El recién nacido comenzó a gimotear justo cuando el timbre de la casa sonó por primera vez.
La niña, que se encontraba en la misma cuna que el niño, tenía sólo un año más que él, pero aún así parecía tener su papel de hermana mayor ya muy en claro, pues al instante se giró para poder abrazar al pequeño e intentar darle algo de paz mientras su madre se desocupaba.
Poco a poco, los quejidos del más pequeño fueron acallándose de a poco hasta que ambos bebés volvieron a caer en su infantil sueño.
Mientras tanto, _____ cerraba de forma apresurada la perilla de la ducha. Sin darse tiempo siquiera de secarse correctamente, envolvió su delicado, blanco y aún húmedo cuerpo en la toalla para poder atender a la puerta.
El timbre sonó con más insistencia, haciendo a la chica soltar un suspiro de fatiga.
—¡Un momento, por favor! —Ella aseguró la tela a su cuerpo para que no cayera de éste. Le preocupaba que el sonido de la campanilla despertase a los pequeños, iniciando así un nuevo escenario de lágrimas.
En su mente solo había una persona que podría estar tocando a la puerta a esa hora. Casi medianoche.
—¡Beliath! —Fue lo que sus labios pronunciaron al momento de abrir la puerta, pero grande fue su sorpresa al ver que se había equivocado.
Un hombre apuesto, alto (le sacaba a _____ al menos una cabeza) de negros cabellos y ojos magenta yacía en el umbral de la puerta, con su característica gabardina Victoriana negra cubriendo la mayor parte de su cuerpo.
Bethel Danesti.
—Cuñada... —Él asintió a manera de saludo, bajando el cuello de su gabardina para poder estar en mayor comodidad— Tengo que hablar contigo.
Sin rodeos. Directo como siempre.
_____ permaneció callada un par de segundos, en los cuales su corazón dio un ligero vuelco. Sabía muy en el fondo que algo andaba mal.
Le invitó a pasar con un suave tono de voz. Aparte, la brisa de la noche calaba en su cuerpo semidesnudo y mojado, lo cual no pasó desapercibido para él, por lo cual sé apresuró a cerrar la puerta detrás de ambos para luego seguirla hasta el living.
—Bethel, sea lo que sea que tengas que decirme, ¿No puede esperar unos cuantos minutos? —Con una dulce sonrisa, ella recorrió su propio cuerpo fugazmente, mirándole en busca de compasión— Tengo que ponerme algo más decente para esperar a Beliath, aparte de que los niños se encuentran-...
—_____... —Fueron las palabras que salieron sin más de la boca del mayor, captando la atención inmediata de la joven— Asesinaron a Beliath
Y estas cuatro palabras fueron las que hicieron el pequeño mundo de _____ derrumbarse. Fue como si el mundo de pronto dejara de girar para ella.
Cayendo alrededor de su clavícula, sus negros y largos cabellos aún mojados dejaban escurrir gotas de agua sobre su pecho, hombros y espalda para luego perderse entre la suave tela de la toalla.
En sus ojos, las lágrimas comenzaron a agolparse pausadamente hasta que finalmente escurrieron por sus mejillas.
Bethel logró atraparla justo antes de que ella se desvaneciera en sus brazos por completo, recostándola en el sofá para poder tenerla más cómoda.
Un poco de tiempo después, ella comenzó a llorar amargamente mientras exigía una explicación a su cuñado, pero él por precaucion tuvo que asegurarse de que ella se calmara un poco al menos para poder comenzar a hablar.
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Erotic Maternity © [ Laito Sakamaki ]
FanfictionAun a su corta edad, _____ Fujioka ha tenido que pasar por las cosas más duras que alguien de su edad pueda imaginarse. Con casi diecisiete años y sin ya nadie que pueda encargarse de ella, tendrá que afrontar la responsabilidad que conlleva el tene...