungkook se aferraba a esa imagen de niño bueno que todo el mundo le dio.

¿Realmente Jeon caería nuevamente a sus pies?

Esta sería la última vez que lo intentaría, si no funcionaba posiblemente se rendiría, o por lo menor lo pensaría. Amaba jugar con la mente del menor, era divertido verlo llegar a su límite y verlo reaccionar ante él.

Se preguntaba si el imbécil sabía lo que valía para él, no mentiría. Jeon habia entrado en su podrido corazón como una maldita flecha que llegó para desggarrarlo por dentro y hacer que se desangrara.

Había pasado por muchas cosas desde joven y el único que estuvo allí con él fue Jungkook, el único que siempre lo apoyaba y creía en él. Él que con los años lo golpeaba cuando se sentía acorralado, él que lloraba cuando lo dejaba en algún lado tirado, como un cachorro. Él que en una noche pasada de copas le rebeló entre un llanto desgarrador que lo amaba.