Capítulo 20

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"Eres como el cigarrillo. Te consumo, me consumes, me haces daño no te dejo"

Tenía cinco meses con la guata hinchada, había dejado de ir a trabajar, nadie más que la Jasmin, la Anto y la Paz sabían que estaba embarazada, por lo menos eso creía yo. Las cabras iban cada tarde a comer conmigo a la casa, llevaban cualquier wea que fuera como para antojo de embarazada, no me hablaban del Jaime, con suerte del Nico y del Edgar. Del Marco tampoco supe más, no llamó, no me buscó y me sentía terrible con eso, perdí a los dos y por weona, por maraca. 

Un día martes, como a las tres de la tarde tocaron el timbre del departamento, me pareció raro ya que las chiquillas solían llegar como a las siete. Deje de lavar la loza y caminé hasta la puerta, la abrí y lo primero que vi fueron unos ojos rojos con ojeras, me quedé helada. Era el Jaime. Al ver que se abrió la puerta, lo primero que hizo fue hacer contacto visual conmigo, luego bajó su mirada a mi guatita, enseguida me la toqué con miedo de que este loco conchesumadre fuera a hacer algo, pero lo único que hizo fue arrodillarse y abrazar mi panza desde ahí abajo, se aferraba a ella como si fuera la única salvación en un apocalips.

-Te costó llamarme? Te costó gastar un poco de bencina para ir a decirme a la casa? Cuánto te costaba llamarme para decir: "Jaime, estoy embarazada". Nada, no te costaba nada - una lágrima cayó por su ojo derecho, seguida de una del izquierdo, entró como si fuera el dueño y viniera a inspeccionar el estado del departamento, se acercó a mi y por un segundo pensé que iba a darme sus wenos combos en el hocico por jila, pero me abrazó, su olor me enloquecía

-Erís un conchesumadre, desapareciste cinco meses weon barsa y ahora venís a preguntar weas? - me separé de él y lo miré con rabia - Pesca tus cositas, date la vuelta y andate que aquí no se te necesita 

-Un conchesumare? Fui yo el que se alejó sin decir ni una sola palabra? Volvi porque te amo, te amo a ti y a la wea que tenís ahí dentro - me miró con furia y apuntó mi guata - y no pienso irme - se hizo el indignado y se cruzó de brazos

Lo miré unos segundos, estaba procesando lo que acababa de decir, tenía razón...y fui la que se alejó sin decir nada. Me tiré a sus brazos porque después de todo lo extrañaba, mi guaguita y yo lo extrañábamos.

-No te volvai a ir - le dije con pena

-No te volvai a enojar - respondió - te traje heladitos - sonrió con pena y sacó una caja de helados Pura Fruta de su bolso y me las entregó con cariño

-Cómo supiste? - él dejó su bolso en una de las sillas del comedor y fue a sentarse al sillon para ver la tele

-Tu amiga Paz no es muy buena para guardar secretos - rió con una ternura incomparable - además, no apareciste más en el trabajo, era muy obvio

-Sapa culia - comenté por lo bajo

Él se paró con ánimos del sillón y caminó hasta mi, yo estaba terminando de lavar la loza.

-Yo termino, anda a comer heladitos, pa eso te los traje - me abrazó por la espalda y puso su cabeza en mi hombro 

-Por que volviste? - me di la vuelta y lo miré seria

-Porque...erís mi vida, no te iba a dejar solita y más encima con una weaita molestándote en la guatita - la acarició con ternura mientras acercaba su oído al ombligo - Oyeeee...despierta, llegó papi elmo, chiquititooo...

Yo lo miraba como weona al verlo tan tierno hablándole a su creación que de llegar a ser hombre iba a heredar el mismo nombre de su enojon papá. Hace unos años tenía visiones mías con una guatita grande y el Jaime tal cual estaba ahora, cómo pudo cambiar cinco meses de martirio con una simple visita? Ésta era tal vez una de las cosas que mas odiaba del Jaime: no sabe irse de una sola vez, siempre vuelve, siempre llega a cambiar las cosas.

-No sabís que va a ser? - me miró desde abajo y me sonrió

-No, el jueves tengo control así que ahí voy a saber

-Puedo acompañarte? - se levantó y me dio las manos

-Obvio - me lancé a sus brazos para colgarme de su cuello

-Y como le vamos a poner? Si es niña quiero que le pongai Emilia y si es niño...puta no sé... Nicolas?

-Jaime mejor - reí y me separé de él para dejarlo descansar

-Y si sale igual de aweonao que yo? No quiero que saque mi carácter

Lo miré riendo y me dirigí a la mesa donde estaba la caja con helados y la abrí para sacar uno y comerlo sensualmente frente al Jaime para provocarlo, él me miraba contento

-No puedo creer que vaya a ser papá - rió con la típica risa de enfermo mental - no me veo con una guagua en los brazos - volvió a reír - Pa´cuando teni fecha? 

-Para julio, tal vez el 18

-Yo estoy el 15 - me miró con la boca abierta como si hubiera descubierto la razón de la vida humana, reí - Oye...oye...estai bien?

Sentía mi cuerpo con más peso de lo normal, los ojos se me pusieron blancos y la voz del Jaime preguntando que pasaba la oía muy lejos de donde estaba, comencé a salir de mi cuerpo, me veía tirada en el suelo y el Jaime tomando mis manos mientras sollozaba y buscaba un celular para llamar una ambulancia. Tenía miedo, no miedo por mi, miedo por la guagua, miedo por el Jaime. Yo quería volver, por más que intentara volver a mi cuerpo no podía, había algo que me lo impedía, me arrastraban, me consumían, me despedazaban.

-No te vayas, no ahora, no ahora, ________...mi amor, quédate, te necesito, por favor...

Love Hurts #2 (Jaidefinichon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora