CAPÍTULO 7 - El Durtinon

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Sentí un peso sobre mí y los recuerdos acudieron a mi mente. El dolor, las voces, alguien llevándome en brazos…

Una mano sacudió mi hombro, sin pensar, me reincorporé rápidamente, tomando a la persona. Sujeté su cuello con mis brazos y me tiré al suelo con ella.

—Mierda, Scarlette —murmuró una voz conocida. Abrí los ojos para ver a Honor debajo de mí, mientras yo la aplastaba con mis piernas en actitud de defensa.

—¿Honor? —pregunté con el ceño fruncido y ella lanzó un resoplido.

—No, soy el hada de los dientes, idiota —replicó con sarcasmo y me dejé caer sobre ella para aplastarla con todo mi cuerpo.

—Un hada muy debilucha, debo decir —comenté mientras Honor intentaba zafarse de mi cuerpo, y dejé escapar una risa.

—Mie aojes — masculló entre dientes y bajé mi rostro.

—¿Qué dices pequeña? —interrogué con inocencia fingida.

—¡ME AHOGO! —gritó y salté poniéndome de pie, liberándola.

Cuando ella se levantó me miró amenazadoramente. Solo sonreí sin culpa y brincó sobre mí, ambas caímos al suelo, pero yo me zafé en un segundo.

—Detente, sabes que no puedes ganarme —presumí con una sonrisa laedeada. De repente mi expresión se tornó seria mientras miraba a mi alrededor, estaba en la sala de mi casa.

—Lo haré algún día —susurró confiada, pero ignoré su comentario.

—¿Qué pasó? —quise saber y frunció el ceño

—¿Te refieres a que casi me matas de un ahogamiento? ¿O de que Dwight te trajo en brazos hasta aquí? —inquirió cruzándose de brazos.

—¿Que ese idiota hizo qué?

—¿Idiota? La idiota eres tú. Ese chico ardiente te trajo hasta aquí y lo llamas así —dijo negando con desaprobación.

—Mejor dime que ocurrió —ordené sentándome en el sofá mientras ponía los ojos en blanco.

Ella se acomodó a mi lado preparándose para contar. Y si a algo le encantaba a Honor, era relatar sucesos que nadie sabía. Así podía darle más dramatismo.

—Bueno, después de que nos dijiste que querías estar sola, yo no te hice caso y te seguí junto con Dwight.  Vimos cuando caíste al suelo, él hizo ademán de correr hasta ti —hizo una pausa antes de sonreír—, pero se detuvo al ver que su hermano Balthazar iba y te tomaba en brazos.

—¿Balthazar? —inquirí sorprendida y rodó los ojos.

—Sí, Balthazar. Y déjame agregar que aunque sea el más callado y serio, tiene los suyo. —Sonrió levantando sus cejas y bufé esperando a que continuara.

—Bien, luego Dwight caminó hacia ustedes, pero yo me quedé en mi lugar, mirando como intercambiaban algunas palabras para que después Balthazar te diera a su hermano antes de irse.

—¿A dónde?

—No lo sé solo se fue —Se encogió de hombros.

—O sea que prefirió deshacerse de mí —afirmé y se mordió el labio.

—Podría decirse... —se quedó callada y le asentí para que continuara—. Dwight te llamó varia veces y como vio que no respondías te metió en el auto... —contó, bufé molesta.

—¿Y no me llevaste a enfermería? Me sorprende, porque conociéndote me habrías arrastrado hasta allí —mascullé y asintió.

—Le dije a Dwight que lo mejor hubiera sido llevarte ahí. Pero él se negó diciendo que dudaba que te gustara mucho despertarte y encontrarte en ese lugar, así que condujo tu auto hasta aquí y se fue pero yo me quedé contigo —terminó y arrugué la nariz.

EL CÍRCULO NEGRO #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora