- ¿Porque me trajiste aquí?, sabes que odio leer.- exclamaba Pera en tono de reclamo.
- No hagas tanto ruido, estamos en un biblioteca- decía mientras observamos a la chica del día anterior desde uno de los libreros.
Ella estaba en una mesa leyendo y completando algunos ejercicios en su libreta, su aspecto era común, era una chica bajita y un poco regordeta, con ojos pequeños que mostraban serenidad, su cabello oscuro le llegaba hasta los hombros, algo desordenado pero lindo. A veces levantaba la vista de sus apuntes para mirar a su alrededor, creo que sentía que la estábamos mirando.
-El espiar a las personas se te está volviendo un mal hábito - susurro Pera agazapada en el suelo.
Traté de controlar mis nervios, jamás se me había ocurrido hacer contacto con alguien tan diferente a mí, es decir, siempre hay una barrera moral entre vivos y muertos que no es debe ser violada, es como un Tabú entre los muertos.
Respira profundamente, sabía que si no lo hacía en ese momento, no tendría el valor de hacerlo jamás.
- Ha llegado el momento de acercarnos- dije mentalmente y al parecer en voz alta ante la expresión de sorpresa de Pera.
Nos levantamos y comencé a caminar hacia la dirección de donde estaba la chica, al avanzar pensaba que decir, bueno, no es normal que un fantasma se acerque a ti y diga: " Hola, lamento haberte asustado ayer, pero necesito tu ayuda para acercarme a un chico que esta igual de vivo que tú". Escuchar esa oración me hacía sentir tremendamente tonta. Llegamos a su mesa y simplemente susurre un "Hola". La chica lentamente alzó la mirada, su expresión era algo triste pero confundida, ella no dijo nada.
-¿porque no dice nada?- me pregunto Pera, mirándola de reojo.
- No lo sé, seguro no nos escuchó.- dije.
- Las escuche- dijo tímidamente, su voz me sonaba a una chica más joven de lo que lucía. Pera y yo nos miramos, anonadadas de aquel suceso.
- Eres la chica de ayer.- continuo la chica cerrando su libreta.
- sí, soy yo- digo soltando una risita incómoda, por supuesto ninguna de ellas se rió.
-lamento mucho si te asuste o algo- dije apenada.
La chica miro a su alrededor, asegurándose de que nadie la mirara.
- ¿podrían irse por favor?- dijo aún en susurros.
-¿Qué dijo?- pregunto Pera con una expresión de sorpresa.
- váyanse por favor- dijo más fuerte.
- oye, esa no es la manera correcta de hablarle a alguien...- dijo Pera alzando la voz, le dije que se calmara un poco mientras la expresión de la chica cambiaba, su rostro mostraba una mezcla de emociones que iban desde vergüenza y enojo. Después de algunas quejas más de Pera la chica explotó.
- ¡LARGO DE AQUÍ!- exclamó levantándose de su asiento, mirándonos a ambas furiosa. Bastó poco para darnos cuenta que todas las personas que estaban en la biblioteca nos estaban mirando, más bien, la miraban a ella. La chica lucía aterrada, tomo sus cosas y salió corriendo del lugar.
Corría por la avenida con una expresión alterada en el rostro, destacaba de todos los transeúntes.
- ¡Espera!- grite tratando de alcanzarla, ella siguió su camino.
- Escucha, las cosas se descontrolaron allá adentro, lamento mucho lo que paso con mi amiga pero no está acostumbrada a convivir con personas que no sean yo. Te pido una disculpa, por favor no te vayas- grito caminado detrás de ella, dándole su espacio.
- No me interesa- dijo sin detenerse.
- Por favor, eres la única que puede ayudarme- afirme de nuevo.
- ¡Deja de seguirme!- exclamó.
- Eres la única que me ha visto, quiero decir... sabes que sigo existiendo- ella se detuvo, volteo a verme, analizando mis palabras y su veracidad.
Fuimos al parque de la ciudad, era viejo y algunos juegos estaban oxidados además de que las bancas de concreto se caían a pedazos.
-Entonces quieres que investigue al chico que te gusta y la manera de que puedas contactarlo...- dijo dándole un sorbo a su bebida de limón.
-aja- dije cruzando las piernas en la vieja banca central.
- Obviamente omitiendo el hecho de que estás muerta.- concluyó.
La última frase me sacudió la cabeza, había pensado en el pro y contra de hacer esto pero ahora simplemente quiero arriesgarme.
- ¿Estas segura esto?- pregunto la chica guardando su botella en la mochila.
- estoy segura.- digo mirándola.
- ¿Me dejaras en paz después de que te ayude en tu misión imposible?-
- lo haré -
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La chica que miraba en la oscuridad
Roman pour Adolescents-Estaba perdida, caminando sola sin tener ganas de seguir hasta que te vi, creo que me has devuelto a la vida chico caqui...-