Octava y novena nota.

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Miércoles 23 de Enero

Joaquín, por primera vez desde que salió del clóset en la escuela, se cambió en los vestuarios y no en el baño. Sus compañeros no dijeron nada, o será que no lo notó porque estaba muy ocupado llevando acabo su plan para darle la nota a su amigo secreto.

Durante la noche le estuvo dando vueltas al asunto y recordó que una de las notas la había dejado en su casillero de gimnasia, por lo que compartía esa clase con él. Decidió entrar a los vestuarios y dejar la nota en su casillero para que, si el chico le dejaba una nota, la pudiera leer.

Fue el primero en salir de los vestuarios rogando para que su plan funcionara, una parte de él quería conocer a ese chico que le dejaba las notas; pero, si ese chico no estaba seguro de revelarle su identidad, debía de respetarlo.

Luego de unos pocos minutos terminaron de salir sus compañeros y comenzó la clase, cuando ésta terminó ocurrió lo mismo que en las clases pasadas, se quedó esperando a que todos o la mayor parte se fueran para él entrar.

Al entrar de vuelta a los vestuarios lo primero que hizo fue abrir el casillero, y no fue precisamente para sacar su ropa, ahí estaba otra nota del chico y no había rastro de la que él dejó al inició de la clase.

Desdobló el papel con una sonrisa.

"Se supone que debes estar tratando de descubrir mi identidad, pero si no lo haces por mí mejor, aún no es momento de que me conozcas, pequeño ángel.

Tus ojos son demasiado hermosos, debo admitir que me fascinan. No son azules o verdes, tampoco tienen el color de la miel, pero brillan tanto cuando estás feliz... definitivamente son los más hermosos.

De cerca tu piel luce mucho más suave, pero ayer estaba algo caliente, ¿estás así siempre o tengo que preocuparme por ti, cosita bonita?

P.D. no preguntes cómo lo sé, soy adivino.

8/17"

Joaco solo podía sentir su cara caliente y le comenzaban a doler las mejillas de la enorme sonrisa que se había apoderado de su rostro, si sigues poniéndome apodos tan lindos tendré siempre la piel caliente, pensó el menor mientras guardaba la nota y tomaba su ropa para ducharse.


—¡JOAQUÍN!— un gritó lo sacó de sus pensamientos, estaba en clase de lengua, la cual comparte con Niko.

—Perdón, estaba pensando— se disculpó Joaquín con su mejor amigo, el cual lo miraba con reproche por no ponerle atención, pero cómo podía prestarle atención si no sabía cómo había reaccionado su chico con la nota.

No, no era SU chico. Era solo el chico que le dejaba notas, Joaquín debía recordar eso.

—Entiendo que te estés enamorando de ese chico que te deja las notas, pero no me dejes de lado— se quejó el mayor haciendo un puchero.

—Yo no me estoy enamorando de nadie, mejor dime por qué insistes tanto en que te preste atención— Nikolás dejó pasar eso y le contó sobre una chica que había conocido y Joaquín sí le prestó atención esta vez.

La clase se pasó muy rápido y Nikolás se tardó un poco guardando sus cosas para salir al descanso, por lo que Joaquín también tardó un poco.

Cuando ya iban a comer en las gradas (que es donde solían sentarse) Joaquín decidió pasar por su casillero habitual solo para ver si s-el chico le había respondido.

Abrió el locker encontrándose con un papel y una pequeña flor, sintió su cara caliente y reprimió lo mejor posible la sonrisa que quería plasmarse en su rostro. Dejó la flor de lado para leer la nota.

"Otra vez me estás haciendo la persona más feliz del mundo, no es justo, se supone que yo tengo que conquistarte a ti. En cuanto a tu nota:

1- No soporto verte mal, siempre haré lo posible para que tú estés bien.
2- Sí, peque, me conocerás en algún momento.
3- Seriamos buenos amigos, pero no es lo único que busco contigo.

Puedes llamarme A, de Anonimo ;)
Espero que te guste la flor, no tiene ni la mitad de tu belleza, pero eres tan desinteresado que de seguro que estás rojito por el detalle.

De verdad que eres un ángel en este mundo lleno de gente cruel e interesada.

9/17"

Guardó la nota en su casillero porque Nikolás lo estaba apurando, pero no paraba de pensar en que le gustaba a A y lo mucho que parecía conocerlo, porque sí, estaba más rojo que un tomate.

Aunque la mayoría de sus pensamientos se resumían en lo que estaba sintiendo por A, por ese chico, sin siquiera conocerlo.

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Cada vez falta menos para el que Joaco conozca al vato que lo trae loco.

Les recomiendo muchísimo que se pasen por el perfil de Betty_Bap su historia está quedando increíble juju.

Espero que les esté gustando la historia y perdón por las faltas ortográficas que no llego a corregir. :c

-Cam

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