"Tal vez en otra vida..."

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•Aioros x Shura.

—Jamás pensé volvería verte, y aquí estás a mi lado.—  decía un pelinegro.

— Las cosas suceden por algo Shura... ¡Necesitaba volver a verte!— le sonrió aquel castaño oscuro.

—¡Pensé que habías muerto por mi culpa!

—¡No!— intento callar al español y lo logró.




Las guerras eran inevitables, hace trece años pensó que había matado al amor de su vida en un accidente al blandir su espada, pensando que era del ejército enemigo, lo vio desangrando y casi perder el aliento, se retiró antes de ver como un descuido le arrebataba aquel amigo entrañable y al amor de su vida.

Ambos eran soldados al cuidado del castillo de la familia "Kido", una de las  familias de toda Grecia.
Soldados de todas partes del mundo eran llamados para formar tropas y custodiar tanto las tierras como a la familia.

Aioros era griego y Shura un español con sueños y anhelos de convertirse en el mejor soldado a la disposición de la señorita Saori Kido quién a su debido tiempo lo nombró el caballero más fiel y leal a su persona.

Una lucha por las tierras contrarias. Julián Solo comandaba personalmente su ejército mientras que Saori sólo le había pedido al general Shion que les ordenará a los soldados formar escuadrones para proteger las aldeas aledañas al castillo.

Un amor entre hombres en esos años era mal visto por ir completamente en contra de las normas de la misma humanidad.
Pero a los ojos de la gente estaba bien que unos soldados pelearán contra otros en sangrientas batallas por el simple hecho de obtener más riqueza.

¿Acaso el amor era un cero a la izquierda en cuanto se trataba de bienes y oro?


Ese capricho por parte del otro joven había llevado a la perdida de muchas vidas alrededor de trece años y más, porque la guerra aún continuaba.

Solo había una cosa que hacer para ponerle un alto a todo aquello y era que la Señorita Saori Kido se casara con él para unir las tropas, sin embargo la última no cedía debido a que amaba con todo su corazón a aquel soldado que se hacía nombrar "Pegaso" por la velocidad en que manejaba todas las armas existentes en la época.

Los romances entre los mismos soldados era mal visto, tachado de inmoral y casi como si eso fuera cosa de Satanás. Mataban vilmente a los amantes que se les descubría un amorío, si era su desición ambos llegarían hasta la muerte con tal de ver realizados sus sueños de estar juntos y los que tenían mucha suerte era porque lograban ocultar muy bien sus sentimientos a los ojos de las personas tal caso de Milo "Skorpio" de Grecia y Camus "Aquarius" de Francia.

Aioros había esperado demasiado tiempo para volver a aparecer frente a aquel español que extrañaba con todo su corazón.
Hace trece años fue la última vez que observó esos preciosos ojos esmeraldas y ahora podía no solo verle a los ojos.
Ahora lo podía abrazarlo, besarlo y todo lo que quisiera, siempre y cuando se cuidarán de no ser vistos por otros.

—¡Solo me heriste con tu espada más no me mataste, no te culpes por eso!— suspiró. —Ahora nuevamente podemos estar juntos.— lo abrazó.

Estaban hablando en aquella choza un tanto lejana del castillo y de los curiosos.

Necesitaba demostrarle su amor, afecto, cariño y lo tanto que deseaba estar con él.
Las palabras salían sobrando entre aquellos fogosos besos que los llevaron a cometer el gran "pecado".

El pecado de muerte.

Hundieron sus cuerpos en uno solo, amándose, entregándose uno al otro en su máximo nivel. Ya estaban artos de haber sufrido uno distanciado del otro y este último pensando que había cometido el acto más horrible hace trece años atrás.

•One Shorts• Sagitario x Capricornio [Terminado, pero en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora