Capítulo 19: Lazos

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Los días pasaban y cada vez me sentía más cerca de Mélody. En poco tiempo nos habíamos vuelto buenas amigas. Usábamos los ratos libres en el trabajo para conversar tanto de nimiedades como de temas un poco más profundos. Era una de las pocas personas con las que sentía que podía ser sincera sin ser juzgada.

Mel tenía veinte años y ese era su primer empleo. Conocía a Gus de casi toda la vida porque él era el mejor amigo de su hermana mayor desde la escuela primaria. Había decidido trabajar con él para ayudarlo en el comienzo de su proyecto y no porque lo necesitara realmente. Por la tarde estudiaba Comunicación Social en la universidad y tenía una relación no formal con un compañero de clases.

La noche de un martes en la que el bar se encontraba vacío nos quedamos conversando sentadas frente a Gus, que estaba del otro lado de la barra. Llovía torrencialmente y se podía escuchar el sonido del granizo repiqueteando contra el techo de chapa. Era poco probable que alguien se aventurara a salir con ese temporal.

Gus nos invitó un shot de tequila y se sirvió uno para él.

—Vamos a ponerle un poco de onda, porque hoy la noche está remuerta —dijo Gus al tiempo que se echaba un poco de sal en la mano.

Se llevó la sal a la boca y luego bebió el líquido de un trago para después colocar una rodaja de limón en su boca. Hizo un gesto de asco que no concordó con sus posteriores palabras:

—Delicioso. Vamos chicas, no sean amargadas.

Mel lo imitó. Yo no estaba segura. Jamás había bebido alcohol, al menos no que yo recordase. Además estaba bastante medicada y no tenía idea si mis píldoras tendrían alguna contra indicación.

—Vamos, no pasa nada. No va a venir nadie con esta lluvia —insistió Mel jugueteando con su vaso vacío.

No quería quedar mal con mis nuevos amigos así que ignoré una voz en mi interior que me advertía que aquello no era una buena idea y repetí el procedimiento que ellos habían hecho. Al tragar sentí que el líquido quemaba mi garganta y agradecí la acidez del limón que contrarrestó el sabor horrible que me había dejado el tequila en la boca. Seguramente mi expresión delató mi inexperiencia con el alcohol, porque mi amiga soltó una risita.

Sin mi ayer✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora