El sonido del té hirviendo distrajo a ______ momentáneamente. Mientras caminaba hasta la cocina, intentaba contar hasta 10 de manera mental para calmarse y no explotar en ese mismo instante.
Bethel continuaba sentado en la sala, justo donde la de verdes ojos lo había dejado. En su cabeza pasaban mil y un ideas. Todas relacionadas a su cuñada.
Por su parte, ______ apagó el fuego de la estufa y tomó un trapo para poder manipular la tetera sin quemarse, colocándola en un lugar donde pudiese enfriarse.
—Bethel —Llamó ella con voz tensa, sacando de los almacenes un par de tazas bellamente trabajadas— ¿Puedes venir, por favor?
El vampiro no lo dudó ni un solo instante antes de ponerse de pie y caminar hasta la cocina. Sus instintos ya se encontraban alerta por cualquier situación. Era muy rara la ocasión en la cual ______ lo llamaba por su nombre.
Una vez que estuvo en la cocina, observó en silencio cómo su cuñada terminaba de colocar un par de cucharadas de azúcar en cada taza llena de humeante té. El aroma evocaba manzanilla.
—Toma asiento, por favor —Indicó la de negros cabellos, sentándose ella misma en una silla alta que estaba alrededor de la isla de la cocina.
Al segundo, el vampiro ya estaba sentado a su lado. Su cuñada estaba demasiado callada para su gusto. Solo eso ya le incomodaba.
—Cuñada, yo... —Intentó decir las palabras que le hiciesen redimirse, pero no pudo completarlas dado a la interrupción de la aludida.
—No, por favor —Y antes de seguir hablando, ______ procuró darle un largo sorbo a tu taza que solo prolongó la agonía de Bethel— No quiero que intentes darme excusas estúpidas para evadir el tema o explicaciones que solo terminen redundando esto... Concretiza. Quiero saber qué le dijiste al señor Sakamaki sobre mi.
—Pero, ______...
—¡Bethel! —Una fulminante mirada bastó para volver a silenciar al vampiro.
Una larga pausa en la cual ambos se miraron a los ojos mutuamente. Finalmente, Bethel suspiró pesadamente y ______ obtuvo las respuestas que quería.
—No le dije nada fuera de lugar... Tan solo le expliqué las circunstancias en las cuales estabas viviendo y él se ofreció a ayudarte —Comentó con cautela, intentando medir cada una de sus palabras para no agravar más la situación— Te juro que no tuve en mente ninguna otra idea que no fuese protegerte.
—¿Protegerme, Bethel? ¡¿Protegerme?! —La chica estaba por salirse de sus casillas, pero se tuvo que obligar a mantenerse tranquila— ¿Acaso no te das cuenta? No conocemos a ese tipo ni sus intenciones... ¡Nos has podido poner en peligro a mi y a tus sobrinos sin siquiera darte cuenta! ¿No pensaste en eso, eh?
Durante una fracción de segundo, el semblante del Danesti palideció, lo cual le indicó a ______ que en efecto, la idea no le había pasado por la cabeza.
En el fondo lo compadecía. Bethel siempre fue un chico con tendencia a confiar ciegamente en los demás apenas conocerles.
La mirada de ella se suavizó apenas un poco, tras lo cual suspiró, volviendo a darle un sorbo a su té. Cuando habló, procuró que sus palabras se dulcificaran considerablemente.
—¿Quién contactó a quién?
La pregunta dejó descolocado a Bethel.
—¿Cómo? —Preguntó éste, que estaba a punto de tomar un sorbo de su taza.
—¿Fuiste tu quien lo buscó a él para... "Cuidar de mi"? ¿O él te buscó a ti? —Aclaró ella, examinando a su cuñado con la mirada, en busca de la mínima expresión de inquietud.
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Erotic Maternity © [ Laito Sakamaki ]
ФанфикAun a su corta edad, _____ Fujioka ha tenido que pasar por las cosas más duras que alguien de su edad pueda imaginarse. Con casi diecisiete años y sin ya nadie que pueda encargarse de ella, tendrá que afrontar la responsabilidad que conlleva el tene...