ᴘʀɪɴᴄᴇss ᴏғ ʜᴇᴀʀᴛs| Reina Time es enviada a Auradon junto a sus cuatro mejores amigos. Donde ella está dispuesta a mantener sus raíces a pesar de todo lo que sucede a su alrededor.
DESCENDANTS
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OCxtodavía no sé
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Єl olor a humedad junto al terrible olor a mugre que te golpeaba el rostro cada vez que el fuerte viento soplaba, todo provocado por las grandes mareas que rodeaban la Isla de los Perdidos. Lugar donde la luz del sol no llegaba a iluminar buenos días, donde por cada paso que dabas encontrabas basura, donde la honestidad, la bondad y otras buenas virtudes no existen. Durante la noche como en el día era mejor cuidarte cuando caminabas por los pasillos de aquel conventillo que eran los barrios de la Isla, mejor manos en el bolsillo y cabeza en alto. Mejor prevenir que curar, así era en el lugar. Tierra de nadie podría ser buena definición. En aquella Isla aislada del mundo vivían los villanos de los cuentos junto a sus descendientes, pero aquí solo se contará la historia de una descendiente en particular.
Entre los pasillos de aquel conventillo de algún barrio de la Isla, Reina Time hija de La Reina de Corazones y Lord Time, caminaba con la cabeza en alto, espalda recta y con cada paso que daba sus tacones resonaban por el pasillo. Empujando a las personas que estaban en su camino o escupiendole en la cara a cualquier mano suelta que quiera sacarle lo que llevaba en su bolso de cuero que cruzaba su cuerpo. Cualquiera que le viera pensaría que la pelirroja tenía aires de grandeza —aunque de verdad fuera así—, aparentaba una chica mala —aunque nuevamente fuera verdad—, pero si somos realistas Reina no era como las otras villanas, había algo que la distinguía de las demás pero eso se contará más adelante. Desde lejos podías distinguir a la hija mayor de la Reina de Corazones, su inusual vestimenta y aquel cabello pelirrojo-anaranjado que tanto la distinguían, era difícil confundirla con alguien más. Reina usualmente llevaba puesto una remera mangas largas cuello de tortuga a rayas blanco y negro, una falta de tul de color rojo y negro que llegaba hasta sus rodillas pero seguía cayendo en la parte de atrás, unas medias a rayas blanco y negro, unos botines negro de tacón aguja y una chaqueta de cuero negra con bordados de los símbolos de las cartas de poker algo que distinguía mucho a su madre.
Espantando a un duende que se cruzó en su camino, a lo lejos distinguió una cabellera oscura única y casi perfecta. Ajustó su bolso y aún escuchando los murmullos e insultos del duende hacía ella, dirigió su camino hacía el chico de gorra roja que se encontraba robandole a un "pirata" semi-borracho sin que este se diera cuenta.
—¿Como va el trabajo?.
Al escuchar esa voz inconfundible, el chico volteó. Sonriendo apenas sus ojos captaron aquel cabello pelirrojo/anaranjado brilloso que estaba levemente despeinado.
—Pesado. Como siempre, princesa—Se cruzó de brazos cuando una media son risa arrogante apareció en sus finos labios—. Pero nunca difícil para mi.
